(Punto de vista de Regaleon)
—Belgor nos guió hacia el interior del bosque. Nos adentramos más, alejándonos del acantilado que daba al mar. Hemos buscado en una amplia área desde el mediodía hasta el anochecer, pero las ruinas se adentran más en el bosque. Si buscáramos la entrada por nosotros mismos, me temo que habríamos pasado días y tiempo muy valioso.
«Fue una buena idea hacer una tregua con los licántropos», pensé.
—Las ruinas son bastante grandes —dijo Belgor, iniciando una conversación—. Según recuerdo, estas ruinas eran un palacio. Se dice que fue un regalo del primer gobernante a su esposa.
—Ya veo —respondí—. Es una pena que este palacio se haya deteriorado así.
—Es posible que el exterior esté en ruinas, pero el interior al menos está preservado por nosotros. Bueno, con un poco de magia que quedó en el palacio —dijo Belgor—. Aún se puede ver el interior del palacio en todo su esplendor. Jajaja —se rió a carcajadas.