Mirando inquieta por las ventanas, en dirección a la línea del frente que sus ojos ni siquiera podían ver, Evie permaneció tensa mucho después de que Luc la dejara siguiendo las órdenes de Gavriel. De alguna manera sentía que el aire era más pesado y frío, aunque la temperatura era la misma que la noche anterior.
La inquietud y la preocupación pesaban sobre ella como si hubiera una enorme roca sentada en su pecho. Recordó aquellos momentos en su juventud, ella y su madre solían sentirse así cada vez que su padre salía a la guerra. Era un sentimiento horrible. Como si estuviera conteniendo la respiración todo el tiempo y sólo pudiera volver a respirar cuando él finalmente regresara a casa, vivo. Y esta vez, obviamente podía sentir que su ansiedad era más intensa.
