"Después de haber pasado toda la tarde explorando las limitaciones del cuerpo humano —Dafne no tenía idea de que sus piernas pudieran estirarse tanto—, Dafne había casi olvidado la desagradable experiencia con Alistair. En cambio, mientras Atticus se marchaba a explorar los terrenos con Jonás, Dafne aprovechó la oportunidad para pedir un baño para descansar sus adoloridos músculos.
Fue la oportunidad perfecta para probar sus nuevos poderes. Se hundió en su baño y flexionó los dedos, esta vez concentrándose en la sensación del agua a su alrededor.