"Aurora y yo nos quedamos un rato afuera después de que Ivan se había ido. Ya lo extraño y deseo que regrese pronto a casa, a mí. Una sonrisa se extendió en mi rostro al pensarlo y de repente escapó una risita de mí.
—¿Hmm? ¿Qué es esto? —preguntó Aurora mirándome con una mirada burlona en su rostro—. Parece que alguien ya tiene un flechazo con mi hermano.
—¿Qué? No, no es eso. —negué con la cabeza a Aurora quien levantó una ceja hacia mí.
—Oh, ¿entonces qué es?
—Es... —me quedé en silencio tratando de encontrar la respuesta correcta pero no se me ocurrió nada.
¡Mierda! «Quizás entonces sí tenía un flechazo» pensé para mí misma con una sonrisa. Mi primer flechazo, así es como se siente. Cuando Rissa volvía a casa con sus amigas y se emocionaba hablando de los chicos que habían conocido en la escuela y de quiénes les gustaban, siempre las escuchaba. Oírlas hablar de ello siempre me hacía preguntarme cómo se sentiría tener un flechazo.