—Rou Rou, Mo Ling está aquí. Su empresa también ha sido implicada. No se ve muy bien —recordó Xu Mei en voz baja.
Qiao Rou lucía feroz y se obligó a calmarse. Dijo con odio:
—Vale, sé lo que debo hacer.
Después de eso, Gu Moling entró cabizbajo.
—Rou Rou, ¿qué está pasando exactamente? ¿Por qué tus fans intentarían matar a Qiao Xi? ¡Oí que llevaban dagas y Qiao Xi casi muere!
La mirada de Qiao Rou era maliciosa, pero frente a Gu Moling, tenía que fingir ser débil y afligida.
Dijo con una mirada inocente:
—No entiendo por qué mis fans querrían matar a mi hermana. Simplemente están demasiado locos. Afortunadamente, mi hermana está bien.
Gu Moling miró a Qiao Rou con sospecha. Viendo que ella estaba llena de preocupación, suspiró aliviado.
—Incluso si Qiao Xi estuviera equivocada, no podemos hacerle daño. ¡Estos fans son demasiado arrogantes!
Qiao Rou se mordió el labio.
