Afortunadamente, tal vez porque realmente sobresalían como grupo, no paso mucho antes de que encontraran a la madre de la niña. En este caso, no era solo Subaru el que resaltaba, sino también Satella con su cabello plateado y extraordinaria belleza.
— ¡Muchas gracias!
Una vez que la madre se reunió con su hija, agradeció a Subaru y Satella varias veces, aunque sonrieron y lo pasaron como si no fuera nada.
Mientras la niña y su madre se iban, la niña miro hacia atrás y se despidió varias veces, y Subaru y Satella hicieron lo mismo. Subaru se giró hacia Satella, mientras estaba a su lado despidiéndose de la niña y vio que había una brillante y animada expresión en su cara.
— Ahora, tengo el sentimiento de que perdimos mucho tiempo con esto, ¿pero qué tiene que decir nuestra onee-chan? ¡Estoy seguro de que encontrará una manera de describir esto como para un fin hasta el final!
Subaru dijo de manera orquestada, chasqueando sus dedos y burlándose de la naturaleza amable de Satella.
Por supuesto, no la estaba criticando; era más como tomándole el pelo. Después de todo, Satella había dado tantas excusas indirectas del porque su encuentro con Subaru era útil, así que estaba curioso de que era lo que iba a decir.
—… Es simple —en respuesta a Subaru, Satella sonrió—. Ahora estaremos de buenos ánimos mientras seguimos buscando.
—…
— Incluso si recupero mi insignia, estoy segura que me hubiera lamentado de no ayudar a la niña. ¿No crees que es mejor hacer ambos, ayudar a la niña y recuperar mi insignia?
No parecía que Satella solo decía eso para mantener sus esperanzas. Parecía tan refrescada que probablemente lo creía.
Con ese tipo de respuesta, Subaru realmente no sabía que decir. Tendría que repensar su opinión de esta chica.
No solo era el tipo de persona que era tan amable que siempre terminaba perdiendo todo, también era el tipo de persona que quería tenerlo todo.
— Ya veo. Tienes razón. Gracias por tu rápida decisión, no tendremos que decir 'Seguro, abandonamos a una niña llorando perdida, pero fuimos capaces de recuperar la insignia, sana y salva, ¡hurra!'
— Bueno esa es realmente una negativa manera de ponerlo
Dijo Satella, ceñuda, entonces mirándolo como si tuviera algo que decir.
— Pero además de eso… ¿Por qué me ayudaste? Pensé que estabas en contra de ayudar a la niña, Subaru.
— ¡Solo quería presumir de mi habilidad de hacer trucos de magia…! Lo que es, por supuesto, una mentira. ¿No lo dije antes? Voy a ayudarte a encontrar tu insignia para que pueda hacer mi buena acción del día e ir al cielo.
— Pero ya que ayudaste a la niña, ¿eso ya no cuenta como tu buena acción del día?
— ¡Ese es un muy buen argumento! Pero quiero decir, no es como que estoy limitado a una al día o nada. Puedo hacer más. ¡Así que de todas formas, voy a hacer suficientes para mañana hoy! ¡En realidad estoy planeando hacer toda una semana de una vez!
Subaru tenía el presentimiento de que se estaba descarriando del verdadero significado de todo este concepto de 'una buena acción al día', pero aun así trató de argumentar. Satella se detuvo, sorprendida.
— Subaru… con una personalidad así, vas a terminar perdiéndolo todo algún día.
— ¡Tú eres la última persona de la que quiero escuchar eso!
Gritó Subaru, enviándole de regreso sus palabras a ella, pero Satella solo inclinó la cabeza en confusión.
Aparentemente realmente no lo entendía.
— Realmente eres un buen chico, ¿cierto?
— Sabes, me molesta que me trates como si fuera menor que tú. Sé que un montón de gente cree que los Asiáticos del Este son más jóvenes de lo que parecen, pero realmente no podemos estar muy diferente de edades, ¿cierto?
Pero en respuesta, Satella entrecerró sus ojos violetas y ligeramente dijo
— Por más edad que creas que tengo, no creo que estés muy cerca… Después de todo, soy una semi-elfo.
—…
Subaru estaba sin habla. Viendo su respuesta, un número de complicadas expresiones pasaron por los ojos de Satella. Finalmente la emoción que quedo fue inefable mezcla de resignación e impotencia.
— Ya veo. Por eso eres tan linda. Después de todo, es regla de los mundo de fantasía que los elfos siempre sean hermosos.
—… ¿Huh?
Subaru finalmente asintió, habiendo llegado a sus propias conclusiones sobre Satella siendo una semi-elfo. Satella parpadeó varias veces. Sus expectativas habían fallado completamente.
— ¿Hmm? ¿Qué sucede?
— No es que suceda algo, es solo… Quiero decir… Soy una semi-elfo y…
— Sí… te escuché la primera vez.
Inseguro de con qué tenía un problema Satella, esa era la única manera en la que Subaru pensaba que podía responder, pero la reacción de Satella era dramática.
—… Ah.
Satella hizo un extraño sonido en su garganta, antes de alejarse de Subaru, encontrar la pared más cercana, arrodillarse junto a ella y agarrar su cabeza de cabello plateado en sus manos.
En cara de tal inexplicable reacción, Subaru no sabía que decir.
— ¡Toma eso!
— ¡Ow! ¡¿Por qué demonios fue eso?!
El gato gris, que siempre parecía ir y venir como quisiera, lo había golpeado en la cara con su pata como si recreara un movimiento de lucha.
Puck ronroneó, golpeando sus bigotes con la misma pata con la que había golpeado a Subaru.
— No lo sé, solo sentía esta abrumadora frustración y no podía mantenerla dentro de mí.
— Si esa es la única razón, va a ser difícil librarme del sentimiento que una gran injusticia me fue hecha, pero fue un puño suave y blando, así que te perdono.
— Quiero decir, no estoy enojado ni nada. Si tengo que decirlo de alguna manera, diría que es lo opuesto.
— ¿Lo opuesto? —dijo Subaru, confundido.
— Sí, lo opuesto —Puck dijo asintiendo.
Antes de que Subaru le pudiera preguntar a Puck que quería decir con eso, Satella había regresado.
Retorciendo las puntas plateadas de su cabello, Satella miró ferozmente a Subaru.
— Subaru, tú… papirote.
— Ya nadie usa la palabra 'papirote', ¿y qué hice para ser insultado por ti?
— Hmph. Si no lo entiendes, no es mi problema. Más importante, tenemos que seguir nuestra búsqueda.
Con el sujeto de la irracionalidad de Satella cortado sin otra palabra, Subaru miró irritado, pero esa irritación se evaporó cuando Satella empezó a actuar más amigable y familiar. Subaru aún no sabía por qué tuvo tal repentino cambio de actitud, pero habían cosas más importantes en las que pensar.
— De todas maneras, el episodio con la niña lo hizo dolorosamente claro… ¿no es este pueblo demasiado grande para buscar algo?
— Bueno, es la capital de Lugunika. Es la ciudad más grande de la nación. Si recuerdo correctamente, hay cerca de… trescientas mil personas viviendo aquí y muchos otros que vienen y van.
Satella respondió la pregunta de Subaru en detalle y con un poco de orgullo en su voz.
— Ya veo, ya veo. Trescientas mil personas, huh. Eso es bastante… Gracias por la información regurgitada.
— Urr… —Satella murmuró. Parecía que la suposición de Subaru había dado en el punto.
Subaru trató de usar la nueva información para hacer una imagen de la ciudad capital de Lugunika en su mente. Tenía una población de 300,00 personas, entonces para una ciudad en un escenario fantástico medieval, era bastante grande. Por supuesto, el número solo reflejaba la gente que vivía en la ciudad, así que después de añadir a los mercaderes y aventureros, ese número de personas probablemente sería mucho mayor.
Mientras Subaru miraba la gente que pasaba por el lado de la calle, estaba de nuevo asombrado por la concentración de tal variedad de grupos de gente. Había semi-humanos, semi-bestias y humanos regulares juntos, y realmente era como un caldero que unían diferentes razas.
El hecho de que se habían perdido en los callejones por al menos una hora no era algo para reírse tampoco.
El área era tan grande que los caminos eran tan complicados que se habían perdido.
— En otras palabras, no tenemos espacio para equivocarnos. Ya le hemos dado mucha ventaja al ladrón y si nos atoramos de nuevo será demasiado tarde. Así que escojamos nuestros movimientos cuidadosamente.
— ¿A qué te refieres?
— Si andamos corriendo sin ningún tipo de plan, no tendremos resultados. En su lugar, si vamos de nuevo al lugar donde tu insignia fue robada, tal vez seamos capaces de obtener información de la gente. ¿Había alguien que viera lo que sucedió?
De acuerdo a Satella, su insignia había sido robada en pleno día, justo en medio de la multitud. Se era así, el ladrón era audaz, pero viendo la conmoción en la calle ante él, Subaru pensó que no era necesariamente una mala decisión de parte del ladrón. Entre más gente, más fácil perderse entre la multitud.
— ¿Recuerdas donde te fue robada?
— Sí, creo… que fue por aquí.
Subaru siguió a Satella. Mientras atravesaban la confusión de la multitud con muchos diferentes tipos de gente, Subaru sintió que le fue quitado su sentido de dirección y distancia tan rápido como atravesaron el laberinto de callejones antes. Sentía que no tenía idea de donde estaba caminando. Mientras el lugar donde estaban debería ser uno que nunca había visto, Subaru sintió un extraño sentimiento de que lo había visto antes, y ese sentimiento no se disipó.
— Espera. No, definitivamente he visto este lugar antes.
Viendo que el lugar al que Satella lo condujo, rasco el lado de su cara e hizo una media sonrisa.
El lugar donde a Satella le habían robado su insignia era la misma esquina a la cual había sido invocado Subaru.
— Aquí es donde me confundí tanto que decidí enfriar mi cabeza en un callejón vacío y entonces tuve mi encuentro con los matones A, B y C…
Recordando lo que pasó dos horas antes, Subaru meditó para sí mismo, que asombrosas coincidencias como esta en realidad ocurrían algunas veces.
Si era así, estaba de suerte. Tenía a alguien en mente con quien podía hablar.
— Así que esa es la situación. Le dije '¡Déjamelo a mí!' y vine a verlo, Sr. Vendedor de Frutas.
Subaru giró y apuntó al dueño de una tienda de frutas al lado de la calle principal. La fruta alineada en al mostrador era fresca y solo mirarla le hizo la boca agua.
—… ¿Qué, tú de nuevo? Estaba esperando un cliente, Sr. Quebrado —dijo el dueño con una mirada fría que no parecía adecuada para tratar con clientes a diario.
El hombre usaba un pañuelo en la cabeza y era muy musculoso. Tenía una cara severa y una profunda, amenazadora voz.
Sobre todo, también tenía una cicatriz blanca que corría desde el lado izquierdo de su cara, probablemente dejada por algún tipo de cuchilla. No importa cómo se viera, no había manera de que fuera un respetable, respetuoso de la ley ciudadano.
Es por eso que era tan sorprendente verlo detrás de un mostrador de una tienda de frutas.
— Oh, no seas tan frio, viejo. Estabas actuando bastante amable conmigo hace un rato.
— Eso fue porque pensé que eras un cliente. De haber sabido que no tenías dinero, te hubiera echado antes, como lo voy a hacer ahora.
Subaru estaba tratando de actuar como si fueran mejores amigos, pero el dueño de la tienda no tenía nada de ganas. Movió su mano como si estuviera espantando un insecto.
— Oh, vamos —suspiró Subaru, relajando sus hombros—. ¿Estás seguro que quieres tratarme así? ¿No has notado que soy diferente de la última vez que vine?
— ¿Qué fue eso? —dijo el dueño de la tienda, inseguro de cómo reaccionar mientras Subaru hizo una expresión triunfal, inflando las fosas nasales.
Subaru dio un paso al lado y extendió sus manos como para mostrar a Satella que estaba detrás de él.
— ¡Mira eso! ¡Traje a alguien conmigo! ¡Me hubieras echado si supieras que no tenía dinero, pero que crees, ahora he traído a alguien que bien podría ser un nuevo cliente frecuente!
— Um, ¿Subaru…? Odio decirlo cuando tienes tantas esperanzas, pero no tengo nada de dinero.
— ¿Huh, qué, de verdad? ¡¿Me estás diciendo que estamos andando por la capital sin ni una sola moneda entre los dos?!
El dueño suspiró mientras veía a los dos pobres en su tienda.
— ¿Y bien? ¿Qué era lo que querías decir, ahora que un mendigo se volvieron dos?
— Bueno, en realidad, estamos buscando algoy quería preguntarle si al menos podría escucharnos.
— ¡Eso solo fue mi manera de decir que no tengo tiempo para tratar con ustedes! ¡Toma nota! —el dueño de la tienda gritó.
Subaru sintió que sufrió un intenso daño en su tímpano.
— Es-esto no fue una buena idea después de todo, ¿verdad?
Dijo Satella, encogiéndose mientras tiraba de la manga de Subaru.
Puede ser verdad que pedir ayuda sin comprar nada era bastante egoísta, pero eso no cambiaba el hecho de que no tenían dinero para comprar nada.
Justo cuando Subaru estaba por rendirse de tratar de obtener información del hombre, escuchó una voz.
— ¿Hmm? ¿Son ustedes… los dos de antes?
Subaru y Satella se giraron. De pie frente a ellos estaba la mujer con largo cabello marrón. Era alguien que habían visto antes; después de todo, la mujer no estaba sola. Agarrada de su mano estaba una niña que parecía muy feliz de verlos.
— Lo somos, pero… ¿por qué estás tú en un lugar así? la única persona aquí es este descorazonado, hombre con cara de miedo.
— Ha-ha… Esta es la tienda de mi esposo, así que pensé en pasar y saludar.
— ¿La tienda de tu esposo?
Subaru y Satella se miraron y entonces se giraron a mirar dentro de la tienda, sus miradas finalmente llegaron a la cara del hombre con la cicatriz, que había cruzado sus brazos.
— Viejo… no mataste al esposo de esta mujer y tomaste su tienda, ¿verdad?
— ¿De qué estás hablando? ¡Esta es mi tienda y esa es mi esposa!
Subaru miró asombrado de nuevo a la mujer, quien sonreía, viéndose insegura de cómo reaccionar. Era una mujer hermosa, con facciones finas y conducta gentil. ¿Esta mujer y esehombre de aspecto severo? Tiene que haber algún error.
«Posiblemente no la está amenazando, ¿verdad?»
Subaru pensó con una mirada preocupada. Pero a pesar de la conjetura de Subaru, la niña que sostenía la mano de su madre paso al lado de Subaru hacia el dueño de la tienda, quien la abrazó y la alzó.
— ¡Oh, mira eso! No estás toda emocionada. Ahora dime, ¿conoces a estos dos pobres mendigos?
— ¿Mendigos? ¡Cariño, no les digas así!
Después de escuchar las palabras afiladas de su esposo, la madre de la niña alzó sus cejas y comenzó a regañar a su esposo. Entonces explico como ella, su hija, Subaru, y Satella se habían conocido.
Después de escuchar lo que ocurrió, el dueño de la tienda bajo a su hija.
— Lamento eso. Esa no es manera de hablarles a las personas que salvaron a mi hija. Por favor, discúlpenme.
— Oh, no te preocupes. Quiero decir, es verdad que no tenemos dinero, y…
— ¡Es cierto, viejo! Espero que pienses mucho sobre tus accione… s… Um… tu linda cara se ve realmente atemorizante ahora mismo.
Una mirada de Satella calló a Subaru.
Justo después de eso, la niña acercó su mano a Satella. En su mano estaba un pequeño adorno de forma de una pequeña flor roja. Satella contuvo el aliento, y miró del adorno a la niña varias veces, con una expresión ligeramente inquieta.
— Por favor, tómalo —dijo la madre, colocando su mano en la espalda de Satella, instándola—. Mi hija quiere agradecerte en su propia manera.
Satella asintió ligeramente y entonces tomó el adorno de la mano de la niña y lo colocó en la base del pecho izquierdo de su abrigo, antes de arrodillarse para que la niña pudiera verlo.
— Gracias. Me gusta mucho.
Mientras Subaru veía la radiante sonrisa de Satella desde el lado, fue incapaz de desviar la mirada. Viendo esa sonrisa, la niña se sonrojó y apartó la mirada, y el dueño de la tienda, viendo todo esto, aclaró su garganta.
— Salvaron a mi hija. Quiero agradecerles. Pregúntenme lo que quieran.
Con una fuerte cabezada, el dueño de la tienda de aspecto severo puso su mejor sonrisa.
Satella estaba sorprendida, pero entonces miró a Subaru y sonrió, pero no era la misma sonrisa de antes. Esta era una sonrisa triunfante.
— Ves, te lo dije. ¡Realmente regresó y nos ayudó al final! —dijo, como si este extraño giro del destino fuera algo que ella hizo.