Kate tomó un respiro profundo después de cerrar de golpe la puerta del apartamento detrás de ella. Todavía estaba intentando procesar lo que acababa de suceder.
Estaba furiosa consigo misma porque, a pesar de todo lo que había ocurrido, todo lo que ese hombre había hecho, tenía que admitir que todavía estaba enamorada de Matt. Aparte del débil corazón de su madre que le impedía escuchar malas noticias, era su amor por Matt lo que hizo que Kate se quedara durante tanto tiempo a pesar de que él era un hombre inútil.
Todo lo que ella siempre quiso fue tener una buena vida con Matt, porque él fue su primero en todo. Su primer amor, su primer beso y el primer y único hombre a quien se entregó, al menos hasta anoche. En su mente, en el pasado, él era el hombre ideal, el hombre con el que soñaba amar y establecerse.