La gran cordillera de las bestias es un lugar en donde solo los guerreros más poderosos o los seres más tontos del mundo osarían escalar para probar su valía. Figuras históricas como Zagemaru Clamaluz, el progenitor del clan Blackwind o el legendario primer maestro de la familia Windfury son algunos de los que han podido escalar triunfantes aquel monstruoso lugar y vivir para contarlo.
Son tan pocas las personas que llegan a la cima y regresan que podrías contarlos con los dedos, sin embargo, no siempre fue una gran cadena de montañas, hace millones de años, solía ser solo una pequeña cordillera con una gran montaña en el centro la que fue la protagonista de aquellas hazañas de valor.
Algunas personas menos experimentadas hace algunos miles de años creyeron que con un grupo grande de fuerzas mediocres podrían escalar las temibles montañas. Pensamientos y líderes como estos, hicieron que incontables vidas se perdieran al escalar a causa de las bestias que ahí residían, haciendo que en lugar de diezmarlas, se reprodujeran a tal grado que las bestias demoniacas más débiles salieran a vivir afuera de las montañas.
La cantidad de bestias fue tan grande que la comida se agotó en los alrededores de la cordillera y cuando eso sucedió, las bestias debían buscar comida en otros sitios, moviéndose en grandes cantidades hacia los 4 grandes reinos, los cuales, tenían sus límites colisionando con los alrededores de la gran cordillera.
Las bestias demoniacas llegaron en oleadas gigantes, asediando a los cuatro países circunvecinos. Las naciones estaban llenas de desconcierto por tal repentino acontecimiento. Sin embargo, el emperador Cyclus I, del imperio de Cyclus al norte, y la reina inmortal, Natsumi, del Reino Kibo en el sur, lograron detener las oleadas a sus respectivas tierras debido a su gran poder militar y estrategia.
A pesar de esto, ninguno de estos dos reinos logró evitar una cantidad considerable de bajas, pero nada comparado con las naciones de Radiux al oeste y Ebony-Lonn al este. Estos dos países fueron purgados casi en su totalidad, si no fuera por la ayuda de individuos poderosos que residían en esos países, los cuales, dieron su vida para salvaguardar a una pequeña parte de su gente.
Los sobrevivientes fueron a probar suerte y buscar refugio a los países vecinos que no fueron tan afectados. Ambos reinos recibieron a los damnificados, pero el emperador de Cyclus quiso aprovechar esa oportunidad para ampliar su territorio, así que él envió hombres para intentar ocupar las tierras que habían quedado desoladas por el ataque.
Al enterarse de esto, la reina inmortal se dirigió a la frontera entre la cordillera y el imperio, acompañada de sus magos más poderosos y sus generales.
La guardia imperial luchó una feroz batalla contra los generales de Kibo, peleando en igualdad de condiciones, dándole el tiempo suficiente a los magos de Kibo para invocar una poderosa magia que levantó el terreno a grandes alturas, creando una barrera natural de montañas para evitar el paso del imperio a gran parte de las tierras del este y el oeste. De esta manera, protegiendo parte del que alguna vez fue el hogar de aquellas desafortunadas personas de ser profanado por la codicia del gobernante vecino.
Después de esto, la misteriosa reina tan solo dejó unas palabras de advertencia a los enviados del emperador que ya se retiraban, diciendo:
"Díganle a su emperador, que el día en que su ejército cruce esta frontera, no espere que sus hombres regresen. Pero que tema más el día en que la cruce mi ejercito, porque no quedará nada, carbonizaré todo a mi paso."
A pesar de haber dejado aquellas palabras casi como una declaración de guerra, ambos países permanecieron sin cruzar la frontera debido a un solo motivo y es que las miles de bestias esparcidas fueron lideradas por una persona hacia la cordillera y estas se quedaron a residir ahí.
Algunos centuriones de Cyclus trataron de cruzar por la frontera con sus soldados, sin embargo, muchos de ellos morían incluso antes de llegar a la mitad de los picos más bajos debido a la gran cantidad de bestias. Con el paso del tiempo, Cyclus declinó en intentar cruzar, ya que sus ejércitos llegarían diezmados a su destino y perecerían ante un poderoso rival con sus fuerzas completas.
Se dice que aquel hombre que guio a las bestias en ese entonces reside en la cima del pico más alto de la gran cordillera de las bestias, y que aquel que llegue a la cima será iluminado por este mismo.
—Y bueno, eso es lo que dicen.
—¿De verdad creen en eso? ¿Quién vendría a ver a alguien que probablemente ya está muerto?
—¿La monarca de Kibo en ese entonces dijo eso?
Soren, Alaric y Kyla respectivamente, hablaban de una historia, específicamente una de cuando los reinos de Kibo y el Imperio de Cyclus comenzaron su gran rivalidad milenaria entre los emperadores y la monarca del reino costero del sur.
Ya habían pasado cerca de dos días desde que comenzamos a escalar cuesta arriba, teniendo algunas pocas paradas para descansar. Sin embargo, ellos parecían un poco demacrados debido a la subida constante y la cantidad de batallas (Aunque solo huyeron) así como el camino que tuvieron que recorrer en muy poco tiempo con muy poco descanso.
En lo personal yo no necesitaba descansar ni un poco, pero al ver que ellos estaban en tan malas condiciones decidí que debería dejarlos descansar un poco más para no parecer un completo villano, un monstruo o algo como eso. Así que simplemente busqué una pequeña caverna y procedí a limpiarla de sus antiguos inquilinos, ellos parecían algo molestos, pero al final lo entendieron y se fueron después de decirles algunas amables palabras. Luego de eso, traje a todo el grupo hacia aquí.
En cuanto les dije que era un lugar seguro para dormir, ellos simplemente se tiraron al suelo y comenzaron a roncar con suma felicidad, ya que también les mencioné que podrían dormir un poco más de lo normal, es decir, unas 6 horas y media.
Por alguna razón, como a la mitad de la noche, después de que solo habían pasado unas cinco horas y media, Alaric y compañía se despertaron un poco alertados, similar a soldados veteranos al terminar la guerra y volver a su hogar.
Generalmente los dejaba dormir unas 3 horas y después salíamos rápido para evitar que las bestias demoníacas nos alcancen. Para mí no era un problema en lo absoluto, pero ellos eran los que necesitaban correr para salvar sus vidas constantemente.
Ahora que los he dejado dormir un poco más, es normal que su cerebro esté alerta y los despierte cada cierto tiempo para ver si todavía siguen con vida y de esta manera evitar que se queden dormidos por mucho tiempo en un área tan peligrosa ¡El cerebro humano es impresionante!
De cualquier forma, como si fueran un pequeño enjambre de bichos, ellos de manera natural se aproximaron a la fogata que yo había creado y se sentaron a su alrededor con expresiones similares a unos zombis.
Todavía quedaba algo de tiempo antes de partir, así que decidí romper el momento incómodo y preguntarle al caballero Soren sí tenía alguna historia interesante que contar mientras llegaba la hora para irnos, después de todo, era normal juntar las palabras «Historias» y «Fogata» en esta especie de campamento de supervivencia.
Y aquí es donde nos encontrábamos ahora.
—Esa historia es casi como la recuerdo.
Dije mientras ejercía un poco de memoria acerca de ese día.
—Guardián, acaso tú… ¿Estuviste ahí?
—Claro.
Respondí afirmativamente a la pregunta de Soren.
—No seas fanfarrón ¿Qué edad se supone que tienes?
Lo ignoré.
—En ese caso… ¿Qué fue lo que en realidad sucedió?
Ante la pregunta sincera de Kyla decidí responder, ya que aún había algo de tiempo antes de partir.
—Bueno… Les mostraré.
De una de las pequeñas bolsas en mi abrigo blanco saqué un pequeño anillo espacial. Lo coloqué en mi mano derecha y con un ligero movimiento de mano, saqué una piedra rectangular negra de unos 15 centímetros. Parecía una roca normal hasta que veías las líneas de color azul brillante que formaban patrones en la roca.
—¡Esas son…!
—¿¡Runas azules!?
Iniciando con Alaric, todos parecían estar sumamente sorprendidos debido a esa piedra. Estaba un poco confundido, así que decidí preguntar:
—¿Qué con eso?
—"¿Qué con eso?" Dice…
Todos tenían una expresión complicada en sus rostros en ese momento, sin embargo, Alex, uno de los caballeros, saliendo de su trance, decidió preguntar:
—Guardián ¿Dónde consiguió eso?
—Yo lo hice.
—"Yo lo hice." Dice…
—¿Qué? No es tan complicado.
—"No es tan complicado." Dice…
Todos parecían desconcertados con mis respuestas.
—Guardián, podría ser que… ¿Tú no conoces el cómo se clasifican las runas?
—¿Existe algo como eso actualmente? Solo son runas que se hacen mediante la energía que les inbuyes a las inscripciones enlazadas como órdenes en objetos, depende de lo que quieras hacer con ellas, se usan más o menos inscripciones y energía, depende de que tan específico y habil seas, el color es solo la representación de la energía infundida en el objeto.
—Para decir tener tantos años, parece que no estás muy bien informado en este tipo de asuntos más recientes, pero como soy benevolente, supongo que te explicaré.
Lo ignoré nuevamente.
—En cualquier caso, ¿Qué se supone que son esas clasificaciones, caballero Alex?
—¡Oye!
—Bueno, verá…
—¿¡De verdad están fingiendo que no dije nada!?
Gary, su amigo, le palmeó la espalda en señal de lástima, aunque Alaric no estaba para nada contento con eso tampoco. Dejando eso de lado, Alex comenzó a hablar:
—Guardián, es muy sencillo. Las runas están divididas por colores, donde las grises son las más débiles, generalmente hay muchas en el mercado con precios algo caros para personas normales, de ahí, siguen las verdes que son más poderosas y más inusuales, por lo que son bastante caras o difíciles de conseguir.
»Las que seguirían son las runas azules, sin embargo, existen personas que a pesar de tener el dinero para comprar alguna, no pueden encontrar algo de esta calidad. Se dice que solo hay un puñado de artefactos con inscripciones azules en todo el reino. Es por eso que nos sorprende tanto el hecho de que poseas una de estas.
—Ya veo… ¿Hay alguna más?
Dije algo extrañado por la información que me estaban dando, al parecer Cyclus era un poco pobre en el conocimiento de la herrería rúnica.
—Solo son rumores, pero…
Dijo él.
—… Se dice que existe el nivel violeta. Los comerciantes que suelen viajar rodeando la cordillera por los territorios vecinos hacia Kibo, dicen que sus muros tienen inscripciones con esos colores.
—Ya veo. Eso es bastante decepcionante entonces.
Respondí ante aquella explicación de manera vaga, dando un suspiro profundo al saber que era aún peor de lo que pensaba. La mayoría no entendía mi reacción y era comprensible en cierto modo, debido a que ellos no conocían mucho de mí. Kyla levantó la mano y habló cuál niña al recordar un viejo cuento.
—¡Oh, oh! También hay una leyenda de hace siglos, se dice que el noveno emperador de Cyclus, Damian Cyclus, solía tener una espada con runas de color amarillo.
—¿Oh? Yo recuerdo haber escuchado algo así de mi abuelo, pero en mi caso, dice que le perteneció a mi antepasado o algo así, pero como no hay pruebas de eso, se quedó como un rumor entre la familia.
Alaric comentó a la ligera y todos comenzaron a hablar acerca del tema. Yo, por mi parte, sabiendo la verdad en cuanto a ambos rumores, decidí empezar con la activación de la runa al generar electricidad en la mano con la que sostenía la caja negra.
Al percatarse de esto, todos miraron en mi dirección, estando algo confundidos por lo que estaba haciendo. Pero antes de que pudieran decir cualquier cosa, las runas brillaron intensamente y algo similar a una proyección comenzó a reproducirse en una de las paredes de la cueva con algo de distorsión tanto de sonido como de imagen.
Dentro de la proyección, el sonido estrepitoso de la batalla se hallaba presente. Algunos soldados se encontraban corriendo, otros estaban en el suelo y unos pocos peleando en el fondo.
De entre todos se destacaba una persona que tenía puesta una armadura negra con toques de dorado, este estaba rodeado de personas uniformadas como si lo estuvieran protegiendo de algo.
Este miró hacia arriba sosteniendo una espada de color negro, como si se hubiera dado cuenta de algo.
Al poco tiempo, una amenazante figura femenina encapuchada con alas negras descendió del cielo, sin llegar a tocar el suelo. Todos los presentes se quedaron sin aliento e incluso los que estaban escapando o luchando simplemente no pudieron continuar haciéndolo, como si una fuerza invisible les hubiese obligado a prestarle atención a dicha figura.

Los que rodeaban al hombre trataron de desenvainar sus armas o incluso levantarlas en contra de aquella criatura, sin embargo, una fuerza invisible aparentemente evitaba dichas acciones.
Por su parte, la figura alada apuntó en dirección del hombre de armadura negra-dorada, que ya estaba un poco entrado en años y con una voz tan hermosa, pero firme como la de una ola chocando contra un risco, declaró:
—Emperador Cyclus, para mí es un placer y un honor conocer a otros como yo, que fundamos nuestros reinos con gran esfuerzo y dedicación. Admiro lo que en tan poco tiempo has podido lograr debido a tu capacidad de liderar a tu gente y es debido a ese respeto que me generas que aún conservas tu vida en este momento.
Parecía que el suelo temblaba con cada palabra que ella pronunciaba. El semblante del emperador cambió a uno de miedo en ese momento, pero rápidamente lo cambió para mantener su fachada ante sus hombres. La figura femenina continuó su discurso:
—Te dejaré ir con una advertencia: No seas tan pretencioso. No quieras meter a tu boca más de lo que puedes masticar ¿Entiendes? Regresa por dónde viniste y por favor, no te molestes en regresar aquí, de lo contrario, no te daré más cara¹ y ninguno de tus hombres regresará a casa después de cruzar la frontera.
—Reina Natsumi, creo que hay un malentendido aquí.
En cuanto el contrario dijo aquellas pocas palabras, la tierra tembló. La reina Natsumi había liberado una presión sin precedentes que había hecho desmayar a muchos de los presentes con tan solo sentir una brisa de esta misma, incluido el emperador. Debido a su edad ya un poco avanzada y su poca fuerza en ese momento, no pudo resistir por mucho aquella presión, aunque gracias a su voluntad logró aguantar durante unos segundos más que el resto.
Cuando esto terminó, solo la guardia imperial quedaba de pie en un muy mal estado. La figura alada comenzó a levitar hacia las murallas de Kibo, despreocupada mientras dejaba unas palabras a los soldados que se llevaban al emperador:
—Díganle a su emperador que no me dé motivos para cruzar la frontera tampoco, porque el día en que eso suceda no quedará nada. Mis llamas van a consumir a su pequeño imperio.
En ese momento, la imagen se distorsionó más y luego dejo de emitirse sonido alguno.
—Cielos.
—La reina solía tener un carácter bastante fuerte.
Soren y Alex, respectivamente, mencionaron sus pensamientos de sorpresa ante esto.
—¿Qué fue eso? Solo su presión mando a dormir a cientos de soldados y al emperador.
Alaric estaba también algo desconcertado por todo lo que había visto. Era comprensible, una persona con un nivel de poder similar no se veía normalmente por las calles.
—Y eso que estaba de buenas. Si la hubieran agarrado de malas en el instante en que pisaron fuera de la cordillera, no habrían sabido ni siquiera qué los mató.
—¿¡Tan fuerte!?
Los tres hombres parecían sorprendidos en gran manera al escuchar aquello. Gary y Kyla por su parte parecían estar inspeccionando la piedra.
—¿Cómo funciona esto? Es impresionante. Poder ver un recuerdo de hace siglos con una roca.
—Sí… Nunca había visto algo como esto ¿Qué clase de magia es esta?
Les explicaría todo, pero no hay tiempo. El sol estaba empezando a asomarse y los chicos sabían lo que eso significaba.
—Basta de charlas. Aún nos quedan varios días de viaje. Soren, recojan el campamento, los veré en 6 minutos para partir.
—Entendido ¡Ya oyeron, muévanse! Tenemos 6 minutos. Joven maestro, este es el momento para hacer sus necesidades.
—¡Cierra la boca!
El viaje hacia la cima continúa…
Nota: ¹ Esta expresión de la reina quiere decir que ya no le mostrará respeto o compasión alguna.
Fin del capítulo.
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