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Chapter 5 - Capítulo 4: El bosque encantado; El inicio de un encuentro épico

En el mágico bosque de Eldoria, situado en las afueras de Lunaria, Elysia, una intrépida joven elfa miembro de la prestigiosa organización global de aventureros conocida como la Vanguardia de los Destinos, se adentraba entre los frondosos arbustos con determinación.

Los árboles eran enormes, su altura imponente, con ramas que se entrelazaban entre sí, formando un maravilloso dosel en el que algunas ramas, delicadas flores de color rosado germinaban. Por su parte, en el suelo, una gran variedad de distintas flores moradas, azules y amarillas brillaban tenuemente al ritmo que el aire les hacía balancearse y hierbas de aspecto mágico con luciérnagas sobrevolando encima abundaban en el lugar.

Al igual que especies de animales como la Mariposa Iris que es un tipo de mariposa que exhibe colores brillantes y patrones de alas llamativos, el Ave Canto que es un pájaro de plumaje vibrante que posee un canto melodioso, sus dulces melodías llenaban el bosque. Y el Ciervo de Cristal, un elegante ciervo cuyos cuernos están compuestos por cristales brillantes que son muy valiosos, y otros tantos animales, abundaban a sus alrededores. Además, monstruos que extrañamente aún no se había topado se solían ver con frecuencia en aquel místico bosque.

Adentrándose más al fondo del bosque por la inesperada ausencia de monstruos, Elysia iba de árbol en árbol, de arbusto en arbusto, de planta en planta, sin encontrar nada.

Su cabello lacio de un tono gris pálido ondeaba constantemente a la altura de sus hombros, y sus ojos, que brillaban con una mezcla de tonos dorados y ámbar, destacaban el contraste con su cabello.

Vestía una chaqueta de cuero resistente que se ajusta a su figura, brindando protección sin sacrificar la libertad de movimiento. La chaqueta estaba adornada con detalles metálicos y bordados intrincados clásicos en los aventureros. Bajo la chaqueta, una camisa de manga larga en tonos terrosos, que se adapta perfectamente a su cuerpo atlético, era visible. Sus pantalones negros y ajustados de tela resistente le permiten moverse con facilidad, y están decorados con cinturones y correas estratégicamente colocados para llevar herramientas y equipos esenciales.

Llevaba botas altas de cuero hechas con la dura piel de un Troll Forestal, resistentes al desgaste y con suelas antideslizantes que le brindan estabilidad en cualquier terreno. Los detalles en metal y las hebillas grabadas en las botas le agregaban un toque de estilo audaz.

Por último, llevaba un cinturón café adornado con pequeñas bolsas y estuches que contienen pociones curativas, herramientas mágicas y objetos valiosos.

Su misión era encontrar las esquivas Hojas de Resurgencia, un encargo de la Vanguardia.

Con sus brillantes ojos y ágiles movimientos, Elysia rastreaba, o intentaba, minuciosamente cada rincón del bosque.

A medida que avanzaba, el embriagador aroma de las flores recorría el suave viento que hacía balancear árboles y plantas por igual.

Sin embargo, por más que buscara, Elysia no lograba encontrar las Hojas. Como era una chica impaciente, con cada minuto que pasaba, resonaba un chasquido de frustración.

Ella soñaba con llegar al mayor rango dentro de la Vanguardia y aunque aún le quedaba un largo camino para lograr su sueño, se esforzaba en cada una de sus misiones, independientemente de la importancia que estas tuvieran.

En su inexperta búsqueda, mientras saltaba de árbol en árbol, algo la detuvo abruptamente.

Una figura, emitiendo una enorme presión, iba envuelta en una capucha y una máscara. Emergía de las profundidades del bosque con paso tranquilo, "y elegante", pensó Elysia.

También, en ese momento, comprendió que los monstruos no se acercaban al lugar debido a la presencia de esta persona.

La chica se preguntaba quien podría ser, sin embargo, recordó que días atrás, una persona con esa misma sencilla descripción se había vuelto muy famosa desde que apareció en el Festival Anual de la Victoria y se convenció sin mucho fundamento de que eran la misma persona. Como una corazonada.

Nerviosa, pero determinada, Elysia se ocultó rápidamente, eligiendo un punto estratégico para espiar sin ser vista. Pero cuando la enigmática figura se acercó al árbol donde ella se encontraba, se detuvo en seco y pronunció palabras inesperadas.

"Si sales ahora, podríamos evitar un malentendido que terminará mal para ti", advirtió, fríamente.

"Por su voz, es una mujer..." Susurró Elysia, un poco sorprendida. "¿Por qué ocultas tu identidad?", le dijo alegremente mientras saltaba del árbol.

"No tengo por qué decírtelo. Más bien, me gustaría saber por qué me observabas a escondidas", respondió secamente.

"Lamento si parecía que te espiaba. Estoy en una misión y me pareció intrigante tu aparición. Mi nombre es Elysia, miembro de la Vanguardia de los Destinos. ¿Quién eres tú y qué te trae a este bosque?", dijo mientras trataba de mantener oculta su sorpresa. Además, se sentía incómoda frente a la mujer, como si estuviera mal hablarle así, como... Como si debiera inclinarse frente a ella. Ese efecto tenía su mera presencia.

"Llámame Luminaria. Solo estaba buscando algo", dijo con indiferencia, "¿Cuál es tu rango, por cierto?", con un poco de curiosidad levemente filtrada en su voz, le preguntó.

Elysia, frunció el ceño ligeramente y en contra de sus inesperados sentimientos de subordinación frente a la mujer, se negó a responder.

"Bueno, entonces ¿puedo saber que misión estás llevando a cabo?", dijo con un tono ahora ligeramente desinteresado

"Estoy buscando tres Hojas de Resurgencia, ¿Sabes si hay alguna por aquí?"

"Sí, creo que son las que pisaste cuando bajaste del árbol, Elysia", le respondió aún indiferente.

Cuando escuchó eso, dirigió su mirada al suelo y vio cuatro hojas negras iridiscentes, "las hojas..." pensó. Avergonzada, se agachó, las tomó en sus manos y con un resplandor rojizo en sus hombros se formó una especie de monstruosa boca de anchos labios y afilados dientes rojos a la que le dio según parecía, de comer las hojas. Desapareciendo de sus hombros con la misma rapidez con la que apareció la bizarra boca, dijo Elysia con una sonrisa incómoda, pero altanera, "Menos mal son duras".

La presión entonces aumentó repentinamente y con un tono más imponente le dijo, "¿Tu especialidad es el Aura?", y levantó un poco su brazo derecho. Parecía preparase para algo.

Entonces, en ese momento Elysia notó un par de anillos en sus dedos, uno verde y uno rojo.

Respondió, ocultando su nerviosismo con aparente confianza, "Si, mi Núcleo se encuentra en la parte trasera de mi cuello".

"¿Puedes invocar espíritus elementales?", interrogó una vez más.

"Solo a uno en realidad...", le dijo, dudando de sí debería, sintiendo cómo la tensión aumentaba.

"¿A cuál?"

"Al de la luz", mintió.

Y en respuesta, escuchó una pequeña risa que la máscara no pudo ocultar de ser oída.

Entonces, el ambiente se volvió frío, el lugar silencioso, el aire pareció ausente abruptamente y el maná azul se hizo visible en la mano de la mujer frente a Elysia, y ella, entendiendo rápidamente, invoco la criatura más fuerte que podía llamar.

Su corazón no paraba de latir fuertemente.

La batalla había comenzado.