—Está bien. Ya he llamado a un taxi. También, gracias por tu hospitalidad hoy —declaró Shen Yan con una sonrisa—. Dio un paso atrás al ver que Lu Yan había caminado hasta la entrada.
—Te llevaré de vuelta —dijo Lu Yan mientras bajaba la cabeza y se ponía los zapatos—. Le tomó dos intentos ponerse los zapatos.
Lo que Lu Yan realmente quería decir era que iba a tomar el taxi con Shen Yan y llevarla a casa en lugar de conducirla de vuelta.
Viendo que Lu Yan ya estaba borracho, Shen Yan quería rechazarlo inicialmente, pero no dijo nada más al ver lo insistente que era.
El taxista llevó a Shen Yan a su edificio de apartamentos. Ella salió del coche y notó que Lu Yan estaba a punto de salir también. Entonces frunció ligeramente el ceño.
—Joven Maestro Lu, puedes simplemente llevarme hasta aquí. Deberías apurarte en regresar ahora —mientras Shen Yan hablaba, detuvo a Lu Yan que estaba a punto de bajarse del coche, y cerró la puerta sin dudar.
