—¿Por qué estás aquí? —preguntó Evie de nuevo, dirigiendo su atención de nuevo a ella.
—Estoy aquí para darte una mano, joven reina —contestó él—. Parece que mi hijo te está dando un infierno de un duro momento.
Escucharle decir la palabra 'hijo' hizo que Evie se sintiera de repente un poco emocional. Había oído de Claudio que debido a los castigos de usar hechizos prohibidos tan poderosos, Gav nunca podría volver a ver a sus padres.
Pero ella hizo lo mejor que pudo para mantener la calma. —Sí. Él es un gran y mal gilipollas. Encarcelándome contra mi voluntad y creando todas estas malditas barreras para enfadarme —dijo en un tono de voz firme y frustrada.
