Después de varios días explorando las Tierras Iniciales, Elián y Alina se encontraron en las puertas de la ciudad fortaleza de Argentum, conocida por ser el hogar del famoso Gremio del Dragón Plateado. El emblema del gremio, un dragón serpenteante con escamas plateadas, se encontraba grabado en las enormes puertas de la ciudad.
A medida que caminaban por las calles adoquinadas, la pareja pudo sentir la energía del lugar: comerciantes promocionando sus mercancías, jugadores discutiendo tácticas y, en el centro de todo, la imponente sede del gremio.
"El Gremio del Dragón Plateado es uno de los más influyentes en NeoRealm", explicó Alina. "No solo por su destreza en combate, sino también por su vasta red de información y recursos. Si te unes a ellos, tendrás acceso a misiones exclusivas, armas y un sentido de pertenencia".
Intrigado, Elián decidió solicitar la entrada al gremio. Después de superar una serie de pruebas, tanto de habilidad como de carácter, fue aceptado. Alina, por otro lado, prefirió mantener su independencia, aunque prometió que siempre estaría allí para apoyarlo.
Dentro del gremio, Elián conoció a muchos otros jugadores, cada uno con sus propias historias y aspiraciones. Sin embargo, también se dio cuenta de las tensiones internas. Varios subgrupos competían por el poder y la influencia dentro del gremio, y las alianzas eran tan frágiles como poderosas.
Elián se acercó a un jugador veterano llamado Darius, un estratega con una armadura adornada con símbolos místicos. Bajo su tutela, Elián aprendió más sobre la historia y las políticas del gremio, y cómo navegar en sus aguas turbulentas.
Sin embargo, con el poder también venían los enemigos. El Gremio del Lobo Espectral, eterno rival del Dragón Plateado, comenzó a desafiar su dominio. Pequeñas escaramuzas entre ambos gremios pronto se convirtieron en enfrentamientos a gran escala, llevando a Elián a enfrentar no solo a monstruos digitales, sino también a otros jugadores.
A través de estas batallas, Elián experimentó la dualidad de NeoRealm: la camaradería y fraternidad de formar parte de un gremio, y la intensidad y complejidad de las rivalidades. Aunque las batallas eran virtuales, las emociones eran palpables.
Con Alina a su lado y el respaldo de su nuevo gremio, Elián se adentró más en el mundo de NeoRealm, descubriendo que, en este juego, las relaciones y decisiones tenían un peso real.