El cielo nocturno no estaba tan despejado como la noche anterior desde donde el grupo se había asentado. Había hilos de niebla similares al humo que se arrastraban justo en las copas de los árboles, cubriendo el espeso bosque como una manta grisácea y blanca.
Sin las piedras brillantes, Evie estaba segura de que no sería capaz de ver nada en absoluto debido a la oscuridad negra como la tinta.
Mientras Elias preparaba su comida y Reed comenzaba a armar su carpa, Evie se acercó a Zolan, quien estaba ocupado revisando la herida de Luc. Parecía ser el peor herido entre los demás hombres. Evie recordó que los vampiros solían tener una curación acelerada, por lo que heridas menores como las que los hombres habían sufrido deberían estar sanando pronto o incluso casi totalmente sanadas. Entonces, se preguntaba por qué Zolan estaba preocupado por las lesiones de Luc. ¿Había algo mal con Luc?
