Cuando termine de pensar en esta habilidad que me daría semejante poder seguí analizando la habitación.
'Supongo que tengo que usar la habilidad para mover esas planchas de metal' Pensé.
Saque la tableta Sheika, la apunte a la plancha y presione el botón.
Y no pasó nada.
Al menos hasta que moví la tableta Sheika. La plancha empezó a moverse según como movia la tableta.
Moví la plancha de metal hasta una esquina de la habitación y empecé a probar los límites de la habilidad.
Trate de mover las dos planchas de metal al mismo tiempo, pero según lo que vi un objeto a la vez es el límite.
'Tal vez eso cambie con el tiempo' Pensé con esperanza.
Algo que me gusto de esta habilidad era que una vez la activaba todas las cosas metalicas en mi campo de visión se resaltaban en rojo.
Luego traté de controlar las paredes de la habitacion, tampoco pude hacerlo.
O la habilidad tiene un límite de volumen que puede manejar o las paredes están hechas de un material especial.
Una vez termine con esas y otras pruebas me decidí a continuar a la próxima habitación.
Me asomé al agujero que las planchas cubrían y solo había un tunel que conducía a la siguiente habitación.
Una vez que salí del túnel me topé con una pared bloqueada por piedras apiladas bloqueando el camino para continuar.
'¿Y esto como se supone que lo quite del medio?' Ya me estaba cansando de este sitio.
Entre las piedras vi una que era metálica y todo hizo clic en mi cabeza.
Saque la tableta Sheika y apunte.
Una vez active la habilidad pude mover la bola metálica a mi antojo y la use para quitar las piedras del camino.
Cuando estaba terminando de hacer un camino para mi vi un aparato extraño al otro lado.
Detuve lo que está haciendo y lo observe estando cubierto entre las piedras.
Parecía una de la maquinas que vi afuera pero esa estaba en buen estado, era más pequeño que yo y tenía patas.
Para ver si había una reacción le lanze un pedazo de las piedras que había estado moviendo y destrozando.
Una vez que la piedra lo toco la máquina empezó a brillar y a encenderse.
El aparato miro alrededor y no me vio solo porque me oculte unos pocos segundos antes.
'Su cuerpo se ve resistente, solo rompere mi espada si lo atacó' Empece a formular un plan para destruirlo.
Para estar seguro de si es agresivo decidí asomarme mientras mantenía mi escudo en mano y un buen plan preparado.
Trate de controlar su cuerpo con la habilidad, pero parece que tanto su cuerpo como las paredes de las habitaciones están hechas de un material que es inmune a este poder.
Así que tenía que usar otro plan.
Con la tableta Sheika controle la bola de metal que estaba usando y la eleve lentamente en el aire lo más alto que la habilidad me lo permitió y me asome.
Una vez la máquina me vio su ojo empezó a brillar y a apuntarme con una luz roja. Di por hecho que me quería atacar así que solté la bola de metal que había pocisionado encima de él y me puse a cubierto lo más rápido que pude.
Un rayo de luz salió disparado desde su ojo dejando un agujero del tamaño de un puño en mi escudo justo antes de que la bola metálica cayera sobre el, destrozandolo.
"Si me golpeaba con eso..."
Observe el cadáver de la máquina un rato para estar seguro de que estaba muerto y acercarme a recoger unas pocas piezas de su cadáver.
'Estas piezas deben de valer algo'
Una vez termine continúe avanzando y me encontré con una puerta metálica enorme.
Use la habilidad de magnetismo para abrirla y entrar a la próxima habitación.
Lo que había en la habitación era un monje anciano extremadamente delgado que estaba dentro de un extraño aparato con una especie de barrera azul.
'Creo que fue el quien me habló cuando entre aqui'
Saque mi espada y me acerque a la barrera, le di vueltas, la olí, incluso le lanze una manzana y consegui comprobar que era inofensiva.
Me coloqué frente al anciano que estaba dentro del la barrera y la toque.
En cuánto la toque, la barrera se desvaneció en pequeños fragmentos que se esparcieron por la habitación.
'Que hermoso...' Pensé al observar el espectáculo.
Estaba disfrutando de la vista cuando el monje empezó a hablar con la misma voz que oí cuando entre a la prueba.
"Al superar la prueba has demostrado ser un auténtico héroe"
"En nombre de la diosa Hylia te hago entrega de un símbolo de valor" Dijo el anciano.
Un orbe morado salió flotando desde sus manos hasta mi pecho.
Trate de esquivarlo pero mi cuerpo no me respondió.
El anciano monje habló otra vez.
"He cumplido con mi cometido. Que la bendición de la diosa Hylia te acompañe donde sea que vayas"
Una vez dijo esto el cuerpo del monje empezó a deshacerse en motas de luz, y, junto con el, todo la prueba donde me encontraba.
Lo próximo que vi fue una luz cegadora que me dejó inconsciente.