Un mes y medio había pasado desde aquel día tan importante, y las cosas no habían cambiado para Kate.
Seguía ocupada trabajando, y Matt seguía ocupado siendo inútil. La única diferencia estaba en el estado de su relación. Ella había bloqueado a Matt en su teléfono porque ese bastardo no dejaba de enviarle mensajes y llamarla, le seguía diciendo que no fuera una arpía lanzadora de berrinches, y que volviera a casa lo más pronto posible porque su decisión de irse era 'irracional e infantil'.
Kate se tiró en la cama después de un largo día de trabajo. En esos días estaba constantemente exhausta. Sintió que su cuerpo se había debilitado significativamente al comenzar el mes, al principio creyó que era porque estaba siendo trabajando en exceso, pero en realidad no estaba trabajando más de lo normal. De hecho, había estado durmiendo más últimamente.
«¿Estoy enferma?» se preguntó a sí misma. «No suelo enfermarme fácilmente. Pero quizás el estrés está siendo demasiado para mí estos días.»