—Su Majestad dijo que le gustaría conocer a su nuevo yerno —explicó el Duque Ferguson—. Después de todo, su hija estaba ausente de Reaweth por mucho tiempo y es perfectamente normal que un padre desee conocer al compañero de su hija.
—Con todo el respeto que se merece, Duque Ferguson —comenzó a decir Atticus—, el Rey Cyrus no mostró ninguna preocupación por mi esposa desde que se casó en Vramid. ¿Por qué ahora, cuando el lugar en el que menos necesita estar mi esposa es Reaweth?
—Su Majestad simplemente extraña su sangre y su carne —respondió el Duque Ferguson.
No obstante, Daphne no pasó por alto la forma en que los labios del duque temblaban de incertidumbre. Solo hay un límite para cuánto puede mentir una persona antes de que se le caiga la máscara y el Duque Ferguson no era diestro en mentir. Después de todo, era Drusila quien era la abogada consumada.