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brujo kinetico: dominación ( r18)

🇪🇸Wanjian
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Synopsis
en un mundo donde los fuertes aplastan a los débiles y los monstruos destruyen todo a su paso, nacerá alguien con el poder de gobernar sobre los fuertes y derrotar a los monstruos. pero no se conformará con eso. Él también tiene un deseo: dominar a todas las mujeres que despierten su interés por cualquier (o casi cualquier) medio. Él es Effiro, el brujo kinetico
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Chapter 1 - Prueba de ingreso

Effiro se levantó de la cama. En ella, una hermosa mujer de rasgos finos y pelo negro largo se encontraba desnuda, con un gran sonrojo. De su coño goteaba semen y sus propios fluidos sexuales, dando una vista obscena.

Effiro ya se había divertido con esta mujer, por lo que no la dio mucha importancia y se preparó para la prueba de ingreso de la secta.

Él cumplía 18 años ese día, por lo cual tenía edad suficiente como para unirse a la secta kaen arcanum, la secta de su padre.

Eso significaba que tendría que pasar un mes sin poder divertirse con ninguna mujer, a no ser que encuentre a alguien dispuesta durante la prueba. Esa fue la razón por la que devastó a la chica que actualmente se encuentra en su cama.

Su nombre es Joan, y ella es lo más cercano que Effiro tiene a un amigo. Normalmente tienen sexo todos los días, y el pensamiento de no estar con ella por un mes hacía que Effiro se sintiera mal.

En ese momento, Joan volvió a la realidad, levantándose de la cama y dirigiéndose hacia la fuente para limpiar su cuerpo de los restos de sus actividades nocturnas, cosa que tentó a Effiro de dominarla y devastarla en ese mismo lugar, aunque al final logró controlar sus impulsos primarios.

Cuando ambos terminaron, Joan se giró en dirección a Effiro y le guiñó un ojo de manera seductora.

"Suerte en la prueba, guapo" se despidió, alejándose de la habitación de Effiro, balanceando las caderas de manera demasiado tentadora, por lo que Effiro la recompensó con un azote en su buen formado trasero, provocando un pequeño grito de agradable sorpresa por su parte.

Ella era una discípula externa de la secta, por lo que su estatus era más alto que el de Effiro, que oficialmente no era parte de la secta. Sin embargo, Effiro era el hijo del líder y tenía un cultivo superior al suyo, por lo que la superaba con creces.

Después de terminar de prepararse, Effiro se dirigió a la habitación de su padre, tocando tres veces antes de entrar, arrodillandose frente a su padre en señal de respeto.

"Saludos, padre" dijo cordialmente.

"Levanta, hijo" dijo su padre,Roman, su voz grave y severa. "Como sabrás, hoy tealizaras la prueba de admisión a la secta, por lo que espero un gran desempeño. Puedo ver que tu reino se encuentra en la etapa máxima de recolección de energía vital, por lo que no creo que tengas problemas"

"Pasaré la prueba, padre"

"Estoy seguro de ello, hijo. Por cierto, como es tu cumpleaños, tengo un regalo para ti"

"¿Un regalo? ¿Que tipo de regalo?" Pregunta Effiro con curiosidad.

En ese momento, Roman lleva su mano a una bolsa espacial, lanzándosela a Effiro, el cual la atrapó en el aire y revisó su interior con curiosidad.

Dentro encontró lo normal para sobrevivir: comida, agua, etc. Pero hubo algo que llamó su atención: un hermoso amuleto dorado con forma de ojo.

¿Que es eso?"Pregunta Effiro con curiosidad.

-"Un amuleto, ¿No lo ves o que? Dice Roman seriamente.

-"Me refería a que hace" dice Effiro avergonzado.

-"Eso lo descubrirás por ti mismo. Tu madre quería que lo tuvieras cuando tú cultivo hubiera avanzado lo suficiente y tengas que salir al peligroso mundo exterior" responde Roman con un tono de voz amargo.

-"De hecho, ya has avanzado a la última etapa del reino de Recolección de energía vital, ¿eh?. Creces demasiado rápido. A tu madre le hubiera gustado verte así.". El rostro de Roman se contrae en una mueca de tristeza al mencionar a su desaparecida esposa por segunda vez.

Hacía 13 años, la madre de Effiro, Rose, había desaparecido misteriosamente. Effiro solo tenia 5 años; no sabia que tan poderosa era su madre, pero su padre le había dicho que era superior a él, lo que hacía que el puesto de su madre en su corazón fuera superior, alguien a quien idolatrar.

 El ultimo recuerdo que Effiro tenia de su madre era del día que desapareció. Recordaba vagamente un pelo verde como el campo, que caía en cascascadas onduladas. Un olor dulce, como de azahar, inundó sus fosas nasales mientras su madre le daba un abrazo.

-"Algún día serás fuerte, cariño" susurró ella, una suave brisa revolviendo su pelo. "Tan fuerte que eclípsalas a tu padre. Y, eventualmente, a mi. Tan fuerte que los dioses se dignaran a verte. Tan fuerte que serás un héroe"

-"Pero aún no es el momento, cariño" dice Rose, con una voz cálida. "Me tengo que ir, pero volveré a verte, te lo prometo" Rose le da un beso a Effiro en la frente, antes de darse la vuelta e irse. Irse para no volver.

Volviendo al presente, Effiro se dio cuenta de que ya estaba a mitad de camino de la zona en la que se realizaría la prueba. Ni siquiera se despidió de su padre.

La zona en cuestión era un bosque. El bosque era conocido como la arboleda de los mil espíritus, pues estaba lleno de monstruos.

El lugar era conocido por ser utilizado por la secta Kaen arcanum para realizar las pruebas de ingreso a la secta, que consisten en obtener puntos matando monstruos.

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Treinta minutos después, llendo a ritmo relajado, Effiro llegó a su destino. Frente a él, unas grandes puertas yacían abiertas para permitir entrar a todos aquellos deseosos de unirse a la secta.

Había mucha gente, miles de brujos y brujas, que esperaban en los límites del bosque a que la prueba comenzara.

De repente, un anciano subió a una tarima de madera y se aclaró la garganta.

-"¡¡Escuchen todos!! La prueba es la misma que la de todos los años. Cada uno de ustedes recibirá una ficha. Esta ficha acumulará los puntos que ganen al matar monstruos. Cuanto más poderoso sea el monstruo, más puntos obtendrán. Si se encuentran en peligro mortal, la ficha los transportará de regreso a los límites del bosque y quedarán descalificados" la voz del anciano era envejecida pero potente, como un trueno.

Varios discípulos comenzaron a repartir las fichas, ofreciendo sonrisas a los participantes. Varios hombres quedaron cautivados por las hermosas sonrisas de las discípulas, pero Effiro permaneció indiferente, demasiado ocupado pensando sobre la prueba como para distraerse con una cuantas mujeres.

En cuanto todos los participantes recibieron sus fichas, la prueba comenzó, siendo enviados de manera aleatoria a distintos lugares del bosque.

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En medio del bosque, un grupo de jóvenes se encontraban hablando entre sí.

-"Entonces, ¿cuál es el plan?" Preguntó uno de ellos, ligeramente ansioso.

-"Es obvio" Respondió el que parecía ser el líder. "Atacamos a otros participantes para eliminarlos de la competición y quedarnos con lo que tengan. No sólo recibimos puntos de los monstruos, también de los participantes"

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Effiro había sacado una espada de su bolsa espacial. No era un arma encantada de mucha calidad, pero no importaba. Él confiaba en que podía vencer a cualquier enemigo que se encontraría sin mucho esfuerzo.

Se escuchaba la corriente de un río, y Effiro decidió que sería una buena idea conseguir agua mientras pudiera, así que se dirigió hacia el río.

Pero lo primero que vio Effiro no fue el agua del río, sino una criatura verdosa, con una apariencia humanoide y un hueco lleno de agua en su cabeza.

Era un kappa.

Según lo que estudió Effiro, los kappas se destacaban en combate cuerpo a cuerpo y utilizan el líquido en sus cabezas para fortalecerse. Ese líquido era considerado una medicina mágica útil, con la cual uno podía fortalecer su cuerpo y avanzar en su cultivo.

Cuando el kappa vio a Effiro, su cuerpo se tensó, flexionando sus piernas para lanzarse contra él.

Con un gran impulso, el kappa se abalanzó contra Effiro, estirando el brazo para conectar un golpe en el rostro de Effiro.

Sin embargo, el kappa no esperó que el puño de Effiro se conectase con el suyo, manteniéndolo a raya.

El kappa se encontraba en la cuarta etapa de recolección de energía vital, y era más poderoso que cualquier brujo en el mismo nivel que él al ser un monstruo.

Pero Effiro había sido capaz de detener su golpe con la misma facilidad con la que uno puede aplastar a un insecto.

Guardando la sorpresa en su corazón, el kappa usó una cantidad equivalente a  un octavo de su líquido especial antes de lanzar un golpe con el otro brazo, pero Effiro volvió a parar el golpe con su puño.

El corazón del kappa fue sacudido por la sorpresa, pero decidió utilizar tres séptimos de su líquido restante para lanzarle una andanada de golpes.

El resultado que el kappa esperaba era que Effiro quedase reducido por sus golpes, pero Effiro se mantuvo firme y mantuvo los golpes a raya con sus puños.

La sorpresa del kappa se transformó en desesperación al ver que Effiro seguía manteniendo sus golpes a raya con facilidad, y, en su desesperación, utilizó el líquido restante.

Cuando un kappa usa todo su líquido, obtiene un poder mayor del que consigue al usar solo una parte de este, pero luego de que se pase el efecto de fortalecimiento, sufren un periodo de debilidad hasta reponer suficiente líquido.

En resumen, la desesperación del kappa había llegado a tal punto que utilizó todo su líquido craneal, aún con el riesgo de sufrir debilitamiento, para matar a Effiro.

El puño del kappa hendió el aire, creando un sonido de silbido mientras se acerca al pecho de Effiro.

Este golpe sería capaz de hacer que cualquier brujo tres etapas por encima de él sufriera daños graves o incluso la muerte,  y definitivamente no era algo que pudiera ser tratado a la ligera.

Pero Effiro, que se encontraba seis etapas por encima del kappa, recibió el golpe con el puño.

Sonidos de huesos rotos y carne desgarrada sonaron en el bosque, pero contrario a lo esperado, no provenían de Effiro, sino del kappa, cuyo brazo fue desgarrado y separado del resto del cuerpo.

Antes de que el kappa tuviera tiempo de gritar de dolor por su brazo perdido, apareció en su campo de visión un brillo metálico, y en un instante, su cabeza se separó de su cuerpo.

-"Es una pena que haya usado todo el líquido craneal, pero al menos he podido experimentar una batalla real. Después de todo, el poder no sirve sin experiencia para usarlo" Effiro suelta un suspiro, lamentándose por no haber podido conseguir el líquido craneal del kappa mientras se consola a sí mismo.

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Una mujer de pelo blanco, vestida con una túnica negra y morada y botas, con un reloj de bolsillo con una impresión de un cuervo en su superficie dorada y una guadaña plateada en su mano derecha, se encuentra en las profundidades del bosque, apoyada contra un gran pino.

Un cuco descendió hasta posarse en su mano izquierda, comenzando a hacer el sonido característico de los cucos, como si estuviera informando a la mujer sobre algo.

-"No hay nadie en los alrededores. Perfecto. Hiciste un buen trabajo, amigo" dice la mujer, acariciando las plumas marrones del cuco mientras este cierra los ojos y se deleita con su toque.

-"Ya son las doce. Ya sabes lo que toca" El cuco comenzó a cantar, un sonido que reberveró en el bosque.

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En un pequeño claro, un hombre se encuentra en pose de meditación, con los ojos cerrados, las piernas cruzadas y una expresión de tranquilidad en su rostro.

Este hombre no es otro que Effiro, que se encuentra cultivandose para acercarse el máximo posible al reino de guerrero marcial, reino al que pertenecen los discípulos más poderosos de la secta.

Actualmente, no tenía suficiente energía vital para pasar de reino, por lo que se dedicó al cultivo para aumentar su energía vital.

En el mundo, existen dos cosas importantes para los brujos.

La primera es el cultivo mágico. Permite aumentar la energía mágica de los brujos y volver sus cuerpos y mentes más fuertes.

La segunda son los hechizos. Cada tipo de brujo tiene distintas magias, y, por tanto, distintos hechizos. Son una parte importante del brujo, pues, a pesar de que se pueden volver poderosos al acumular energía mágica, esta no es más que un desperdicio si no es utilizada.

Effiro abrió los ojos y descruzó las piernas. Mientras se levantaba, miraba a su alrededor, cercionandose de que no hubiera ningún peligro a la vista.

Después de ver que no había peligro alguno cerca de él, Effiro se dirigió a un roble cercano, apoyándose en él mientras su mano hurgaba en el interior de su bolsa espacial y sacaba un trozo de carne envuelto en tela.

Retiró con cuidado la tela, doblandola y guardandola de nuevo en la bolsa espacial mientras sacaba una pequeña bandeja plateada y unos cubiertos.

Una vez que todo estuvo preparado, una llama apareció en la mano de Effiro, asando lentamente la carne en la bandeja.

Cuando la carne estuvo completamente asada, Effiro comenzó a comerla, disfrutando de su primera comida en todo el día, pues se le olvidó desayunar por estar pensando en la prueba.

-"Le falta sal, pero por el resto está bastante buena. Esta será la última comida cómoda que tenga durante la prueba, no puedo acostumbrarme a comer cómodamente siempre" Effiro se jura a si mismo.

-"Bueno, ya es suficiente comida. No puedo quedarme inactivo, sentado y comiendo. Debo entrenar. Y me gustaría obtener materiales y puntos de los monstruos"

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Un grupo de jóvenes se encontraba en una lucha contra un ser horrible, alto y delgado hasta adquirir una apariencia esqueletica, con un cráneo de ciervo a modo de cabeza, un pelaje grisáceo y garras afiladas. De su boca se escapaba un aliento de olor almizclado, y sus dientes y garras goteaban sangre, manchando su pelaje y formando un charco carmesí en el suelo.

Esta criatura era un wendigo.

Uno de los chicos del grupo, de pelo negro, tenía una mordedura en el hombro izquierdo, el cual estaba empapado de sangre, que manchaba la túnica. Su brazo izquierdo colgaba sin fuerza, mientras su brazo derecho estaba flexionado, listo para atacar, con una daga en la mano.

El resto, cuatro jóvenes, formaban un semicírculo alrededor del wendigo. Uno de ellos tenía el pelo marrón, con una lanza en sus manos y una herida en el bíceps derecho. El segundo tenía el pelo azul, con un broche plateado en forma de hacha de doble filo, el mismo arma que empuña. El tercero tenía el pelo rojo, con una herida en su mejilla izquierda y un gladius romano en sus manos. El último tenía el pelo de color gris y una espada larga, elegante y decorada con todo tipo de símbolos. No tenía ninguna herida, y por la sonrisa de suficiencia y desdén en su rostro, era claro que era el líder.

-"Sharp, ataca al wendigo. No quiero ensuciar mi espada con la sangre de este estupido monstruo" dijo el líder al chico pelirrojo, con una mueca de desdén aún más notable en su rostro.

-"Como ordene, líder" respondió Sharp, con una pequeña sonrisa al tener la oportunidad de acabar con un monstruo.

-"Espera, acabo de recordar que necesito todos los puntos que pueda obtener. Retirate. Busca otro monstruo, pero este es mío" el líder rápidamente cambia de opinión, y con la espada preparada, se lanza contra el wendigo, que, demasiado ocupado con los demás como para reparar en él, es atravesado en el corazón por una estocada en la espalda, cayendo sin vida al suelo.

Un rastro de molestia cruza el rostro de los cuatro jóvenes ante las acciones de su líder, pero permanecieron callados. Su líder era el más fuerte y le siguieron por la seguridad que podrían conseguir de él, pero si hubieran sabido que era tan tiránico y les haría entretener a los enemigos para que él dé el golpe de gracia, no se habrían acercado a él y habrían formado parte de su grupo.

Pero ahora era demasiado tarde, y seguramente serían eliminados por él si decidían abandonar su equipo, por lo que se tragaron la amargura y siguieron a su líder a las profundidades del bosque.

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Effiro se había encontrado con un grupo de jiang shis, una especie de zombis chinos. Effiro se preguntaba como habían llegado ahí y quien los habría creado, pero eso ahora no importaba, lo único que verdaderamente importaba en ese momento era la masacre que estaba llevando a cabo. Los jiang shis caían ante su espada a gran velocidad, incapaces de defenderse. Algunos trataban de hundir sus largas y sucias uñas en la piel impecable de Effiro, pero eran incapaces de dejar siquiera un rasguño en ella.

Los cadáveres jiang shi no tienen nada útil o valioso, por lo que Effiro dejaba que los cadáveres se acumularan a su alrededor mientras los masacra.

Después de acabar con todos los jiang shis, Effiro se tomó unos minutos para limpiar su espada de la sangre envejecida que la había manchado. No podía permitir que su espada se manchase, era la única que tenía en su bolsa espacial.

-"No me gusta que maten a mis creaciones. Si puedes pagarlo con tu eliminación, te lo agradecería" dice una voz detrás de Effiro. Cuando Effiro se gira hacia la voz, se encuentra con un joven de pelo marrón largo, vestido con una túnica taoista negra y una espada.

-"¿Y con quién tengo la desgracia de encontrarme y perder mi tiempo?" Pregunta Effiro, con una voz aburrida mientras guarda la espada en su bolsa espacial.

-"Mi nombre es Almir, y tu serás únicamente unos cuantos puntos gratis para mí"

-"Mi nombre es Effiro, y no tengo interés en ser puntos gratis para alguien"

-"¿Acaso te dije que quería saber tu nombre? Callate y quedate quieto" dice Almir con una expresión molesta en su rostro.

-"¿Acaso me debe importar tu opinión? Solo eres alguien con delirios de grandeza que ni siquiera tiene la fuerza para respaldar esos delirios. Así que apartate y déjame continuar la prueba" dice Effiro molesto.

-"¿Te atreves a insultarme? ¡¡Solo estás buscando ser eliminado!!" Almir corta con su espada en dirección a Effiro, enviando un corte de energía directo a él.

Effiro permanece calmado, sacando  su espada de la bolsa espacial, y, con un movimiento de esta, un corte de fuego se encuentra con el corte de energía entrante, manteniéndolo a raya.

Almir no se rinde, cortando múltiples veces en dirección a Effiro, formando una red de cortes.

Pero Effiro extiende la mano izquierda, y de su palma sale una llamarada de gran tamaño que devora los cortes de energía.

Almir entra en pánico y trata de huir utilizando un talismán de papel, pero antes de que pueda canalizar su energía en el talismán, Effiro llega frente a él, con su brazo flexionado y el puño a centímetros de su rostro.

Lo último que ve Almir es el puño de Effiro golpeando su rostro antes de ser envuelto por un resplandor dorado, cambiando su vista a una línea de árboles, el límite del bosque.

Un crujido suena mientras la mano de Almir aprieta el mango de la espada con fuerza, su respiración irregular y sus ojos rojos de rabia mientras mira el bosque.

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-'No fue tan difícil después de todo. Aunque debería recuperar la energía vital gastada' piensa Effiro, poniéndose en posición de loto y absorbiendo la energía a su alrededor