Fecha: XXXX
Lugar: IMPERIO ALTARIS, Capital Maria
Nadie sabia el origen del virus.
Nadie podía comprender lo que estaba ocurriendo, lo único que recordamos es que era un día normal, un día cualquiera si se lo preguntas a alguien.
Todo era monótono. Hasta que...
Estallido, gritos de ayuda era lo que se escuchaba en ese sitio, el (IMPERIO ALTARIS) había sido atacado, justo en la entrada de la capital principal del reino surgió un una gran explosión, tras el ingreso de una carreta cuyo sujeto quien iba al mando de esta, con una sonrisa llena de locura alzo sus manos al cielo lleno de euforia para solo gritar con gran devoción.
Gloria a los caídos, gloria a los Eter...
No pudo acabar su discurso, ya que se vio interrumpido por la abrasadora llama de la explosión. Y no fue la única.
Ya que tras ese acontecimiento, una tras otra iban estallando en distintos lugares, era un efecto domino a gran escala lo que estaba ocurriendo.
Si hubiéramos sabido que esas carretas tenían dicha sustancia, nos habríamos alejado, pero como la curiosidad humana era grande, después del incidente nos metimos a observar lo que no debíamos.
El humo de las llamas era de un tono bastante peculiar, ya que de estas carrosas emanaban gases tóxicos.
Y como era de esperarse, la mierda se desato por todo el reino, todo por inhalar esa sustancia.
Que dios se apiade de nosotros.
Que se apiade de mi alma.
Si estas leyendo esto, por favor no dejes que esas cosas te muerdan o siquiera que su maldita sangre caiga a una herida, ojos, boca, etc.
Te lo dice alguien que fue infectado mediante contacto de sangre hacia una de mis heridas.
No me queda mucho tiempo, o bien me convierto en esas cosas o mejor me mato.
Recuerda esto, ellos están evolucionando.
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Mientras que el infierno se desataba en ese mundo, en otra dimensión o realidad se encontraba un chico quien pronto tomaría una gran importancia ante esta explosión de sucesos que cambiaría su vida por completo.
Pero para eso tendría que morir.