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Chapter 37 - Capitulo 36

Elías abrió un poco los ojos por las emociones que soltaba Vanet y no pudo evitar entristecerse por ello. Las emociones que detecto a lo largo del trayecto le habían dado una idea de lo difícil que resultaría llevarse bien con la aldea. Lo que no tomo en cuenta fue que el problema que agobiaba a la aldea afectara tan profundamente a sus habitantes.

"Fue una mala idea el tratar de vivir aquí. Mi deseo egoísta comienza a generar un conflicto entre sus mismos habitantes. ¿Sera que no soy acto para vivir en una comunidad?" pensó decaído. Sentir esas emociones traían memorias que preferiría olvidar. "Es mejor si hablo con el líder en privado para comunicarle que me iré mañana...No, no puedo hacerlo, Raf me trato bien y brindo un hogar. Si me voy ahora, fallare mi palabra con él. Primero tengo que ganar el festival solar, y después podre marcharme con la conciencia limpia".

Elías se mantuvo impasible hasta que Vanet respondiera a Orelia. Actuaria en consecuencia de esa respuesta y trazaría un camino donde cumpliría su promesa con Raf. Seria muy difícil, lo presentía, sin embargo,  aprendió de su abuelo que uno siempre pagaba sus deudas. Eso si, ese pago debía estar en un área donde uno mantenga sus principios y no afecte a sus seres queridos.

—...De acuerdo, encárgate de Elías. Llévalo hacia su habitación para que descanse un poco, lo necesitara para la multitud que lo interrogara—acepto renuente. La idea de dejar a Orelia con Elías no le agradaba, no por que tuviera un problema con ella, solo que, esa felicidad en su rostro le daba mala espina.—Lo siento, Elías, te dejare hasta aquí Tengo ciertos temas que hablar con mi maestra.

—Lo entiendo. Estoy agradecido por tu compañía—asintió en compresión. Avanzo hacia estar a la par de Orelia y comento:—Quizás la próxima vez podamos retomar el recorrido en la aldea. Si tu lo quieres.

—Si, estaría bien. Si en ese tiempo no has visitado la aldea, te guiare a los mejores lugares. Veras que para ser pequeña, tiene maravillas que te impresionaran.

—Lo esperare con ansias. ¡Hasta luego!

Vanet se despidió junto a su maestra de Orelia y Elías. La sonrisa en su rostro no plasmaban sus verdaderos sentimientos: vergüenza, pena y enojo. Ella estaba frustraba consigo mismo, por caer en una falta tan básica como olvidar las futuras acciones de sus compañeros, como también, la clara falta de profesionalidad de ellos.

—Elías se ve como una buena persona. Estoy segura que afectara positivamente a Fanet.

—Sera un poco difícil. Me entere que Fanet empezó con el pies izquierdo. Tú misma sabes la razón.

—...Esa chica si es complicada. Ya le he dicho muchas veces que calme sus emociones. Desesperarse por cumplir sus objetivos solo la llevara a la ruina—suspiro con dolor de cabeza. A veces su hija resultaba ser mas complicada que ella en su juventud, su padre lo recalco. Si tan solo su hija tuviera una figura que admirar y seguir, no tendría que preocuparse tanto.—Parece que te dejare a cargo de la granja un tiempo. Debo volver a reeducarla, mas la prueba de adultez esta cerca.

—Te recomiendo que lo hagas lo mas pronto posible. Ella se volverá mas impaciente con la presencia de Elías—menciono Vanet. Guardo silencio unos momentos, hasta estar segura que estaban fuera del rango de la Autoridad del Héroe y dijo:—Maestra, la llegada del Héroe aquí genero una disconformidad en algunos.

—Lo sé. Tener al grupo de infiltración oculto en el tejado de mi casa ya es un indicativo—hablo seria. Miro al grupo salir de su escondite y no se sorprendió por las miradas paranoicas, temerosas y enojadas. Conocía mejor que nadie la razón de ese estado.—Miren, ustedes guardaran silencio mientras Vanet me cuenta todo. No quiero interrupciones.

—Faram, mejor te cuento yo. Vanet tratara de...

—¡Eres sordo, Tarf!¡Le di la palabra a Vanet, no a ti! Vuelve a interrumpir y tendremos un grave problema—interrumpió Faram. Lanzo una mirada fría y tan poderosa, que el escuadrón se inclino para resistir su caída a la inconciencia. Observó a cada uno con ojo critico y advirtió:—El siguiente que tiente su suerte recibirá una sanción muy grave y un combate verdadero conmigo. Ahora, compórtense como profesionales y no hagan caer mas bajo la reputación del grupo.

Faram dio una ultima mirada al grupo y volteo a ver a su discípula. La falta de respeto de Tarf la tenia muy intrigada, el no la interrumpiría a menos de estar extremadamente temeroso u cegado por el odio. Esa actitud tan inusual, no podía deberse solo a la estadía del Héroe, tenia que haber algo más que influyera en sus acciones.

>>Bien, Vanet, dime con lujo de detalle lo que sucede. Ver al escuadrón especial de reconocimiento e infiltración no son buenas noticia<<.

—Maestra, lo que paso fue...

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Elías siguió a Orelia con cierta incertidumbre. La chica avanzaba sin hablar o mostrar un signo distinto a caminar. Verla de ese modo fue un cambio que no esperaba y confundía. Él estaba listo para responder sus preguntas y averiguar el objetivo de hacerlas en privado, no estar en silencio.

"Por que nada puede ser tan fácil, abuelo. ¿Es tan difícil tener una vida normal?" se pregunto. Siempre, donde fuera, se convertía en un problema que perjudicaba a otro. Al veces dudada que hubiera un lugar el cual pudiera pertenecer, uno que pudiera llamar hogar. "Si comienzo de esta manera, ¿que me dice que no sucederá lo mismo en otro mundo? Tal...tal parece que mi única alternativa es vivir solo".

El Héroe cambio su atención hacia Orelia para no caer en negativismos. La calma que tenia ante la situación lo tenia intrigado y un poco celoso. Ella caminaba con la mayor tranquilidad del mundo, sin problemas de por medio ni conflictos internos visibles. Una vista que generaba innumerables sensaciones en su corazón.

—Para ser el Héroe tienes serios problemas de inseguridad, Elías.

—¿Eh?—pronuncio confundido. La chica empezó en un área que no esperaba.

—Nadie de esta aldea odia la idea de que vivas aquí. No se que tanta es la idolatría que tiene la gente del continente hacia el Héroe, pero aquí lo tienen muy alto—continuo, sin importarle el estado de Elías.—Ten una cosa clara: no odia a Elías, mucho menos al Héroe, lo único que odian es el hecho que vienes del exterior.

—...Tú...¿Por que me dices eso?

—No eres la primera persona que conozco con serios problemas de pertenencia. Te quedarías pasmado si te contara la historia de cada uno—contesto. Sonrió con tristeza al recordar a aquellas personas y alzo la mirada al cielo.—Te voy a dar un concejo que aprendí de ellos: el lugar donde uno pertenece, no es un castillo con falsas riquezas o un pueblo lleno de gente, es aquel que contenta y añora tu corazón.