Lin Yang y la Sombra de la Noche se encontraron en un campo de batalla desolado. Los dos guerreros liberaron su ira y habilidades marciales supremas, desatando un poder destructivo.
El choque de espadas resonó en el aire mientras los dos luchaban sin descanso. La tierra temblaba y los cielos se oscurecían mientras el destino del reino se decidía en cada movimiento.