A medida que se acercaban a la torre, la distorsión del Desierto de Data se volvía más intensa. Las dunas fluctuaban como olas en un océano tempestuoso, y el cielo se fragmentaba en patrones de código que se desplazaban.
Al llegar a la base de la torre, descubrieron una entrada que conducía a las profundidades subterráneas: la Mazmorra de Códigos Olvidados. Las paredes de la mazmorra estaban compuestas de líneas de código en constante cambio, y las habitaciones se reconfiguraban en tiempo real, creando un laberinto en constante evolución.
Dentro de la mazmorra, Elián y Alina encontraron no solo enemigos erráticos, sino también fragmentos de la historia de NeoRealm. Estas reliquias digitales revelaban la evolución del juego, desde sus primeras versiones hasta el mundo inmersivo que era ahora. Los fragmentos también contaban historias de jugadores anteriores, sus aventuras y sus impactos en el juego.
Sin embargo, el verdadero desafío era navegar por la mazmorra. Las salas a menudo se reorganizaban, creando nuevos caminos o bloqueando rutas previamente accesibles. En más de una ocasión, el dúo tuvo que retroceder o buscar alternativas para avanzar.
A medida que descendían, los glitches se volvían más intensos y peligrosos. En un momento, Alina fue absorbida por un fragmento de código corrompido y desapareció, dejando a Elián solo y desesperado. Sin embargo, con determinación y usando las habilidades que había adquirido en su viaje, logró rescatarla de una dimensión de datos fragmentados.
Finalmente, llegaron a la cámara central de la mazmorra. Aquí, un cristal pulsante emanaba una energía distorsionada. Al acercarse, se dieron cuenta de que el cristal era el núcleo corrompido del juego, la fuente de todos los glitches.
Juntos, utilizando las armas forjadas por Elián y las pociones creadas por Alina, se enfrentaron al núcleo, intentando purificarlo. Fue una batalla de voluntades, habilidades y estrategias, con el propio juego resistiéndose a sus esfuerzos.
Finalmente, después de una lucha intensa, lograron estabilizar el núcleo y restaurar el equilibrio en el Desierto de Data. La mazmorra comenzó a desvanecerse, devolviéndolos a la superficie del desierto.
Exhaustos pero victoriosos, Elián y Alina contemplaron la torre, ahora tranquila y serena. Habían enfrentado y superado uno de los desafíos más grandes de NeoRealm, fortaleciendo su vínculo y demostrando que juntos podían superar cualquier obstáculo.