Effiro decidió que podía aprovecharse un poco de que Aven estaba con él. Realmente estaba comenzando a sentir algo por ella, y su deseo reprimido durante la prueba estaba tratando de salir, así que decidió usar a Aven para calmar sus impulsos.
"Aven, ¿te gustaría ver un truco?" Preguntó Effiro a la peliblanca, con un tono amigable.
"Claro. ¿Por qué no? Podría ser divertido" Aven estuvo de acuerdo casi al instante.
Effiro sonrió para sí mismo. Esto iba a ser más fácil de lo que pensó.
Mientras Aven le miraba, en la palma de Effiro apareció una llama, atrayendo su atención hacia ella. La llama cambiaba constantemente de forma, y la intensidad de su luz variaba, formando un hermoso espectáculo. Tan hermoso que su cabeza se sentía un poco mareada y cansada.
De hecho, este fue un pequeño truco que Effiro había estado desarrollando. En realidad era bastante simple: se vuelve la mente de una persona más receptiva y dispuesta a obedecer haciéndola enfocar toda su atención en una figura cuya forma y brillo varía, teniendo un efecto parecido al de la espiral de hipnosis.
Debido a la confianza y el bajo nivel de cultivo de Aven, no pudo evitar caer en la trampa, y ahora Effiro la tenía a su merced.
Effiro puso sus manos sobre los jugosos muslos de Aven, separándolos un poco para obtener un mejor acceso a su coño.
"¿Que estás haciendo?" Aven preguntó con un tono de incertidumbre en su voz.
"Oh, nada. Solo creo que estás un poco caliente y necesitas que alguien te ayude" Effiro aprovechó el momento de confusión y receptividad para influenciar la mente de Aven.
"S-supongo que tienes razón. Por favor, t-tomame" Aven dijo casi en un susurro, demasiado avergonzada como para mirarle a la cara.
Effiro ya podía comenzar a oler la excitacion entre las piernas de Aven, y, abriendo un poco más sus piernas, comenzó a frotar su coño húmedo a través de la tela.
"Hnnng... mmmm... tan b-bueno" para alguien como Aven, que era virgen y no tenía amigos, el placer de la masturbacion era demasiado bueno como para no rendirse a él.
Después de jugar unos minutos con su coño, Effiro decidió parar, ganándose un gemido de desaprobación por parte de la peliblanca.
"Si quieres más, ruega por mi polla" Effiro declaró con voz dominante.
"Por favor, f-follame, devasta mi coño virgen hasta que no pueda más" Aven estaba desesperada por más placer, ya no la importaba obedecer cualquier orden de Effiro.
Él solo sonrió satisfecho, pero no era suficiente. Él quería más.
"Si quieres que te folle, huele y lame tus pies apestosos, mascota" exigió Effiro.
En circunstancias normales, Aven se habría negado, pero bajo el ligero efecto hipnótico de la llama, la idea de adorar sus propios pies apestosos era de lo más emocionante, por lo que acercó uno de sus pies apestosos a su nariz. El pie se encontraba cubierto de sudor por el calor y el ajetreo del día, y ella estaba segura de que debía de apestar. Se supone que la idea la debería de asquear, pero se encontró conque la idea era demasiado tentadora.
Cuando el hedor de su pie ascendió hasta su nariz, emitió un pequeño gemido de placer mientras absorbía con avidez más de ese delicioso aroma. Era tal como se imaginaba, un olor a sudor y queso que resultaba deliciosamente placentero, haciendo que su coño se mojase aún más por la excitación.
No pudiendo contenerse más, extendió su lengua para dar una lamida tentativa a la planta sudorosa, casi llegando al climax por el delicioso sabor de su propio pie. Se había vuelto adicta a él.
Pero Effiro tenía otros planes. Ver a Aven someterse a sus propios pies apestosos era demasiado, y ya se había reprimido bastante. Levantando a Aven por sus muslos regordetes, la posicionó para poder penetrar ese coño virgen, antes de quitar sus bragas empapadas y hundirse lentamente en su núcleo.
Al principio, resultó un poco doloroso para Aven, pero unos minutos después gemía de placer incontrolablemente, sacando la lengua como una puta.
Effiro pensó que sería divertido volver su mente loca, por lo que cogió los calcetines sudorosos de Aven y se los puso a ella en la nariz, haciendo que sus gemidos se intensifique por el asaltó nasal. Era demasiado bueno para ella.
Cuando él vio sus tetas rebosantes, pensó que sería un crimen no prestarles atención a esos malvaviscos gigantes, por lo que se inclinó para morder y succionar sus pezones, llevando sus gemidos a nuevas alturas mientras sus caderas se encontraban salvajemente.
Solo una hora después, cuando Aven ya había tenido incontrolables orgasmos, Effiro llegó al suyo propio, llenandola con su semilla y haciéndola correse de nuevo, mientras ambos se dejaban caer al suelo.
"Eso fue... increíble" La voz de Aven era baja debido al agotamiento, estirandose para lamer sus propios pies un poco más antes de volver a quedar dormida, con sus propios calcetines aún en su nariz.
Effiro se durmió preguntándose si ella tendrá algún sueño con sus propios pies esa noche.