La historia de Lin Yang se convirtió en una leyenda contada a lo largo de los años. Su nombre se convirtió en sinónimo de coraje y justicia, un faro de esperanza en tiempos de dificultad.
Aunque su cuerpo había desaparecido, su espíritu vivía en cada rincón del reino. Y se decía que, cuando la oscuridad amenazaba una vez más, el espíritu de Lin Yang regresaba para guiar a los valientes y proteger a los inocentes.
Así termina la historia de Lin Yang, el valiente héroe de la era wuxia, cuyo legado viviría para siempre en los corazones de aquellos que luchaban por la justicia y la paz.