Gritos y aullidos se escuchan en un vacío oscuro y perpetuo, de pronto una luz tenue ilumina todo el oscuro vacío, las luz se apodera de aquel espacio y cuando está se disipa vemos una habitación. Esta es pequeña pero decorada con un espejos y armarios así como también una pequeña mesa al lado de la cama, y aquel que mira todas estas cosas es Feral, quién se levanta de la cama y se mira en el espejo logrando ver qué esta en su forma humana.
En eso abren la puerta de la habitación con cuidado Feral mira a su visitante, es Leo quien al verlo despierto le habla:
—¡Hola! ¿Cómo estás? Cómo te sientes?
—¡Bien! Dijo Feral un tanto confundido y Pregunto:
—¿Dónde estoy?
—Estas en el refugio de la ciudadela central del sector Omega o bueno lo que queda de ella.
Feral se sorprende y Pregunta:
—¿Cuánto tiempo llevo aquí?
—¡Han pasado tres días desde tu pelea con Konrrac!— Contestó Leo
—¡Tres días!— dijo Feral sorprendido.
Leo lo invita a salí de la habitación, Feral sale y Leo le muestra las instalaciones del refugio, las cuales están muy deterioradas a causa de los terremotos. Leo dice:
—¡Cuidado por dónde pisas! Ya que el suelo se nos vino encima durante los terremotos.
Feral continua caminando logrando ver una habitación donde tienen a muchos hombres y mujeres con heridas graves, Leo le dice:
—Ellos son los sobrevivientes de la batalla, se están debatiendo entre la vida y la muerte.
Feral mira con horror y dice:
—¡Son muy pocas!
En eso se escucha la voz de alguien que dice:
—¡Algunos no tuvieron tanta suerte!
Leo y Feral ven de quién se trata, y es Vikthor acompañado de Lirian, Feral lo ve fijamente a los ojos y dice:
—¡Se que nada cambiará lo que hice! Si todavía guardas rencor por lo sucedido, entonces cuando te recuperes al 100% y solo cuándo eso pase entonces te estaré esperando.
Vikthor sonríe y dice:
—Solo quiero que sepas que está vez si te mataré.
Feral sonríe mientras Leo le dice a Feral que lo siga, este se despide mientras que lleva en su mente la cruel verdad de su pecado. Él y Leo suben por un ascensor y mientras esté sube Leo observa a Feral detenidamente, éste se da cuenta y Pregunta:
—¿Qué sucede? ¿Qué tengo?
Leo se ríe y le dice:
—¡No! No es nada solo me preguntaba, una cosa.
—¿Y que será eso que te inquieta?
Leo le dice:
—¡Según se Konrrac era de piel blanca y cabello rubio! Toda su descendencia heredo ese rasgó, hasta mi padre, mi hermana, mi hermano y yo entonces ¿Por qué tu eres moreno?
Feral lo ve y le responde:
—¡Quizás mi padre era moreno!
Leo se ríe y le dice:
—A mi hermana le encantaban los hombres de color, todos sus amantes fueron de color oscuro, pero tú padre quien fuere que sea no era de color oscuro.
Feral se intriga y Pregunta:
—¿Tu no lo conociste?
—¡No! Dijo Leo y agrego:
—¡De echo nadie lo conoce!
Feral más intrigado pregunta:
—¿Pero entonces quien fue mi padre?
Leo le pone la mano en el hombro y le dice:
—Feral mi hermana ¡Tu madre! A temprana edad le diagnosticaron que era infértil es decir, ella no podía tener hijos.
—¿Pero como nací yo entonces? Expreso Feral.
Leo le responde:
—Su más grande anhelo era tener un hijo, ella rezaba todas las noches porque así fuera, recuerdo que yo le preguntaba ¿Qué a quien le rezaba tanto? Y ella respondía; A quién esté escuchando…
Un día ella se levantó emocionada gritando que estaba embarazada, creímos que estaba loca, pero insistió en el tema. Decía que un ser de luz se le apareció en sus sueños, y que dicho ser le dijo que; había escuchado sus súplicas y que acausa de eso le concedería su deseo, también le dijo que su hijo estaría destinado a la grandeza.
Claro nosotros no le creímos porque eso es una locura ¿Quién en su sano juicio creería tal patraña? Sin embargó al pasar los meses fuimos testigos de su embarazo, por eso ella estaba en la academia de ciencias, mi padre veía eso como una anomalía, y el pueblo como un milagro. Ella siempre hablaba de lo grande que sería su hijo y de como le gustaría que fuera, me decía que su hijo se convertiría en una bestia como ella, que sería de color negro su pelaje, que su apariencia humana sería la de un hombre moreno, y que además su nombre sería Feral, en su momento creí que solo deliraba por el embarazo, pero a hora que te veo, me doy cuenta de lo incrédulo que fui.
Feral se conmueve al escuchar las palabras de Leo, y de tal conmoción sus lágrimas brotan. Justo en ese momento el ascensor se detiene, Luego se habré y Feral es testigo de toda la destrucción causada. Escombros por doquier, ni una estructura está en pie, más todos los sobrevivientes trabajan en conjunto para salir adelante, Perla y Toto hacen lo posible para levantar los escombros, Gliel, Darius y Román se concentran en rescatar a los que pueden, Dulce, Pircer, Mila y Estella levantan a los fallecidos, todos pone de su esfuerzo para reconstruir sus hogares.
En eso todos ven a Feral, su presencia les causa una mescla de emociones encontradas, pues lo ven como un gran héroe, aquel que los salvó de Konrrac, por otra parte también lo ven como aquel terror que mató a tantos de sus compañeros. Sin impórtale lo que los demás crean o piensen de el Feral se dispone a ayudarlos, el primero en hacer contacto con el fue Gliel que le dice:
—¡Hola! ¿Te acuerdas de mí?
Feral le extiende la mano y le pregunto:
—¿Tu no eras del ejército de Arianna? ¿Capa Rota te llamas no?
Gliel se ríe y le dice:
—¡Es una larga historia! Verás yo estaba bajo el control de Arianna, y ella me dio ese nombre, yo me llamo Gliel, mucho gusto, también quiero presentarte a mi prometida.
Gliel le presenta a Perla, Feral la saluda y está más bien se negó a responderle el saludo y lo ignoro, Gliel se sintió incómodo y le dice a Feral:
—¡Disculpa! Ella no es así, solo guarda resentimiento por tu pelea con Edwiin y Vikthor.
Feral se queda pensativo, mientras que Gliel le presenta a los demás.
Las horas fueron pasando, y el fue conociendo a los demás y fue ganándose su confianza. Ya caída la noche todos se reúnen en una gran fogata para dar sus respetos a los caído, Cada uno dio sus palabras de consuelo y respeto seguido de mensajes de ánimo para el resto, en eso Leo invita a Feral a dar una palabras, y aunque este se niega, Gliel y otros le animan a qué hable, entonces esté presionado por la multitud decide hacerlo. Feral se para frente a todos, un sudor frío cubrió su cuerpo, y sin más dijo lo primero que se le vino a la mente:
—¡Perdón! Quiero pedirles perdón por el daño que les cause en el pasado, se que quizás eso no traerá consuelo pero, quiero decirles que me esforzare por merecer su perdón. Yo toda mi vida me he sentido solo, me criaron así, me dijeron que mis padres me habían abandonado, que el mundo jamás me aceptaría por lo que soy, imagínese escuchar eso todo los días una y otra vez, pero ahora me encuentro aquí y me doy cuenta que todo era una mentira, tuve una madre que me amo desde antes de yo llegar a este mundo, tengo una familia, y si ustedes me le permiten quiero tener un grupo al cuál pertenecer, yo hoy decido honrar a los caídos con este juramento. ¡Prometo que daré si es posible hasta mi vida por el bienestar de los que están aquí presente! Se los juró.
Todos quedan perplejos por las palabras de Feral y proceden a aplaudirle, después todos siguen compartiendo y bebiendo, la noche siguió su rumbo, todos se fueron a dormir menos Feral que estaba caminando por los escombros de ciudadela, en eso se le aparece Retza quien le dice:
—¡Me gusto tu discurso!
Feral la ve, siente una gran alegría, luego la abraza con mucha dulzura, después le dice:
—¡Gracias Retza! ¡Todo esto fue posible gracias a ti! ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me acompañaste?
—¡Está victoria fue tuya! Yo te di las herramientas, pero fuiste tú quién lucho y ganó— dijo Retza con alegría y orgullo.
Feral le dice:
—¡Yo quería hablar de ti en mi discurso! Después de todo tu fuiste la única que creyó en mi.
Retza responde:
—¡No! ¡Está bien! Es mejor así. Pero esto aún no termina Feral.
—¿Por qué lo dices? ¡Ya vencí a Konrrac! A hora ya tengo familia y además contigo ya no me siento solo.
Feral se le acerca y la besa, ella le corresponde el besó, ambos se dan un momento para disfrutar de los labios del otro, pero luego Retza lo aleja y le dice:
—¡Feral escucha! Esto no se ha terminado aún, van a venir por ti.
Feral seducido por los labios de Retza pregunta:
—¿Quién vendrá por mi?
Retza besa a Feral una vez más y luego le dice:
—¡Omega el dios de la destrucción!
—¡¿Quién!?— dijo Feral.
Ella le dice:
—¡Feral escucha! Cada mortal, cada mundo, cada universo, toda los multiversos y megaversos, toda la creación, tienen un destino y un tiempo establecido, todo tiene un principio y un final. Pero existen cosas o seres que amenazan con la estabilidad de la creación, para solucionar eso está el dios de la destrucción y así como yo esparzo el amor por la creación, el esparce la destrucción.
—¿Pero porque vendría por mi? ¿En que amenazo a la creación?— dijo Feral.
Retza le responde:
—Recuerda que te dije que tú eres un semi—dios, tu madre fue una mortal y tú padre es un dios, el cuál no logra dar con su identidad, realmente es muy poderoso y además el porque te dio la vida, es un misterio. Por tal razón tu destino y futuro es muy incierto, recuerdas la visión que te enseñe, bueno ese era un destino establecido para ti. Pero te libraste de ese destino, por eso y por tu procedencia eres una amenaza para los dioses por lo tanto una amenaza para la creación.
Feral dice:
—¡Pero Retza! ¿Cómo puedo ser yo una amenaza?
Retza se desabrocha el vestido dejándolo caer y quedando al descubierto toda su anatomía femenina, la cual es sumamente bella y erótica, luego ella abraza a Feral juntando su piel desnuda con la de el y le dice:
—Tu eres una amenaza para mí, solo tu puedes hacer que me deje llevar por mi deseo.
Feral la besa con tal pasión, ella le desabrocha el pantalón y le llevo a un lugar oculto entre las rocas, para luego fundir sus cuerpos en el deseo y la pasión, entre sudor y gemidos, pasan la noche. Llega el amanecer y Feral duerme pues quedó rendido después de tanto haber a amado a su diosa del amor y el sexo, por su parte Retza está triste pues sabe que lo que se aproxima para Feral no es nada bueno…