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Chapter 7 - Capítulo 4: ¡Señor, disciplínelo!

Una vez que terminamos de hablar un poco más acerca de temas relacionados con el clan y los patriarcas antiguos, el viejo me dejó junto a un mayordomo de confianza llamado Fredd, el cual me cayó de maravilla.

El anciano le dejó algunas instrucciones al hombre y posteriormente, este mismo Fredd me llevó por algunos salones como parte de un pequeño recorrido hasta llegar a uno de los más grandes, el salón comedor. Este contaba con un montón de comida por aquí y por ahí. Quedé expectante mirando todos los platillos. Fredd, viendo esto, con una voz tranquila, me dijo:

—Adelante, puede comer cuanto guste.

Sin contenerme, decidí tomarle la palabra y comer cuanto pudiera. Me acerqué a la mesa, empezando a comer por la zona de los platos fuertes, en definitiva, esto era mejor que la comida de la posada. A lo lejos, algunos sirvientes estaban hablando, parecía que un rumor se había extendido rápidamente.

—Entonces ese… ¿Es el guardián dragón blanco?

—¿En serio? Esperaba algo más… Dragonesco.

El comedor era un lugar bastante bonito, ahora que lo veía con más detenimiento, era bastante amplio y adornado, así mismo, descubrí durante mis conversaciones con el personal que el lugar en el que me encontraba dejó de llamarse "Mansión Banyronix" hace ya un siglo. En la actualidad, tenía el nombre de "Pabellón Banyronix", eso explicaba la apariencia que tenía ahora todo el sitio a comparación de hace casi 400 años cuando solía vivir por aquí cerca debido a Orvyn.

El anciano dijo algunas palabras al mayordomo acerca de mi identidad y de cómo debían darme un trato considerablemente amable, como si un alto funcionario estuviera aquí, sin embargo, algunas personas empezaron a murmurar acerca de un tal guardián dragón blanco, supongo que estarán hablando del festival que se aproxima, a mí también me parece emocionante.

—Bueno, ciertamente su apetito es digno de un dragón, supongo.

—Cierto.

Los murmullos son sin importancia para mí, centrándome únicamente en comer los platos frente a mí. Después de comer una cantidad considerable, mi estómago estaba en su límite.

—Fuaa…~ la comida nunca decepciona en este lugar.

Por otro lado, en los aposentos del patriarca…

¡SLAP!

El sonido de una bofetada resonó por todo el lugar, el joven que recibió este golpe de lleno, seguido de un ruido sordo, cayó al suelo. Cubriendo con su mano derecha el sitio del golpe, el cual estaba bastante rojo ahora, se encontraba mirando a su enojado padre con miedo en sus ojos. Él intentó persuadirlo, diciendo:

—Uhgg… Padre, solo espero que no te dejes engañar por ese farsante…

—¿¡Todavía tienes el descaro de hablar así en tu situación!?

El padre tenía el ceño fruncido y parecía que su rabia se desbordaba por la actitud de su hijo hacia las cosas, todo lo que tenía para decirle acerca de su comportamiento y los rumores que había escuchado se desató aquí, su imprudencia ya había colmado la paciencia del hombre anciano. Habló a su hijo palabras ásperas que se había guardado por bastante tiempo:

—¿¡Acaso sabes cuantas cosas he escuchado de ti!? ¿¡Sabes cuánta angustia cargo al saber que mi tonto hijo será el próximo patriarca del clan!? Tu actitud te ha llevado al orgullo y la jactancia, desprecias al pobre, al necesitado y no solo eso, sino que los haces aún más miserables en lugar de ayudarlos… Todo es… mi culpa por no ser un buen padre…

—Yo… yo no…

—¡Silencio! ¡Ni siquiera te atrevas a negarlo! Todos los días llegan quejas de los aldeanos. He estado tolerando tus tonterías hasta ahora pensando "Es solo un joven" pero ahora, el guardián ha venido como heraldo de la ira del primer patriarca y esto como un karma por ignorar tal comportamiento ¡Pero ya no más!

—¡Te digo que él no es el guardián, es solo alguien con ingeniosas artimañas para engañarte!

—¡Te dije que te calles!

¡Pum!

Un puño lleno de ira viajó rápidamente hacia la cara del joven Banyronix, acertando y dejándolo en un estado peor que el de antes, un poco de sangre comenzó a salir de su nariz. A pesar de que ya el anciano tenía más de 60 años, seguía bastante fuerte.

—¿Crees que nací ayer? ¿Crees que no tengo suficiente experiencia como para que alguien que tiene su apariencia me engañe si no fuera quien dice ser? Usa tu cabeza por un segundo, Alaric, mira.

El padre corrió una de las gruesas cortinas que cubrían la ventana, la cual apuntaba hacia el salón comedor del pabellón. Claramente, se podría ver lo que sucedía ahí dentro, había un chico de apariencia de unos 17 años que portaba una gabardina blanca que se encontraba conversando con los sirvientes y ayudándolos a llevar los platos, parecía que le caía bien a todos los presentes en el salón.

—Si no fuera quien dice ser… ¿Crees que estaría tan tranquilo en una situación en la que acaba de golpear al hijo del gobernante de estas tierras, estando ahora en su casa con cientos de guardias y luego, tener la osadía de usar el tesoro del clan que nadie nunca había activado antes sin haberlo visto nunca?

El joven parecía estar algo confundido a causa del razonamiento de su padre, ahora que lo veía de esa manera, tenía algo de sentido, sin embargo…

—Yo… no creo que él sea el guardián del que se habla en las leyendas, solo míralo, padre… ¿No sé dice que era un dragón blanco con ojos que parecían emanar fuego azul? Él no se parece en nada a las historias.

—Entiendo tu preocupación… Pero él sabe cosas que no están registradas en los papiros históricos del clan de hace 400 años ¿Cómo se consigue esa clase de información que se supone, se perdió?

—No lo sé, cualquiera podría inventarse una historia que no está verificada y contarla como verdadera ¿Cómo puedes confiar tan plenamente en él?

—Debido a la imagen proyectada por el reloj de la promesa.

—Seguramente eso fue algo de hechicería, padre, algo que inventó para salir de la situación.

—¿Y qué hay de que ninguno de los guardias se podía mover en su presencia, tal como en las leyendas?

—Eso… Debe ser un truco

—¿Un truco?

—¡No lo sé! Algo así…

Parecía que el chico estaba reacio a creer que ese chico era el guardián del clan. El padre se había calmado un poco debido a la conversación. De repente, algo fugaz vino a la cabeza del anciano.

—Bueno, Alaric… Aún no hablamos acerca de tu castigo por tus imprudencias.

El joven se sorprendió al escuchar el brusco cambio de tema de su padre, un cambio de tema a uno que realmente él no quería tocar en ese momento ni en ninguno otro. Ahora que su padre sabía de sus fechorías, no tenía lugar a donde ocultarse o escapar de su culpa, sabiendo perfectamente todo lo que había hecho.

—Padre yo…

—Ya lo he decidido, Alaric… Tú... ya no eres digno de ser el sucesor del clan Banyronix ahora.

En cuanto el padre dijo aquellas palabras, la cara del joven se emblanqueció como la nieve, su corazón estaba latiendo velozmente por el miedo de perder su lugar como heredero. Quiso apelar, más, sin embargo, el padre parecía decidido en cuanto a su decisión.

—¿¡Qué!? Padre, tú no lo…

—Nunca es un mal momento para enseñarle una lección a un hijo. Por la presente, yo, Dexter Banyronix, noveno patriarca del clan, te quito todos tus títulos y privilegios como heredero hasta que me parezca conveniente ¡Fredd!

—¡No puedes hacerme esto, padre! ¡Esto es una locura!

Un hombre de alrededor de 58 años de edad entró por la puerta, vestía un elegante traje de color negro, sus cabellos eran de un color negro con algunas canas, también poseía un bigote con las mismas características que su cabello. Al ver la eficacia del mayordomo, el patriarca no pudo hacer más que sonreír.

—Aquí estoy, señor. Con su permiso.

—Fredd, amigo, necesito que me hagas algunos favores de papeleo, pero antes de eso, dime ¿Cómo está el guardián?

—Señor, parece que no necesitaba instrucciones de darle un buen trato, el guardián parece bastante amigable con todos, incluso insistió en ayudar a los sirvientes con sus labores.

El viejo parecía algo sorprendido, él había mandado a que se le tratase como alguien importante, pero ahora le decían que le estaba ayudando a los sirvientes con los deberes, eso le molesto un poco.

—Fredd… ¿Acaso no mandé que se le tratase como alguien relevante?

—Señor, con todo respeto… lo intenté, pero no tengo el poder para detener a tal entidad de hacer lo que quiera.

El mayordomo se inclinó, dando su respuesta de manera respetuosa. Después de la respuesta con una reverencia, el viejo patriarca entendió la situación, parecía que el guardián, a pesar de su fuerza y estatus, no parecía querer poder sobre otros, ni ser servido, sino que era amable con las personas que le mostraban amabilidad.

El anciano recordó parte de la historia del dragón guardián, en la que mientras los gobernantes tiranos oprimían al pobre y al necesitado, el dragón velaba por sus necesidades como un santo enviado por los cielos para aligerar las cargas de esas personas que anhelaban esperanza. En ese momento, vio a su hijo y, preocupándose por su futuro, decidió tomar acción.

—Fredd, trae al guardián. Necesito hacerle una petición.

—A la orden, señor.

Luego de comer y de ayudar a las personas con algunas cosas como lavar los platos, trapear los pisos y demás, el mayordomo Fredd me llamó, diciéndome que el anciano quería verme para algo, simplemente dije que sí y lo seguí hasta el cuarto del patriarca.

Observé al entrar que era un sitio bastante acogedor, también observé que ahí estaban los dos Banyronix, el viejo y el joven. El joven parecía algo maltratado ¿Qué habrá pasado? Al parecer aún tenía algunos resentimientos en mi contra, sin embargo, sin esperar mucho más, el viejo habló:

—Señor guardián, en el nombre del clan Banyronix, le ofrezco una gran disculpa a causa de las molestias que le ha causado mi irresponsable hijo.

Agachó la cabeza de su hijo por la fuerza para que hiciera una reverencia de disculpa, al igual que él mismo. Yo no estaba enojado ni nada, así que tan solo sonreí, negando con la cabeza, diciendo:

—Anciano, no tengo nada en contra de ustedes, no tienes que preocuparte por esto.

De repente, me sorprendí debido a que el anciano se arrodilló ante mí, no solo yo estaba sorprendido, el hijo y el mayordomo también lo estaban.

—¿Anciano?

—¿¡Señor!?

—¿¡Padre!?

Declaramos los tres casi al unísono sin saber que es lo que estaba pasando, sin embargo, en vez de hacer caso a nuestras quejas, el anciano empezó a declarar sus intenciones. Tenía una voz semi temblorosa con la que habló con todo el sentimiento de un padre preocupado por el bienestar de su hijo:

—¡Señor, disciplínelo!

—¿Eh?

—¿Eh?

—¿Eh?

Estábamos todos bastante confundidos ¿Qué quería decir con eso de "disciplínelo"? Antes de poder expresar mis dudas, el anciano siguió con su aparente petición.

—Mi hijo… ha perdido de vista el propósito del clan que una vez nuestro progenitor fundó. Él ha estado molestando a las personas, se ha envanecido en el orgullo, se ha embriagado de poder y temo en gran manera por el futuro del clan si no se le corrige adecuadamente… Por eso le pido a usted, guardián, si aún guarda en su corazón la amistad entre el ancestro y usted… hágale este favor, disciplinando a uno de sus tontos descendientes.

Su voz estaba a punto de romperse. Yo sabía que su petición era una petición sincera, él ya era anciano, tenía cosas de las cuales ocuparse y su hijo era malcriado y mimado. Yo sabía que él sabía acerca de su propia culpa en este aspecto y de su responsabilidad en los actos de su hijo, por eso me lo pedía de esta manera.

Me agaché para estar a la altura del viejo, poniendo mi mano derecha en su viejo hombro, él, alzando la mirada con ojos llorosos, me miró expectante. No tenía más remedio, después de todo, ya había hecho esta promesa antes con su ancestro.

—Levántate, tu primer patriarca me hizo prometer esto mismo hace unos cuatro siglos atrás, que si sus descendientes empezaban a ser como los antiguos gobernantes de estas tierras, yo debía disciplinarlos y sobre todo, hacerlos recordar el porqué se luchó en contra de ellos. Voy a hacerle este favor a mi viejo amigo, je.

Al escuchar mis palabras, los ojos del anciano se iluminaron, el semblante del mayordomo se calmó, pero el rostro del joven palideció. Parecía que de algún modo él no sabía acerca de las intenciones de su padre, pero ahora estaba decidido, a partir de ese momento yo sería el encargado de cuidar a este zoquete.

Ayudé al anciano a levantarse y él llamó a su mayordomo.

—Fredd, ayúdame con los documentos correspondientes… En cuanto a ti, Alaric… A partir de ahora estarás bajo el cargo del guardián, él te va a disciplinar en la manera que más crea conveniente.

El anciano miró en mi dirección con una sonrisa expectante, hizo una reverencia respetuosa y dijo:

—Por favor, cuide bien de mi hijo.

—Claro, no tengas cuidado, viejo.

Contestando de esta manera y viendo que podía confiar en mí, el viejo se despidió, dejándome a mí y a mini Banyronix solos en ese cuarto. Parecía que él aún lo estaba analizando, ya que parecía petrificado.

—Y uhmm… bueno… ¿Tienes hambre?

Dije hacia él, intentando romper el hielo entre ambos, por el hecho de que no era una relación que había empezado de la manera más amigable que digamos. No hubo respuesta de su parte, estaba pasmado, como en una especie de trance.

Knock, knock

Se escuchó un sonido proveniente de la puerta. Miré en esa dirección con curiosidad ¿Se le habrá olvidado algo al viejo? No, si fuera el viejo, no tendría por qué tocar.

—Adelante.

Dije tranquilamente. Al escuchar mi respuesta, un grupo de 3 personas con armaduras plateadas entraron al lugar, algo cabizbajos, viéndolos detenidamente, me di cuenta de que eran los guardias que venían con el joven el día de ayer. Estaba preguntándome si venían por la revancha cuando uno de ellos, al parecer el líder, se dignó a hablar con una voz grave, pero al mismo tiempo servil. Todos se arrodillaron casi al mismo tiempo en cuanto él lo hizo al hablar, diciendo:

—Señor, nosotros somos conscientes de nuestros errores al interrumpir de esa manera su comida el día de ayer y hemos venido a disculparnos por nuestras acciones. Somos la guardia del joven señor Alaric… Presentamos nuestros respetos ante su fuerza extraordinaria, señor guardián.

—Chicos… Ustedes ya no son mi guardia… Mi padre me quitó mis derechos y privilegios como heredero, ya no tienen que seguir a mi servicio.

Me sorprendí al escuchar eso, ya que venía de mini Banyronix, su rostro parecía uno devastado y lleno de desesperanza, como si ya hubiera entendido lo que estaba sucediendo, aunque aun no aceptándolo del todo. Parecía que su alma se saldría de su cuerpo de un momento a otro.

—Los caballeros juramos proteger a nuestro joven amo, sin embargo, hemos perdido nuestro honor porque no pudimos hacer nuestro trabajo ayer. Por esto, hemos renunciamos a ser caballeros, hasta recuperar el honor, por eso…

Inclinaron las cabezas aún más mientras se arrodillaban ante mí, tenía un presentimiento acerca de esto, pero no uno malo precisamente. Todos los caballeros al unísono declararon su petición de esta manera:

—¡Guardián, entrénanos!

Fin del capítulo.

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