Por la mañana solo se sentía muy afligido, sin ningún ánimo, no podía pensar claro. Mientras trataba de hacer algo, chocaba sus puños contra arboles a su alrededor. Notaba que tenía mucha más fuerza de lo normal y comenzó a subir sus ánimos un poco, estaba tratando de pensar en sí mismo, pero se cruzaba el hecho de lo que había ocurrido por la noche.
Ya habían pasado varias horas, Belford seguía preguntándose que haría a partir de ahora.
─que se supone que deba de hacer ahora en adelante, no sé nada, ¡¡¡y... estos guantes... al parecer me otorgan una mayor fuerza, tal vez sea un objeto mágico o algo parecido, un objeto así en este mundo no me parecería raro, pero... no me los puedo quitar...!!! ¡¡¡maldición!!! ahhh...
La imagen me dice el nombre de esta cosa... "Eslader" y a un lado, dice "objeto desconocido" aun esta esa frase... "primer recurso" y no dice nada sobre la espada. Tengo la piedra de Elina... la tome antes de sepultarla, aun la tenía en su mano.
Belford analizaba algunos detalles, pero no tenía ningún plan. ¿Como se supone que debía de recuperarse?
Al no tener más respuestas de que debía de hacer, comenzó a plantear la idea de buscar más personas.
─ahora estoy solo, no sé qué más hacer; tampoco tengo respuestas de las instrucciones. Si me quedo cerca podrían venir más bestias, si existen más personas en algún lugar de este mundo, debo de enconarlas para saber que es este mundo.
Belford recogió sus cosas, quería encontrar personas, llevo todo lo que podía cargar y se dispuso a encontrarlas; se dio a la tarea de marcar los árboles desde donde se alejaba. Marcaba los árboles para que no se perdiera, pero a él lo que más le importaba era volver para visitar el lugar donde sepulto a Elina.
Tras un par de días estaba muy cansado, parecía estar dando vueltas, a pesar de que trataba de guiarse por la posición del sol.
Recorría cierta distancia y regresaba a donde se habían asentado.
─ya... estoy muy cansado, eh recorrido muchos kilómetros tratando de encontrar alguna población, pero... aun nada. A este paso moriré, no he comido lo suficiente y no he tenido el descanso necesario, pero tengo que encontrar a alguien...
Ese mismo día, tras 4 días de recorrer largas distancias le estaba llegando el atardecer, cansado y sin alimento, en las faldas de una colina inclinada escucho voces de personas.
─personas, ¡¡¡son personas!!!
Bajo poco a poco, de entre los árboles las personas cercanas pudieron ver a este individuo acercarse, algunas personas pudieron escucharla decir ¡hola! en voz alta, también se acercó y a pocos metros de ellos se desmayó por el cansancio.
─ ¡al final encontré más personas!