—Keeley evitó la escuela durante una semana fingiendo tener una terrible gripe —conocía bien la aversión de su padre a las enfermedades—. Él era un vomitador simpático e increíblemente aprensivo.
Todo lo que tenía que hacer era poner una bolsa de agua caliente en su cara durante unos minutos cada día para fingir fiebre y así lograba mantenerse a salvo de Aaron Hale.
Entre las tareas de maquillaje que sus profesores le enviaban por correo electrónico y ver mucha televisión de realidad mala (un placer culposo), intentó pensar en formas de quitarse a Aaron de encima. No tenía nada.
—¿Si él solo quería que ella cayera y adorara a sus pies, por qué había llegado tan lejos como para besarla? ¿Estaba tratando de juntarse solo para dejarla y mostrar a todos cuán insignificante era ella?