—Lucy miró a Tom con una ceja ligeramente levantada cuando abrió la puerta y lo vio allí de pie, vestido con un pantalón vaquero azul y una camiseta polo negra que mostraba sus musculosos brazos—, ¿Vas a algún lado?
—No solo yo. Vamos a salir. Quiero que pasemos el rato juntos —dijo Tom con una sonrisa inofensiva mientras dejaba que sus ojos recorrieran su cuerpo. Estaba descalza y, a diferencia de la mayoría de las mujeres que conocía, sus uñas de los pies no estaban pintadas. Llevaba una camiseta de manga larga holgada sobre pantalones mallas negros. Y como de costumbre, su cabello estaba recogido en un moño y sus lentes estaban en el puente de su nariz.
Viendo la forma en que la miraba ahora, Lucy se alegró de estar vestida adecuadamente. Se hizo una nota mental para siempre ponerse ropa decente para que él no la sorprendiera desprevenida.