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Chapter 32 - Capítulo 32: La respuesta de Johnathan

El silencio se apoderó del auditorio. La sorpresa se reflejó en los rostros de los presentes. Un niño de cinco años acababa de retar a un reconocido mago semi-dios de cuatro estrellas. Frederick miró a Johnathan con incredulidad y, luego, con desprecio.

Johnathan, por otro lado, parecía completamente inalterado. Se encontraba parado junto a Sindi Wolf, la gentil profesora de la Clase C, su rostro mostraba serenidad a pesar de la tensa atmósfera. Sus pequeñas manos sostenían una taza de café que parecía demasiado grande para él. Dio un sorbo lento y dijo con voz clara: "Estoy dispuesto a defender mi posición como profesor de la Clase B. ¿Aceptas el desafío, Frederick?"

Frederick sonrió con suficiencia. "¿Estás seguro, niño? No me culpes si te lastimas". Su tono condescendiente parecía hacer eco en el auditorio, seguido por algunas risas ahogadas.

"No te preocupes por mí, Frederick. He tenido peores desafíos en el desayuno", replicó Johnathan con un tono de broma que hizo sonreír a algunos profesores. Luego se giró hacia el director, "¿Le parece bien a usted, director?"

El director asintió, su mirada firme sobre Frederick. "Si ambos están de acuerdo, no veo por qué no. Por favor, señor Frederick, no se contenga. Aunque sea un niño, Johnathan ha demostrado ser un mago competente".

Las palabras del director resonaron en el auditorio, dando inicio oficial al desafío. Los profesores comenzaron a murmurar entre ellos, sus voces llenas de especulaciones y teorías sobre el resultado de la batalla.

Johnathan, sin embargo, no parecía preocupado. Observó a Frederick mientras terminaba su café y luego se volvió hacia Sindi. "Frederick puede ser un mago semi-dios de cuatro estrellas, pero eso no significa que sea inteligente. Tiene la costumbre de subestimar a sus oponentes", murmuró.

Sindi sonrió a medias, aunque sus ojos mostraban preocupación. "Ten cuidado, Johnathan. No importa lo que digas, Frederick no es un enemigo fácil".

Johnathan sonrió y puso su taza de café vacía en la mesa más cercana. "Lo sé, Sindi. Pero no planeo perder". Con eso, se dirigió hacia el centro del auditorio, sus pequeñas pero firmes pisadas llenas de determinación. Su rostro reflejaba una confianza serena que desafiaba su edad.

Frederick observaba con una sonrisa burlona, pero en el fondo, una sensación de incomodidad comenzaba a aflorar. Aunque él no lo admitiría, la confianza de Johnathan lo perturbaba.

El auditorio estaba en silencio, todos esperaban el inicio del duelo. La tensión en el aire era palpable y los murmullos se silenciaron. Los ojos de todos estaban fijos en el niño de cinco años que se enfrentaba a un veterano maestro.

Finalmente, Johnathan se detuvo frente a Frederick, mirándolo con sus brillantes ojos. "Entonces, Frederick, ¿estás listo para esto?", preguntó, interrumpiendo el silencio que se había establecido.

Frederick se rió, una risa forzada que intentaba ocultar su incertidumbre. "Siempre estoy listo, niño".

"Perfecto", contestó Johnathan, su tono lleno de confianza. "Entonces, empecemos". Y con esas palabras, el auditorio estalló en murmullos excitados, marcando el inicio de un duelo que se recordaría por años en la Academia Imperial.