—Viejo Jenkins…
Dije con una voz entrecortada y temblorosa. Verlo me daba mucha alegría, pero al mismo tiempo, estaba muy preocupado por él.
—¿Viejo Jenkins? Pfff Jajajaja ¿Es una broma, anciano?
Al escuchar mis palabras, ambos se rieron de él en su intento por detenerlos.
—¡No se burlen…!
—¿Uhmm?
—¡No se burlen…! ¡¡No se burlen del viejo Jenkins!!
Grité para combatir sus burlas.
—Él ayuda a todos… él sabe muchas cosas… él siempre está dispuesto a hacer cosas por otros… ¡No pueden burlarse de él!
—¡Este mocoso…!
Ambos dieron un paso al frente llenos de ira, pero el viejo Jenkins se puso delante de mi y con su bastón hizo una línea en la tierra entre yo y ellos, sin decir una sola palabra, la intención con este gesto era más que clara:
"Su próximo paso será el último."
De los ojos del anciano aún a través de la máscara, se podía ver claramente una mirada motivada. Tenía la sensación de que pese a su edad podría cumplir con sus objetivos, sin embargo, pese a ello, yo no quería verlo morir.
—¡Viejo Jenkins, usted debe escapar! Si puede hacerlo... sniff… podrá ayudar a mucha gente, así como ayudó aquí. La gente lo necesita más que a mí, señor… por favor… váyase y déjeme.
El viejo no dijo ni una palabra como respuesta, él solo mantuvo su postura como una roca. Esta conversación unilateral hizo enfadar a las personas.
—¡Basta de juegos, sal de nuestro camino, anciano!
El primer sujeto blandió su espada en dirección del anciano y yo, esperando lo peor, quería levantarme para protegerlo, sin embargo…
—¡¡Anciano!!
¡Swing!
El anciano desvío la espada del contrario con su bastón con una increíble fuerza. Pronto y sin esperar a que el enemigo reaccione, el anciano acomodo un rodillazo en el estómago rival y en cuanto la cabeza de este bajó un poco, le propinó al rostro un puñetazo que lo lanzó a volar hasta estrellarse con fuerza una de las casas en llamas, atravesándola en el proceso, haciendo que los escombros le cayeran encima.
Los movimientos del anciano fueron tan rápidos que no logré verlos con claridad, pero la otra persona parecía haber visto a un fantasma, incluso el grupo que se había adelantado volteó a ver extrañado lo que estaba sucediendo.
—¿¡Este viejo… estará por encima del rango oro!?
El anciano regresó a su postura inicial. El enemigo lo miró con ojos más serios y cambió su postura relajada a una de combate. La tensión se sentía en el aire.
La persona enmascarada tomó la iniciativa de avanzar y realizó un movimiento que constaba de varios cortes precisos con la intención de perforar y cortar el cuerpo del contrario. Cada uno de sus golpes trató con afán alcanzar a su rival para matarlo, sin embargo, cada uno de estos era repelido por el contrario con una técnica sublime en cada uno de sus movimientos de bastón. Finalmente el anciano logró sacar volando la espada del enemigo con un par de golpes extra y con el bastón golpearlo tan fuerte que salió volando hacia un costado, quedando inconsciente.
—¿Viejo… Jenkins…?
Estaba muy confundido, mi abuelo se habría lastimado la cadera de solo pisar mal, pero esta persona hizo todo eso y parece estar bien aún con su edad.
La persona con la cola de insecto parecía realmente enfadada y con un gesto de barbilla apuntó hacia el viejo Jenkins.
—Mátenlo.
En ese momento todos los soldados hicieron un gesto con sus manos y los monstruos gritaron todos al unísono. Mis oídos estaban por romperse.
Todos los monstruos cargaron contra los soldados y empezaron a adherirse a estos, como si los estuvieran devorando. Los soldados gritaban de dolor mientras los monstruos tomaban sus cuerpos, pero al final lograron fusionarse con ellos.
—¿Alguien ha sido capaz de hacer un contrato con las sombras…? Imposible.
Dijo el hombre frente a mí con una voz preocupada. Pero esa no era la voz de un anciano, era la voz de un hombre adulto. Estaba confundido ¿El viejo Jenkins no era un viejito? Ah, dejó caer su bastón.
Las bestias se aproximaron hacia él con agresividad, sin embargo, él continuó en su postura, pero esta era diferente, era la postura que usaba al iniciar la danza. El cuerpo del viejo Jenkins comenzó a arder en llamas, pero él no se quemaba ¿Podría defenderse sin usar su bastón?
Las bestias que llegaban trataban de cortarlo y de herirlo con ahínco. Violentamente balanceaban sus garras y colmillos para dañarlo, pero este las confrontaba usando sus manos desnudas.
Cada golpe que daba parecía que era solo fuerza, pero no era solo un bruto que golpeaba al azar. Ningún ataque conectaba en su contra y ninguno pasaba la línea que él había dibujado antes, la línea permaneció intacta.
Las bestias, aunque eran muy agresivas y feroces, ninguna logró herir en lo absoluto a su rival. Fue una batalla unilateral en la que el viejo Jenkins calcinaba a las bestias con cada golpe que ofrecía. Los cuerpos de los soldados volvieron a la normalidad, aunque no parecía que estuvieran heridos más allá de moretones de color oscuro, todos estaban inconscientes.
Los sonidos de llanto y gritos de dolor habían desaparecido, sólo se podía escuchar el ruido del fuego que seguía avanzando y comiéndose las casas.
Al final, solo quedó la persona con cola de insecto. Este se aproximó al viejo Jenkins y mencionó con sorpresa:
—Es imposible que hayas vencido a esas cosas con un arte marcial común ¿Eres acaso un hijo de Leví?
—No necesitas saber eso, antes respóndeme ¿Cómo lograron domar a esos engendros?
Parecía algo intranquilo, no entendía lo que estaba pasando, pero se escuchaba como algo muy serio.
—Si no vamos a compartir información entre los dos, entonces no tiene sentido ¿No crees?
El hombre encapuchado dijo sin perder la calma y se puso en posición de combate, poniendo su cola de escorpión delante de si mismo.
—No estás en posición de hacer preguntas.
El viejo Jenkins respondió con firmeza, poniéndose en la posición de la danza nuevamente.
—¿Ah, no? ¿Y por qué piensas eso?
—Tu no eres mi rival.
Tras ese pequeño intercambio de palabras, el cuerpo de la persona encapuchada comenzó a deformarse y a hacerse más y más grande, le crecieron patas a sus costados y en su cara tenía muchos ojos así como colmillos. Creció unas 4 o 5 veces su tamaño y tomó la forma de un escorpión de color negro. Con un poderoso rugido, se dió inicio al combate.
El aire estallaba con cada golpe que se bloqueaba o se recibía. El fuego que emanaba el viejo lograba derretir y resquebrajar la armadura del oponente, mientras que el otro no parecía hacerle mucho daño de regreso.
Se podían escuchar los aullidos, gritos e impactos de la batalla, se veía como se quebraban árboles alrededor y las casas de los alrededores eran completamente pulverizadas, se escuchaba como una batalla sumamente feroz y violenta.
En ese momento no logré ver demasiado, solo lograba escuchar lo que sucedía y ver estelas de luz y pedazos de armadura que salían volando cerca de mi, más nunca me golpeó ninguno, no lograron cruzar la línea.
Después de algunos minutos, el viejo descendió en una estela de luz, similar a un ave que estaba a punto de estrellar a su presa desde el cielo contra el piso para matarla. Esto generó una explosión que llegó hasta donde yo estaba, pero como si algo cálido me hubiera cubierto, ni el fuego ni los escombros me hicieron daño.
Había escuchado historias que hablaban acerca de épicas batallas que se libraron por personas poderosas que usaban algo llamado magia. Estos eran llamados: "héroes"
Victorioso, el anciano se posó sobre el cadáver del oponente caído. Por alguna razón, el viento que soplaba hacía que su hanfu y su cabello se balancearan, logrando hacer que la escena se viera demasiado genial. Aún asustado, me aproximé hacia ese lugar para ver cómo se encontraba él.
—¿Viejo… Jenkins…?
Él volteó en mi dirección y su cabeza dio un pequeño salto, como si hubiera olvidado que yo estaba ahí. De inmediato se encorvó e hizo una voz de viejo senil, diciendo:
—¿Eh? ¿Qué? ¿Qué ha sucedido aquí?
El parecía querer desviar torpemente mi atención de todo lo que había sucedido, pero yo no tenía cabeza para un chiste después de vivir algo tan horrible.
—Viejo Jenkins… No puede fingir demencia después de esto…
—Si… Supongo que no.
Él rascó su cabeza avergonzado y observó a la distancia en dirección a la frontera con el reino vecino, el cual no estaba muy lejos de aquí y comenzó a hablar al aire:
—Necesito volver… El maestro es muy descuidado. Debo avisarle que alguien fue capaz de hacer un contrato con las sombras… O esto podría poner en peligro al mundo entero.
No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, pero algo sí sabía: Yo no sería el único que pasaría por una pérdida si esos monstruos seguían atacando a las personas.
Mis ojos hicieron un recorrido por todo el lugar, todo estaba destruido hasta las cenizas. Mi corazón estaba totalmente quebrado y angustiado.
Caí al suelo y lloré la perdida de mi familia. No podía evitar recordar la brutalidad de aquel suceso, era tan injusto, ellos no habían hecho nada malo y sin embargo, tuvieron un final tan horrible.
El viejo Jenkins se acercó a mi y me abrazó. Lloré en su pecho hasta que me quedé sin lágrimas mucho tiempo después. Él se disculpó conmigo.
—Perdón… Por no poder salvar a nadie más.
Negué con la cabeza, mirándolo con mis rojizos e hinchados ojos.
—Usted no tuvo la culpa… Usted incluso vino a ayudarme aunque era peligroso, cuando pudo escapar e ignorarme, dejándome a mi suerte.
Hubo un silencio en el que ninguno habló, pero un pensamiento vino a mi mente.
—Viejo Jenkins… yo… ya no tengo un lugar al que volver. No tengo más familia ni una casa ¿Qué… qué debería hacer ahora?
Mi voz denotaba miedo y mucha angustia debido a que no estaba seguro del como debía vivir a partir de ahora.
El permaneció callado durante un pequeño lapso de tiempo, reflexivo. El posó sus manos en su máscara, quitándosela. Se decía entre el pueblo que nunca nadie había visto su rostro antes. Me sorprendió en extremo ver su rostro, ya que no era lo que me había imaginado.
Sus ojos tenían una mirada llena de culpa, llena de tristeza y un profundo dolor. El habló después de un momento:
—No puedo regresarte a tu familia, tampoco puedo darte un hogar… pero puedo ayudarte enseñándote a valerte por ti mismo. Es lo único que puedo ofrecerte, muchacho.
Podía sentir el pesar que cada una de sus palabras llevaba, él estaba triste de no poder ayudarme más allá de eso.
Al escuchar sus palabras no pude evitar sentir alivio. Sabía que él no podía regresarme todo lo que había perdido hoy, sin embargo, si me quedaba con él y aprendía… Entonces yo podría evitar que más personas pasen por lo mismo que pase hoy. Asentí con decisión y hablé:
—Esta bien, estaré bajo su cuidado a partir de hoy. Yo… yo ya no quiero que nadie más pase por lo que pasé hoy… quiero acabar con esos monstruos.
El me miró. En sus ojos parecía ver reflejada una fuerte convicción de dar todo de sí para ayudarme con mi objetivo.
Él y yo nos levantamos del suelo, tenía algunas preguntas que hacerle a él antes de iniciar nuestro viaje. Pregunté de manera tímida:
—Por cierto, señor… ¿Qué… son exactamente esas cosas…?
Él respondió con seriedad, mientras observaba detenidamente los cuerpos de los hombres caídos.
—Se llaman sombras. Son criaturas que suelen tratar de tomar la forma de lo que consumen, aunque, al consumir muchas cosas, su cuerpo y sonido se deforman tanto que no los puedes distinguir. No son de por aquí. Suelen esconderse en lugares muy aislados y ningún arma común los puede tocar, aveces ni siquiera la magia. Es por eso que son tan peligrosos…
¿La magia? Nunca había visto magia hasta hoy. Había escuchado solo los cuentos que mi madre me contaba antes de dormir, pero como nadie la usaba, entonces supuse que solo existía en los libros.
Me daban miedo los cuerpos que él estaba inspeccionando, así que me mantuve detrás de él para sentirme protegido.
—Entonces… ¿Por qué atacaron el pueblo?
Si se escondían en lugares aislados, entonces ¿Por qué atacaron un lugar lleno de gente y lleno de luz?
—La cosa es que no es normal que ataquen pueblos, lo que hacen es confundir viajeros usando ruidos que parecen muchas personas gritando o sufriendo. Una vez que los escuchas, significa que te han marcado. Te hacen alucinar y huir hasta que te rodean y entonces…
Según lo que iba diciendo el señor Jenkins, eso era todo lo que me había pasado antes de llegar al pueblo. Escuché los gritos, aunque no sé si llegué a alucinar, pero su comportamiento fue igual al que describió después de que hui de casa.
Él siguió investigando los cuerpos, pero por su expresión parecía que no encontró lo que estaba buscando. Suspiró con pesadez y luego hizo una seña para que lo siguiera, la cual acaté sin rechistar. Caminé a la par del contrario y tomándome de la mano, él me hizo una pregunta:
—Chico, ¿Cuál es tu nombre? No me gustaría decirte todo el tiempo muchacho, chico o niño.
Tenía razón, aunque yo sí sabía su nombre, yo no le había dicho el mío. Miré en su dirección y le dije mi nombre:
—Soy Pikiki.
—Pff ¿Cómo el aventurero de las historias para niños?
—¡Oiga no se burle! A mi papá le gustaba mucho ese nombre, aunque mi mamá se molestó cuando me lo puso, ella me quería poner Mathuselem o algo así. Nunca supe cómo pronunciarlo.
—Está bien, Pikiki... Tan solo llámame maestro.
Había perdido todo ese día y me sentía triste por todo ello, pero está persona cambió mi vida más de lo que pude imaginar.
—Esta bien, maestro.

…
En una aislada y caótica cordillera en la frontera entre cuatro países, extrañamente se encontraban seis personas subiendo por la ladera de una de las montañas.
—¿¡Seis días!? Debes estar bromeando.
Alaric dijo con un tono comprensiblemente alarmado.
—Según lo que tengo entendido, saliste 3 días después de que salí yo. Eso lo convierte en 6 días.
Agregó el guardián de manera tranquila mientras caminábamos cuesta arriba por una de las montañas. El puente nos habia retrasado bastante, asi que debiamos apurarnos.
Algo se avecina.
Fin del capítulo.
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