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Chapter 16 - Capítulo 11: Lauren.

En un pequeño pueblo fuera de las fronteras del norte del imperio Cyclus, era un día cualquiera. Sus habitantes siendo mayormente agricultores pasaban sus días plantando y nutriendo sus huertos. Cientos de hectáreas para familias de pocos miembros en los que cada uno de ellos trabajaba a menos que fueran muy pequeños o muy ancianos, obviamente algo como eso requería de mucha dedicación. 

La vida de un campesino era sencilla. Te levantas e inicias tu día con un buen vaso de leche recién ordeñado. Te preparas y áras la tierra, la nutres con abono, plantas la semilla o cosechas lo sembrado, todo depende de la época del año. Generalmente te toma todo el día y aún te queda mucho por recorrer al día siguiente.

No hay necesidad de guerreros, es una aldea pacífica que suele comerciar con sus cultivos para ganarse el pan de cada día.

Mi familia siempre ha sido así. Una familia de campesinos que se gana la vida con su ganado y cultivos. Generalmente ese es nuestro legado, cuando el líder de la familia fallece o es demasiado viejo, el que sigue toma su lugar y el ciclo continúa. No es que no tengamos una mayor aspiración, si no que no tenemos el tiempo de pensar en ello. 

Así nos enseñaron a vivir y es la única manera que sabemos hacerlo. Al estar lejos de las ciudades del país, desconocemos muchas cosas.

Pero eso está bien, me siento bien sin saber muchas cosas porque sé que mi camino es ser el responsable de los huertos y los animales cuando sea mayor y papá se haga viejo. Estoy aprendiendo lo que necesito saber para ese momento. 

El pueblo en el que vivo se llama Lauren y aunque todos sus habitantes parecen de lo más común, hay uno en especial que llama mucho mi atención: El viejo Jenkins. 

Nunca he hablado con el viejo Jenkins, pero me resulta extraño por los rumores que siempre escucho acerca de él. Dicen que él ayudó al que fundó el pueblo a poner la primera piedra de este. 

¿Y cuál es el problema de esto? Bueno, eso fue hace más de cien años, no sé contar muy bien todavía, pero eso es mucho, las personas normalmente no viven tanto tiempo ¿Sabes?

Hay rumores de que el viejo Jenkins es de una raza distinta y por eso nunca deja ver su rostro porque tal vez asuste a la gente y como tiene un buen corazón, lo evita. 

El viejo ayuda a la gente, todos lo quieren mucho aunque casi no habla. Dice mamá que él es más bien un hombre de acción y por eso ayuda a todos en lugar de hablar. Me daba curiosidad lo que hace el viejo, así que lo he observado durante algún tiempo. 

En la mañana él está en el bosque cercano y se arrodilla en el mismo sitio. Después de unos minutos, se levanta y camina hacia el pueblo. Ya en el pueblo, le ayuda a la anciana de las gallinas a alimentarlas, luego va con el herrero y le ayuda con su técnica para forjar herramientas, luego con el carpintero. Aveces no va con alguno de ellos o con ninguno pero ayuda a los vecinos ya sea a plantar o a alimentar a su ganado. Cuando algo se descompone, él lo arregla, él siempre está ayudando a alguien, eso me impulsó a hacer más cosas en casa porque también deseaba hacer y saber tanto como él.

Pero lo más impresionante de su día es cuando casi anochece, él se retira al bosque, exactamente en el mismo lugar donde se arrodilla en la mañana y comienza a mover su cuerpo como si estuviera bailando. Es un baile hermoso y agresivo, cada vez que lo veo, me recuerda al movimiento del fuego en una hoguera. Es tan sutil, pero siento que casi puedo ver cómo el fuego sale de él. Para ser tan viejo, me sorprende que su cuerpo pueda moverse con tal fluidez.

Después del baile, se arrodilla nuevamente y luego de unos minutos se va. No puedo seguir su paso después de eso, así que no se que hace luego que anochece, pero seguro se va a dormir a casa. Me pregunto dónde vive. Le pregunté a mis padres, pero nadie sabe dónde vive el viejo Jenkins, eso me parece algo extraño. 

Esta mañana me levanté bastante temprano y me arrodillé por unos momentos sin pensarlo demasiado, no sabía que hacía el viejo durante ese tiempo arrodillado, así que me limito a imitar el gesto que había visto y me levanto cuando creo que es suficiente. Ayudo a mamá a preparar el desayuno y ella me agradeció con un beso en la frente y una sonrisa.

Me pregunto cuántos besos en la frente habrá recibido el viejo Jenkins por ayudar a la gente. El sentimiento que tengo es bastante genial, tal vez por eso a él le guste ayudar a los demás. 

Después de desayunar, ayudo a alimentar a las vacas y a las gallinas, me toca tomar los huevos que ellas ponen sin que me descubran o se enojan y me pican, eso duele mucho, así que soy cuidadoso con este asalto al gallinero. 

El día continúa y ayudo a regar el huerto ¡Las plantas han crecido tanto! Eso solo quiere decir que casi es la hora de cosechar y eso nos alegra a todos. Es casi la hora del anochecer, así que pido permiso a mis padres para ir al pueblo antes de que anochezca. Ellos aceptan porque siempre vuelvo en cuanto anochece, así que corro lo más rápido posible hacia el bosque cercano al pueblo. 

¡Justo a tiempo! Él se está preparando para la danza. Nuevamente veo cada uno de sus movimientos y los trató de imitar torpemente sin mucho éxito. Llevo cerca de un mes tratando y es muy complicado, aunque ciertamente soy mejor que antes. Con cada movimiento siento de una manera muy vaga que algo recorre mi cuerpo sin entender qué es realmente.

Para cuando el baile termina, la luna ya está en el cielo y yo debo irme. Sin embargo, un olor extraño llega a mi nariz. Era el olor de cuando a mamá se le olvidaba lo que estaba en el fuego cuando cocinaba ¿Algo se estaba quemando? 

Decido correr hacia mi hogar sin darle mucha importancia al olor, no quiero que no me dejen salir por llegar tarde a casa, eso sin duda sería lo peor que podría pasarme.

Mientras más me aproximo a salir del bosque el olor se hace más intenso y comienzo a escuchar ruidos feos, similares a gritos muy lejanos. Al salir del bosque, mis ojos no pueden creer lo que ven. 

Los cultivos están en llamas. Me congelo por un instante, pero logro moverme. Quiero llegar a casa para ayudar en lo que pueda, pero mientras más me acerco hay más fuego y los ruidos se hacen más fuertes y molestos, como si vinieran de mi propia cabeza. 

—¡Papá, mamá!, ¡Los cultivos! 

Grito a todo pulmón, sin embargo, me detengo en seco al ver que la casa se encuentra en llamas también. Mis oídos estaban siendo destrozados por el ruido que sonaba cada vez más alto. Traté de taparme los oídos, pero los sonidos de gritos no se detenían. Me armé de valor y corrí a la casa a pesar del fuego y el dolor para tratar de ayudar a mi familia.

—¡Hermanito!, ¡Mamá!, ¡Papá! ¡Hermana mayor! ¿¡Dónde están!?

El calor que sentía era uno abrumador, sofocante, no podría soportarlo si no fuera porque necesito ayudarlos.

Busqué por todo el primer piso sin suerte, las paredes de la casa parecían haber sido desgarradas. Subí al segundo piso, donde me encontré con dos cuerpos calcinandose en el fuego, parecían tener miradas llenas de terror, así como partes de su cuerpo que habian sido arrancadas. A pesar de su estado actual, yo conocía esos dos rostros. Eran mi mamá y mi hermana mayor.

Mi respiración se agitó y las lágrimas brotaron de mis ojos sin parar y caí de rodillas ante tal escena, lamentos salían de mi, pero mi voz estaba quebrada. Incluso la sofocante sensación del calor del fuego que me invadía antes y los sonidos aterradores fueron reducidos por el dolor que sentía mi corazón. 

Estaban prácticamente deshechas, como si un monstruo las hubiera atacado… Era un escenario tan horrible, en ese momento yo comencé a llorar de manera descontrolada. 

Grité tan fuerte como pude y lloré tanto… deseaba quedarme ahí con ellos y morir. No tenía sentido, no tenía a dónde ir. 

Al abrir los ojos y alzar la vista un poco logré ver algo negro que se movía hacia mi de entre el fuego. Tenía una apariencia oscura y deforme, no era una persona, pero se movía de manera errática, como si quisiera imitar a una.

Esa cosa hacia sonidos similares a chillidos agudos y me miraba. No hablaba, pero podía sentir que esa cosa quería matarme. Tenía algo en la su parte superior, era un pequeño brazo humano a medio comer.

—¿Herma…nito?

La cosa lanzó un potente rugido y se movió violentamente hacia mí. Estaba pasmado, pero el miedo me empujó hacia atrás. Rodé por las escaleras que llevaban al primer piso y me quemé en varios sitios en el proceso, pero no podía darme el lujo de quejarme.

Esa cosa me persigue. Esa cosa estaba gritando, era el mismo grito que estaba escuchando en mi cabeza, gritaba tan horriblemente, no había escuchado nada similar, era demasiado agudo, casi rompiendo mis oídos. 

Salí de la casa que ardía en llamas y me dirigí al pueblo en busca de ayuda. Al correr, escuchaba los gritos de muchas direcciones diferentes y sentía que me seguían. 

El dolor de las quemaduras, el sonido doloroso en mis oídos y el dolor en mi pecho por la falta de aire al correr tan desesperado no se comparaba al dolor que sentía mi alma al recordar a mis seres amados. De mis ojos no praban de brotar lágrimas que fluían desde mis ojos hasta el frío suelo de tierra.

Al llegar al pueblo, mi esperanza se había ido por completo. El pueblo también estaba en llamas y las cosas negras se estaban comiendo a las personas que gritaban desesperadas al estar aún con vida. 

Ellos me vieron y las que no estaban comiendo, dejaron lo que estaban haciendo para empezar a rodearme. Estaba asustado de lo que podrían hacerme. El miedo no me permitía moverme al ver sus figuras monstruosas y escuchar sus infernales gritos.

—Qué niño tan desafortunado... 

Detrás de mí escuché la voz gruesa de un hombre y casi de manera inmediata volteé a ver en esa dirección.

—Se suponía que estás personas tendrían un final rápido, pero las sombras aún se niegan a obedecer por completo nuestras órdenes. Supongo que es normal que uno se escape.

Eran un grupo de personas vestidas de negro con una máscara de cráneo de vaca en el rostro. Todos tenían espadas que yo nunca había visto, pero tenían una forma similar a la de cuernos de toro, pero aún más grandes.

El que habló tenía una capucha negra que cubría su rostro por completo, pero a diferencia de los demás, parecía no tener un brazo, además, tenía una enorme cola negra de insecto detrás. 

—¡Señor, ayúdeme, por favor! ¡Esas cosas… sniff… esas cosas se comieron a mi familia!

Grité entre lágrimas hacia ellos, pero ellos solo se rieron de mí. Estaba muy confundido.

—Huffer, Cloid.

Esa misma persona habló hacia dos de ellos.

—¡Sí, señor!

—¡Si, señor!

Ellos contestaron al unísono. 

—El mocoso me da algo de pena, mantenlo sin que sienta dolor.

Mi corazón se detuvo por un instante al escuchar esas crueles palabras. Yo… yo no quería morir. 

El grupo de personas se fue en la dirección contraria, pero las dos personas que se quedaron se empezaron a acercar.

Quise correr, corrí con todas mis fuerzas, sin embargo, mi tobillo se dobló al pisar mal una roca y caí de cara al suelo. 

—¡Aahgh!

Solté un grito de dolor mientras me sostenía la pierna. Las personas no se detuvieron por nada y siguieron adelante. A mis espaldas escuchaba sus risas y a mi alrededor los insoportables gritos de los monstruos. Cerré mis ojos para no ver lo que seguía, no quería sentir más dolor, pero… por lo menos podría ver a mi familia de nuevo. 

—¿Uhm? ¿Y tú de dónde has salido?

Las personas armadas se detuvieron. Al abrir mis ojos por la curiosidad, pude verlo, era él. 

Ese viejo Hanfu de color negro y rojo, ese peinado de cola de caballo, ese cabello que resplandecía de un rojo cual fuego… 

—Viejo Jenkins…

Fin del capítulo.

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