"Me encontraba acurrucada en el suelo frío, hambrienta y asustada. Pierre solo me había hablado de las ratas en la mazmorra, pero aquí estaba, rodeada también de cucarachas y arañas. No sabía cuántos días había pasado en este oscuro lugar donde apenas podía saber si era de día o de noche. Anhelaba tanto salir de aquí, ver la luz otra vez y respirar el aroma del aire fresco. Poder caminar bajo el sol y disfrutar el sabor de la comida deliciosa, pero todo eso tendría un precio. Pierre no me dejaría salir de este lugar hasta que aceptara convertirme en suya y sentía que me estaba enfermando de estar aquí. No solo físicamente sino también mentalmente.
—¿Podría al menos tener una manta por ahora? —Tenía tanto frío que mis dientes castañeteaban.
El sonido de los pasos acercándose llenó la tranquila habitación y pronto la puerta del sótano se abrió. Dos guardias entraron y sin decir una palabra me agarraron de los brazos y comenzaron a arrastrarme fuera de allí.