—Daphne gritó asustada mientras caía en el frío abrazo de las profundidades del lago. Aunque el agua no parecía tener mucha profundidad desde arriba, cuando cayó bajo la superficie, pareció ser insondable. Su corazón latía descontroladamente contra el apretado agarre de su vestido con corsé, la pesada tela se convirtió rápidamente en un lastre empapado que amenazaba con arrastrarla hacia abajo.
Sus extremidades no estaban entrenadas para nadar incluso con un atuendo adecuado, y el horror comenzó a abrumar a Daphne. Su visión se volvía borrosa mientras trataba de impulsar su cuerpo a la superficie, pero su vestido empapado tiraba de sus extremidades, haciéndola hundir aún más en las profundidades.
Un movimiento repentino en el agua hizo que Daphne girara, el palpitante latido de su corazón resonando en sus oídos.
—¿Había allí una bestia? Sus ojos no encontraron nada, pero la vista del interminable mar de oscuridad bajo sus pies no la tranquilizó en lo más mínimo.