"Residencia de la Señorita Doxiadis
Irene"
Estaba acostumbrada a más lujos,
más espacio, un jardín más amplio y una piscina privada… su padre le había
advertido que no consiguió un lugar tan excéntrico como la casa principal en
Grecia o como la casa de sus abuelos en Moskú y Lenningrado, era una mansión de
dos pisos, lo suficientemente amplia para 7 personas, demasiado pequeña para su
familia si estuviera completa.
Era la primera vez que veía la
casa, no se le permitió saber la ubicación hasta 5 minutos antes de abordar el
avión en el aeropuerto ruso hasta Japón, ni siquiera se le permitió traer a su
mascota consigo, tenía una mascota… una hermosa ejemplar de un lobo
checoslovaco, un perro que fue regalo de su abuelo hace años, un regalo que era
una forma de recordarlo a él, una compañera leal que conocía desde los inicios
de su adolescencia.
Estaba segura que a "Lyud" no le
gustaría el jardín, demasiadas plantas inútiles cuya única función era
estética, solo un par de árboles demasiado delgados para ser tomados en serio,
al menos el interior de la casa era amplio… miraría mejor cuando los perros
policía dejaran de olfatear todo el lugar.
-Necesitas ponerte al día con
nuestro código penal y ético
El profesor albino le habla, Irene
regresa toda su atención a la situación y ladea el rostro hacia el hombre, no
se dio cuenta cuando se puso a su lado.
-Si, señor
Es todo lo que dice ella, regresa
sus orbes dorados a la situación… ira reprimida, puños tensos, los perros
olfateando.
–Malditas ratas amarillas
El pensamiento se forma en su
cabeza, los espirales de sus extraños ojos se mantienen fijos en uno de los
caninos.
—Si no fuese un animal inocente…
Sus impulsos sanguinarios a veces
llenaban su cabeza de susurros intrusivos, en especial cuando estaba
especialmente furiosa.
-Señora presidenta, creí que no
violentarían mi privacidad
La joven rusa habla, trata de
enfocarse en la presidenta de la comisión, la rubia le sonríe y si no fuese por
el cruce venenoso de insultos que tuvieron antes, Irene pensaría que estaba
siendo amable.
-No es una invasión a su propiedad,
señorita Doxiadis… es más bien una protección extra a usted, no deseamos que
sufra daño en nuestra nación
Ambas saben que Ayumi miente, Irene
frunce los labios y regresa su atención a cualquier otro asunto, le busca
gracia al patrón del suelo de piedra debajo de sus pies.
-¡Limpio!
Uno de los oficiales anuncia, Irene
le ofrece una sonrisa forzada cuando los perros son reagrupados.
-Agradezco su tiempo, oficial
La voz es suave, educada, el
oficial de mayor rango inclina ligeramente la cabeza... Irene debía ser amable
con los empleados, educación ante todo como su padre le había enseñado.
Amable con el personal domestico,
fuerzas públicas, mantener la calma pese al estrés y nunca alzarle demasiado la
voz a empleados… pero a veces se le hacía difícil mantener ese nivel de
tranquilidad que su padre si manejaba, ese hombre era ridículamente tranquilo.
Lo vio cuando lo llamaron luego de
arrestarla, él llegó con tanta tranquilidad a la estación de policía como si su
hija no fuese acusada de asesinato múltiple y terrorismo de Estado, le aseguró
que todo estaría bien… y lo estaba, todo estaba bien teniendo en cuenta lo
distinto que podría ser la situación.
Regresa a si misma cuando uno de
los agentes de la comisión se acerca a ella con varios libros entre sus manos,
todos ellos con el sello de la comisión en él.
-Una copia de nuestro código penal,
código ético, manual de héroes y todo lo que debe saber sobre su posición como
extranjera en nuestro territorio
Irene toma los libros, reprime su
expresión de disgusto que lucha por exteriorizarse.
-Vendré mañana temprano
Kaien anuncia sin mucho protocolo,
con confianza recarga su codo derecho sobre la cabeza de la pelirroja… Irene se
eriza, pero no lo aparta.
-Hay algunos asuntos que deseo
tratar contigo a primera hora, todo en el margen de lo legal por supuesto
Una sonrisa burlona adorna los
labios del hombre de ojos azules ante la mirada de disgusto de la presidenta de
la comisión.
-No veo la necesidad de molestar a
la joven temprano, señor Shiba, tenga en cuenta que el examen de admisión será
dentro d—
-En el margen de lo legal se me
permite visitarla mientras no vulneremos ninguna ley provista en el código
Kaien vuelve a interrumpir a la
presidenta, con su zurda arrebata uno de los libros que Irene sostiene,
concretamente el ejemplar que menciona de portada marrón.
-¿Busco el artículo?
La presidenta casi rueda sus ojos,
Kaien se siente observado en el aire.
-Cómo quiera, nuestros caminos se
separan aquí
Ayumi finaliza la conversación, su
mirada fija en Irene
-Siga las pautas, no quebrante la
ley y compórtese como lo haría en cualquier otro país extranjero… recuerde que
este condominio está bajo vigilancia constante, estará segura
Todos saben que la seguridad no es
para Irene, si no que es una vigilancia constante, un juego de poder.
-Recuerde también señorita
Doxiadis, es un barrio con cámaras y aunque su embajada está encargada de la
seguridad este sigue siendo nuestro territorio de acción… tenga buen día
La presidenta le da la espalda,
Irene no la reverencia.
-Igualmente, señora Sato.
Entonces los agentes pasan a su
lado, sus hombros se llegan a rozar con uno de ellos, Kaien se aparta.
-Nos vemos, Doxiadis
El albino se despide, ella solo
asiente en silencio, Aizawa pasa a su lado y le lanza una mirada discreta…
Irene se queda allí, de pie, hasta que el último de ellos se va.
-Puta madre ¿Dónde mierda me vine a
meter?
Es lo primero que sale de sus
labios cuando se encuentra a solas, su lengua materna se apodera de ella a la
hora de insultar, rueda sus ojos y al menos agradece de que metieran sus
maletas su nueva casa, mira de reojo a los dos soldados de pie en la entrada a
la residencia, se acerca a ellos.
-Díganme que tienen autorización
para dispararme, si es así, háganlo ahora
No bromeaba del todo, pero su
comentario le causa risa a uno de ellos.
-Mejor descanse señorita Praskovia,
su madre probablemente llegará esta noche
Irene asiente y regresa a sus
asuntos, serían unos tres años de tortura… deja los libros en la primera mesa
que ve, dirige sus pasos a su bolso de mano, pasa delante de una ventana, se
detiene.
-¡!
Un escalofrío le recorre la
espalda, jura ver una sombra… tal vez fueron sus pestañas, sus ojos estaban
cansados ¿Qué fue eso? Tal vez nada.
-Joder, necesito dormir.
Saca su móvil de su
bolso, luego se dirige al sofá dejándose caer mientras revisa sus mensajes… cae
en cuenta de que no había dormido más de cuatro horas diarias después del
"incidente", tuerce los labios con desagrado.
"Comisión de Seguridad Pública de
Héroes"
"ヒーロー公安委員会 Hīrō Kōan Iinkai"
"Esa noche"
Fue una vigilancia bastante
sencilla, nada sospechoso, no entendía por qué le dieron la orden de vigilarla
cuando revisaron la residencia con sus perros y oficiales, ¿Tal vez simple
capricho del Estado como siempre? Hawks no lo cuestionaba en voz alta
pese a pensarlo, solo era una extranjera con suficiente dinero para comprar su
libertad, nada nuevo, no era la primera ni sería la última.
Aterriza con elegancia fuera de las
oficinas, sacude ligeramente sus plumas… iba a dar un paso, una figura se
interpone entre él y la entrada, una figura mucho más alta que él.
-Oh, buenas noches blue sniper
Hawks le saluda con una sonrisa
carismática y voz amable, el hombre de cabellos y ojos azules delante de él no
parece seducido por la calidez del héroe más joven
-Escuché lo que te asignaron hacer
El hombre de cabellos rubios fija
sus ojos dorados con los azules de su igual.
-¿Patrullaje? Si, es lo mismo de
siempre ¿Es por eso que quieres hablarme?
"Blue Sniper" frunce el ceño con
molestia, rueda sus ojos, se aparta del héroe con alas lo suficiente para no
parecer amenazante.
-No exactamente, sabes de lo que
hablo, Sato fue estúpida si creyese que no vería el Túpolev en el espacio aéreo
¿Qué haz hecho?
-No es algo que deba discutir
contigo, Blue Sniper
Hawks se lo dice con una sonrisa,
con la misma sonrisa que le enseñaba a los medios… evade a su compañero y
dirige sus pasos al interior del edificio.
-Espero que Ayumi sea consciente de
lo que pasará si sangre rusa se derrama en nuestro territorio, y espero que tu
lo sepas también.
Ve las plumas de su compañero
temblar ligeramente, Hawks lo mira de reojo… ojos dorados brillantes debajo de
sus lentes de vuelo, el rubio detiene sus pasos.
-No entiendo a qué viene ese
comentario, la embajada se encarga de resguardarla y mediante ellos no sucederá
nada que dañe las relaciones entre nuestras naciones
Blue Sniper se preguntaba hasta qué
punto su "compañero" podría repetir el mismo monólogo siempre, se acerca a
Hawks.
-Esperemos que los soldados sean lo
suficientemente rápidos con sus armas, aunque si no pueden protegerla siempre tomaremos
sus lugares… ¿O me equivoco?
La tensión es palpable entre ambos,
Hawks le sonríe con un toque de camaradería, aunque cada fibra de su ser está
bajo tensión.
-Por supuesto, pero debo preguntar
¿Por qué tanto interés?
El héroe se encoje de hombros.
-No me dices nada, yo tampoco lo
hago
El peliazul se adelanta, ingresa al
edificio, en su espalda reluce su rifle de francotirador sobre su uniforme
militar de tonos azules… un héroe simple, no se ensuciaba sus manos en público,
la gente en su inocencia creía que lo que Blue Sniper utilizaba eran
balas falsas, balas de "salva", que equivocados estaban.
-Los asuntos de la comisión no se
discute entre agentes, me lo haz dicho desde hace años
Hawks se lo dice repentinamente, su
voz suena fría pese a la falsa sonrisa sobre sus labios, el peliazul no voltea
a verlo pero detiene sus pasos.
-¿Cuál es tu interés en este
asunto, Anijya?
El héroe con alas lo llama por su
nombre real, el héroe azulado sonríe de forma burlona y un bufido escapa de sus
labios.
-Lo que te diga no será suficiente,
revisarás mis archivos en el momento que te de la información para comprobar si
te miento o no… prefiero no ahorrarte la molestia, pregúntale a la presidenta.
Anijya reanuda sus pasos, ingresa
al edificio, el héroe rubio tensa sus plumas y aprieta los dientes… no le
gustaba hacia dónde estaban yendo las cosas, su superior nunca se involucraba
en sus misiones ni mostraba interés en hablar con él sobre sus "trabajos" para
la comisión, siempre había sido así.
Palabras estrictamente necesarias
entre ambos, saludos cordiales, miradas discretas… la última vez que entrenaron
juntos fue en su adolescencia, solo dos misiones juntos y Anijya nunca le
permitió avanzar a su lado, no eran amigos, no eran camaradas, no almorzaban
juntos pero tampoco se odiaban, solo era una relación comercial por el bien de
los intereses del Estado.
En general, Anijya no era un hombre
al que Hawks quisiera enfrentarse, nunca lo vio realmente agotado o sobrepasado
por un enemigo y Blue Sniper tampoco se había mostrado interesado en los
Hero Billboard o algún asunto de marketing como ese.
Frecuentemente Anijya
solo ignoraría las insinuaciones de la comisión y tomaría la siguiente misión, no
estaba entre los 10 mejores y tampoco le interesaba la fama aparentemente…
Hawks nunca lo había visto siquiera tomarse una foto, tampoco sabía en que
academia se había formado después de todo había información que la comisión se
negaba a proporcionarle sin importar que tan buen agente fuese.
—Siempre tan evasivo
Hawks creía que nunca le
agradó a Anijya, tampoco recordaba verlo mucho en su "infancia" a manos de la
comisión, era como si Anijya fuese un agente fantasma… pero aparentemente él si
conocía al héroe alado como para haber asumido bien, tomaría su expediente e
investigaría la conexión de Blue Sniper con la extranjera antes
de que el caso se le saliera de las manos.
"Residencia Shiba"
El aroma dulzón revoloteaba en el
aire, la vestimenta arrugada en el suelo totalmente olvidada, los jadeos
femeninos ahogados de placer resonando en el cuarto.
-Ah~
Un jadeo desesperado, los dedos del
hombre de cabellos blanco se hunden en la cabellera oscura, inclina su rostro y
aspira el aroma… una delicia, Nemuri siempre olía bien.
-Tan malditamente adictiva~
Shiba pronuncia, la voz ronca,
Nemuri se tensa, ojos cerrados, cejas tensas, nariz arrugada y labios
fruncidos… sus piernas envueltas alrededor de las caderas del hombre, sacude
sus manos y el sonido metálico de las esposas enganchadas al respaldero de la
cama rechina en el cuarto, sonido que es totalmente amortiguado por los gemidos
de la mujer.
-Justo así~
Su voz suena como una suplica,
aprieta sus dedos clavando sus uñas en sus palmas… la zurda de Kaien sujetando
el interior de su muslo, toda su virilidad en su interior.
-Vamos, puedes pedirlo mejor que
eso~
El más joven parece sumamente
entretenido, ella frunce los labios.
-hng~
Nemuri entreabre sus ojos… ojos
llorosos, pupilas dilatadas, lágrimas al borde de escurrirse por sus mejillas
sonrojadas, él jala sus abundantes mechones negros tirando su cabeza hacia
atrás dejando expuesto el cuello de la heroína.
Kaien inclina su cabeza, su boca en
la garganta de Nemuri… su lengua se desliza por su piel, el sabor del sudor de
"Midnight" era único, no era desagradable en lo absoluto.
-Hah~
Los gemidos entrecortados escapan
de los labios de Nemuri, la boca del más joven succiona su garganta… otra
marca, era tan fácil marcarla, sube su boca por su cuello y termina en su
oreja.
-Aún no me das una respuesta~
Empuja sus caderas, golpea
profundamente… ella se tensa, arquea la espalda, sus piernas tiemblan y siente
como ella aprieta con sus muslos con más fuerza.
-E…estoy tan cerca, por favor no
pares~
La voz de la mujer suena sumisa,
jadeante, un hilo de saliva deslizándose desde la comisura de sus labios… Kaien
lame, su lengua directo a la boca de la mujer sintiendo sus deliciosos gemidos
morir en su lengua.
-¿Y si lo hago…? ¿Si me detengo…?~
Era delicioso aquél juego de
control, la ve morderse el labio después del beso, arrugar las cejas con
disgustos cuando él no se mueve… lo necesitaba, y ambos lo sabían.
Kaien sentía perfectamente lo
mojada que estaba, como escurría entre sus pliegues… el encantador sonido
húmedo que hacía cuando empujaba profundo en ella, la tensión de su interior, lo
enloquecían.
-P…por favor~
Nemuri ruega, su voz ahogada en
placer… y él le da lo que quiere, su rostro entre sus pechos, su lengua
lamiendo la fina capa de sudor, sus manos sujetándola repentinamente de los
muslos, sus dedos hundiéndose en su carne.
Un poema a la lujuria, empuja de
golpe… ella se retuerce, su interior lo absorbe, separa más las piernas de la
mujer de cabellos oscuros, ella flexiona sus rodillas, su boca captura uno de
su pezones, su saliva se desliza por la rosada aureola.
-Kaien~
Ella gimotea, sus gemidos resuenan
en el cuarto acompañado del sonido estridente de sus cuerpos hundiéndose.
-¡Ah! ¡Si! J…justo ahí, más
fuerte~
Y él obedece, ¿Cómo no lo haría
ante tal petición? Ella tira de las esposas, le gusta estar limitada, le gusta
sentir el ardor en las muñecas… se retuerce, Shiba hunde con más fuerza sus
dedos en sus muslos, su boca deleitándose con los senos de la mujer
-¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
Tantos gemidos desesperados solo
significaban una cosa, Nemuri se muerde el labio, sus ojos en blanco, sus ojo
entrecerrados… los dedos de sus pies tensos, chorrea.
Sus fluidos se deslizan entre sus
piernas, las sábanas se humedecen… y él está profundo, siente como lo aprieta,
cada contracción de su interior, Kaien deja escapar un sonido gutural, se queda
unos momentos deleitándose con la situación.
Cuando le suelta las piernas,
Nemuri suelta un gemido tembloroso cuando él se aparta… su interior se siente
vacío y no le gusta, pero afortunadamente tiene la boca de Kaien sobre
la suya antes de quejarse, las manos del hombre la liberan de las esposas, la
acaricia, sus fuertes manos descendiendo por su cuerpo.
-E…eres mi favorito~
Nemuri lo dice con un tono burlón,
Kaien ríe divertido contra sus labios.
-Y el único~
Solo los dioses sabían lo que le
haría a cualquier otro imbécil que creyera que eran dignos de tocarla, Nemuri
suelta una risa divertida y suave, sus dedos se deslizan por los blancos
mechones del ojiazul.
-Por supuesto, el único
Comparten un beso más, sus lenguas
danzando entre si, el sonido húmedo de sus salivas mezclándose, Nemuri suelta
un delicado gemido… se apartan, sus respiraciones aún agitadas chocando entre
si.
-¿Me dirás por qué estuviste
especialmente tenso hoy?~
La heroína pregunta, sus uñas
deslizándose con delicadeza por la nuca del varón acariciando delicadamente su
piel sin llegar a rasguñarlo más de lo que ya lo hizo, Kaien suelta una risa
coqueta.
-Nada importante, nada importante
que merezca discutirse ahora ¿Qué podría ser tan importante para consumir
nuestro tiempo juntos?
Los ojos claros de Nemuri brillan,
una sonrisa dulce se mantiene sobre sus labios… eso era lo que quería oír.
-No se trata de consumir nuestro
tiempo, solo que me da curiosidad… ya sabes, el director Nezu no compartió
detalles con nadie más que tu y Aizawa
Kaien se deja caer a su lado,
Nemuri se voltea acomodándose sobre los pectorales del varón presionando sus
regordetes senos contra él.
-Solo una posible alumna nueva,
nada de que preocuparse.
La heroína mantiene su sonrisa
suave, sus ojos fijos en cada expresión del albino.
-¿Y que dijo la comisión? Fue
imposible no enterarme sobre eso
Kaien se encogió de hombros, su
mano derecha reposando en la espalda de la heroína acariciándole con delicadeza
sintiendo su suave piel contra sus yemas.
-La presidenta estaba sumamente
feliz de verme, hasta me invitó un café~
Se burla ligeramente, Nemuri ríe
divertida pero luego su semblante se vuelve serio.
-Y claramente nunca aceptarías
¿Verdad?
Ella arquea una de sus cejas, Kaien
sonríe sumamente complacido con la posesividad que irradiaba los ojos de
aquella mujer.
-No lo sé, ¿Me convencerías de
rechazarla?
Nemuri infla sus mejillas, sus
manos se apoyan en la cama y levanta el pecho descendiendo un poco mientras se
relame los labios.
-Te enseñaré como~
Nemuri desciende, abre la boca…
Kaien enreda sus dedos en los mechones oscuros de la mujer sabiendo
perfectamente lo que pasaría a continuación.
La cálida húmeda boca de
la heroína se cierra alrededor de su miembro, su caliente lengua presionando la
punta, sus ojos azules fijos en los de él… ser un héroe era la gloria, de
eso estaba seguro.
"Residencia de Irene Doxiadis"
Había olvidado lo asqueroso que era
la comida japonesa para su paladar, su consulado fue amable al enviarle la cena
de "bienvenida", no supo explicar lo que estaba comiendo… tal vez algo de pez
globo, o tal vez salmón, o tal vez alguna especie extraña envuelta en arroz con
algas, nunca le gustó el sushi.
-Que puto asco
Irene susurra en su idioma natal,
la servilleta limpia sus labios, saca la lengua con asco y toma su vaso con
agua… un trago necesita para bebérselo, el sabor a pescado aún es persistente
en su boca.
Escucha entonces el timbre sonar,
se levanta de la mesa y se dirige a la entrada principal… abre la puerta, uno
de los militares está delante de ella.
-Señorita Praskovia, su señora
madre llegó.
Irene sonrió, sus ojos dorados
brillaron con felicidad, la entrada de la residencia se abrió e ingresó un
elegante vehículo negro con las banderillas rusas en el capot escoltado por dos
camionetas blindadas con un militar de rostro cubierto en la parte trasera,
Irene salió al encuentro bastante feliz, ya no estaría sola.
Uno de los militares abrió la
puerta trasera del vehículo central, una pierna blanca y torneada se asomó, una
mujer rubia de estatura media de ojos azules y figura curvilínea se dejó ver,
llevaba tacones negros y un conjunto negro, falda de tubo ajustada, camisa
negra y un abrigo negro.
-¡Mamá!
Irene exclamó, corrió al encuentro
de su madre… la mujer sonrió envolviendo a su hija con sus brazos.
-Me alegra saber que estás bien,
Irene ¿Te han tratado bien?
La pelirroja asintió, se aparta un
poco manteniendo su mirada en los ojos azules de su madre.
-Si madre, no puedo quejarme
Dos militares pasan a un lado de
ambas llevando las maletas de la mujer rubia.
‐Dejaremos sus cosas en su sala,
señora Mavis.
Uno de los soldados informa, la
mujer rubia solo asiente.
-El viaje a sido largo, pero no
solo para mí, hija
La mujer entonces se hace a un
lado… del carro bajan 4 patas peludas, la figura de un perro de pelaje idéntico
a un lobo se hace presente, su cola se balancea de lado a lado, olfatea el
ambiente y corre en dirección a la pelirroja.
-¡Lyud!
Irene exclama, el perro
salta sobre ella ladrando, su cola sacudiéndose y sus patas apoyadas en el
abdomen de su dueña... Irene estaba feliz, al menos una pequeña parte de su
familia estaba con ella en ese país extraño.
Para Mavis fue fácil dormir toda la
noche, solo necesitó un té de lavanda para sucumbir al cansancio de su cuerpo y
despertó a las 6:30 de la mañana como acostumbraba… se tomó el tiempo para si
misma, se aseó, peinó su cabello rubio ondulado hasta los hombros, eligió un vestido
ceñido de color rojo junto un saco channel color blanco, se colocó sus
pendientes de perlas favorito al igual que un collar a juego.
Esa mañana el reciente personal de
limpieza y aseo debía llegar a la evaluación y sentía que era su
responsabilidad vestir apropiadamente, no se podía permitir dar una impresión
desaliñada al personal… se encontraba tomando un delicioso café en su sala cuando
el timbre sonó y eso la extrañó.
Los militares no tocaban, le
informaron que directamente llamaría, se puso de pie y caminó a la entrada
principal… abrió con confianza, ante ella tenía la imponente figura de un
hombre de cabellos blancos y profundos ojos celestes, ojos celestes que por un
momento le sacaron el aliento.
-Buenos días señora de Doxiadis,
espero que haya descansado apropiadamente~
Kaien saluda, una sonrisa coqueta
en sus labios… la mujer le devuelve el gesto con cortesía.
-Buenos días, ¿Quién es usted?
Mavis mantiene la educación pero no
lo deja pasar por el momento, no es hasta que ve que los soldados no estaban en
alerta que baja la guardia.
-¿Su hija no le ha comentado? Mi
nombre es Kaien Shiba, soy un maestro de la UA y acordé reunirme hoy con su
hija así que eh venido por ella.
Mavis casi se rie, en su vida un
hombre ha ido a la casa a pedir por Irene y la primera vez que pasaba tenía que
ver con su educación.
-Oh claro, por favor pase Señor
Kaien.
Mavis tropieza con sus palabras, se
hace a un lado permitiéndole al hombre ingresar, Kaien da un par de pasos y su
mirada analiza el lugar… aún sigue bastante sobrio en decoración.
-Ella aún sigue durmiendo, por
favor tome asiento en lo que voy a despertarla
Kaien solo asiente con sus manos en
sus bolsillos.
-De acuerdo, esperaré señora
Doxiadis.
La mujer le sonríe y dirige sus
pasos apresurados a las escaleras, Kaien no puede evitar ver la figura de la
mujer por unos segundos y luego se centra de vuelta en la casa buscando algo
que pudiera llamar su atención.
Apenas estaba durmiendo plenamente,
le tomó casi toda la noche acostumbrarse a su cama, a su cuarto, al horario… su
cuerpo no podía entregarse al descanso aunque el cansancio del vuelo era
persistente, simplemente no pudo relajarse.
Fue a las 7 am cuando el sueño al
fin llegó a ella de forma profunda, se sentía al fin sumergida en los brazos del
sueño.
-¡Irene! ¡Despierta de una vez!
Su madre irrumpe de golpe en su
cuarto hablándole en japonés, se eriza, sus ojos dorados se abren de par en par
y se sienta en la cama con un brillo de neón violeta saliendo de sus manos.
-¡¿Qué pasó?!
Su corazón late acelerado, sus
pupilas estaban dilatadas… su madre se ríe, Irene frunce los labios y lleva sus
manos a su rostro.
-Un chico te busca, muy buen
parecido
Irene pasa sus manos por su cabello
casi ignorando las palabras de su madre.
-Lastima es muy mayor para ti~
Ahí estaba de nuevo, la insistencia
de su madre de darle un novio a su hija.
-Dijo que se llamaba Kaien y que
viene de la UA, apresúrate y baja ¿De acuerdo?
Irene vuelve a erizarse, se pone de
pie de inmediato, su madre cierra la puerta e Irene sabe que debe arreglarse lo
mas pronto que puede para estar lista.
Mavis baja las escaleras, regresa a
la sala, Kaien estaba cómodamente sentado en el sofá.
-Ya la desperté, ¿Gusta algo de
café?
Kaien asiente enseñando sus blancos
dientes en una sonrisa coqueta.
-Me encantaría, ¿Usted lo preparó?
Mavis sonríe, dirige sus pasos a la
cocina y Kaien se pone de pie siguiéndola.
-Claro, mi hija es una adicta a la
cafeína y tengo que admitir que es mi culpa
La mujer rusa sirve primero el café
negro, un poco de leche que huele como si tuviera un toque de canela con
vainilla… sirve a Kaien en una bandeja junto con azúcar y una cucharilla.
-Oh señora Doxiadis, que amable
Ambos se terminan sentando en la
mesa de desayuno.
-No es nada, después de todo usted
será uno de los instructores de mi hija
Kaien da un sorbo, el líquido tibio
se desliza por su garganta y se relame los labios.
-Esto es una delicia, señora Mavis…
creo que vendré a beber su café más seguido
Mavis ríe, juega con un mechón de
su cabello.
-No tienes que llamarme señora,
está bien si solo me llamas por mi nombre~
Kaien mantiene una sonrisa en sus
labios, Mavis empuja suavemente sobre la mesa una bandeja con galletas en ella.
-Está bien, Mavis será~
Toma una galleta, da una mordida a
la misma, la mirada de ambos no se aparta de los ojos del otro ni por un
segundo… hasta que escuchan el sonido de pasos rápidos, Irene entra a la cocina
con el cabello recogido en una trenza, el rostro ligeramente húmedo por el
agua, luce una remera con cuello de color negro, pantalones del mismo color y
botas militares marrones, sobre su hombro derecho lleva su mochila roja
escarlata.
-¡Señora Shiba! Disculpe la
tardanza
Jadea casi ahogada, Kaien le sonríe
casi divertido.
-Tu madre fue una compañía
agradable, si no hubiese visto tu expediente hubiese creído que era tu hermana~
Las mejillas de Mavis se sonroja,
Kaien jura verla morderse ligeramente el labio inferior… Irene está demasiado
ocupada tratando de despertar su cerebro lo suficiente para mantenerse
conectada a la conversación.
-Si señor, ¿Nos vamos?
Está ansiosa, terminar con lo que
sea que deben terminar y luego regresar a dormir, Kaien tiene su prioridad en
beberse toda su taza de café.
-Si, así es
El albino se pone de pie, su mirada
regresa a Mavis.
-Gracias por su hospitalidad señora
Mavis, le traeré a su hija con vida…
No le prometería sana, Irene traga
saliva.
-Oh claro, cuide de ella por favor
Mavis se acerca a su hija, la
sujeta del rostro con ambas manos y le levanta la mirada.
-No nos avergüences
Las palabras en ruso provocan que
Irene frunciera ligeramente el ceño, pero se limita a asentir con la cabeza,
Kaien pasa a su lado y la agarra de su mochila mientras casi la arrastra fuera.
Irene camina en silencio junto con
él hasta salir de la residencia, cuando la gruesa entrada de metal se cierra
detrás de ella ve a Kaien sacar algo de su bolsillo… una venda negra con la que
sus ojos se ven cubiertos.
-Tu madre tiene un aura extraña
ciertamente, pero no es amenazante… y tú tampoco.
Irene no entiende a que viene ese
comentario, el hombre acomoda la tela que cubre su visión y voltea hacia ella.
-¿Por qué sus ojos están…?
-Vamos a la UA, Irene… estoy
ansioso por ver que es lo que causa tanto dolor de cabeza a la comisión.
El albino camina hacia un carro
estacionado, Irene lo sigue y prefiere no insistir en preguntar la razón por la
cuál cubre sus ojos… al menos no por ahora, sube al auto y abrocha su cinturón,
mira el espejo.
-¿Te has sentido observada, Irene?
La pregunta la toma por sorpresa,
descansa su mochila en su regazo.
-No noté nada extraño, al menos por
ahora no ¿Debería preocuparme?
Kaien solo asiente mientras abrocha
su cinturón.
-Seré conciso contigo, chica
Le habla con repentina seriedad,
Irene siente un escalofrío subir por su espina dorsal… el hombre se dispone a
emprender camino hacia la UA.
-La comisión te quiere fuera de
este país y eso ya te quedó claro, depende de ti si te quedas o no así que por
ahora limítate a seguir mis indicaciones, si ellos te ven como una alumna
dedicada te sacarán la silueta que tienes encima de ti.
Irene lo mira fijamente limitándose
a asentir pese a que siente una creciente ira dentro de ella.
-Si usted sabe que me vigilan, ¿Por
qué no me dice quién es o cómo me vigilan?
Kaien ríe, una risa burlona.
-Porque eso sería
aburrido, serás entrenada para ser una heroína así que es tu problema averiguar
si te vigilan y averiguar el método que utilizan.
"Academia U.A."
"(雄ゆう英えい高こう校こう Yūei Kōkō)"
El camino fue silencioso, Irene
estaba ansiosa y eso se notaba a traves de sus manos que se frotaban entre sí,
sus palmas se frotaban una y otra vez durante el camino mientras mantenía su
mirada al frente en una aparente expresión de tranquilidad.
—¿Cómo puede conducir con los ojos
cubiertos?
La pelirroja lo pensó, miro de
reojo a quien sería su superior, pero no se atreve a preguntar... y no lo hizo,
cuando llegaron a la UA espero las ordenes de el para bajar.
-¿Te vas a quedar allí todo el día
o quieres que te abra la puerta? Si es eso lo que esperas, te recomiendo que te
vayas acomodando mejor
La voz de Kaien suena burlona,
Irene abre la puerta bajando por su cuenta con su rostro lleno de pena, se
rasca ligeramente la mejilla izquierda mientras cierra el carro.
-Lo siento, me dijeron que no
hiciera nada sin sus órdenes... supongo que me lo tome muy en serio
Trata de arreglar su desliz, lo que
menos deseaba era darle una mala impresión a quien sería su supervisor los
siguientes tres años de tortura en territorio del sol naciente.
-Tranquilízate un poco, Doxiadis
El tono del albino suena más
amable, quizás menos burlón que su ultimo comentario, se aproxima a la
pelirroja apoyando su mano derecha en su cabeza obligándola a girar su mirada
en dirección al edificio detrás de ellos, la joven rusa arqueo ambas cejas ante
los edificios delante de ella.
-No estás hablando con un agente de
la comisión o del gobierno, suéltate un poco
La suelta, mete sus manos en sus
bolsillos y se adelanta a ella unos pasos, la mira de reojo con una sonrisa
suave en sus labios.
-Ven conmigo Irene, lo primero que
conocerás de la UA es el sector de entrenamiento.
Una sonrisa satisfecha se forma en
los labios de la más joven, sus ojos dorados brillan con interés y cruza sus
manos en su espalda.
-Eso suena bastante divertido,
señor Shiba.
Estaba confiada y eso se deja ver
en su tono de voz, la idea de desplegar sus habilidades en combate después de
no usarlas durante un mes… entre el juicio e interrogaciones no tuvo tiempo ni
permiso legal para utilizar su quirk, ni siquiera en entornos privados.
No tenía ni idea de la sonrisa
perversa que adornaba los labios de su maestro mientras caminaban por el
campus.
-Si estás emocionada, te asignaré
algo de acuerdo a tu nivel… espero que no me decepciones Doxiadis~
Su tono es juguetón, burlón, como
si estuviera jugando con ella… pero Irene no se dio cuenta, estaba demasiado
concentrada mirando a su alrededor como para ver lo evidente la iban a
destrozar en combate.
El campus era gigantesco y estaba
segura de que ni siquiera habían recorrido una fracción relevante del mismo.
-Afortunadamente Cementos accedió a
prestarnos el gimnasio gamma para el entrenamiento, tendremos mucho espacio e
iluminación
Irene solo asiente en silencio,
cuando llegaron al gimnasio no pudo evitar elevar sus cejas con sorpresa ante
el tamaño del mismo, siguió a su maestro dentro de la construcción... Kaien
realizo un gesto con su diestra indicándole que se adelante y ella obedeció.
A espaldas de la pelirroja las
puertas del gimnasio se cerraron, Irene desplaza sus ojos dorados por el lugar
identificando que estaba en un entorno totalmente cubierto por hormigón, da dos
pisadas al suelo de concreto con su pie derecho.
-De acuerdo Doxiadis, voltea y dame
la mejor descripción de tu quirk que puedas.
La pelirroja obedece, gira sobre
sus pies adoptando una postura de firmeza manteniéndole la mirada a su
superior... o al menos fijando sus ojos sobre las vendas de Kaien.
-Claro que sí, pero creía que esa
información ya se le proporciono
Intento dirigirse a él con un tono
suave tratando de que Kaien no se lo tomara a mal, lo ve inclinar ligeramente
la cabeza a un costado con una sonrisa burlona en sus labios.
-Por supuesto, una declaración
jurada firmada por el ministerio de defensa ruso y tu firma certificando una
total honestidad
Kaien le habla con un tonito
burlón, humedece sus labios y da un paso hacia ella.
-Pero... uno de esos informes
también sostiene que eres inocente de ciertos cargos
Irene siente un escalofrió subir
por su espalda, el tono de Kaien aunque se mantiene con ese toque burlesco,
ella puede distinguir entre líneas un tono despectivo.
-Y sabemos que... bueno, sabemos
que tan inocente de los mismos no eres, así que ¿Te parece si eres totalmente
honesta conmigo?
La ojidorada asiente lentamente
mientras traga saliva, extrañamente no se siente mal ante las acusaciones tan
directas... esta aliviada, aliviada de que no tendrá que fingir con él,
aliviada de una forma extraña al punto que no sentía una tensión sobre sus
hombros.
-Poseo dos particularidades
Levanta ligeramente ambas manos con
las palmas hacia arriba, Kaien desliza sus manos dentro de su bolsillo
recargando su peso sobre su pierna izquierda.
-El primero de nombre "neón", me
permite absorber, producir, almacenar y expulsar neón en su forma luminosa.
Kaien frunce los labios en una
mueca de interés.
-¿Y que puedes hacer con eso?
-Puedo lanzar ataques de luz,
potenciar ataques físicos, deslumbrar al enemigo e incluso quemarlos siempre y
cuando tenga suficiente neón...
Su mano derecha entonces desprende
una ligera luz violeta brillante, luz que se concentra creando una pequeña
esfera luminosa.
-Interesante...
Kaien se acerca, saca su diestra de
su bolsillo y la sujeta delicadamente de la muñeca, Irene no se asusta ni se
incomoda, solo se pregunta...
—¿Cómo puede ver si tiene sus ojos
cubiertos?
-¿Y tu segunda particularidad?
El albino le suelta la muñeca
derecha, el neón en la palma de la joven se desvanece tan rápido como apareció
y ella levanta su zurda.
-Se llama "video", me permite
materializar elementos de cualquier videojuego que haya jugado, ítems y
complementos es lo que puedo materializar sin correr riesgos graves, absorbo
los videojuegos... es difícil de explicarlo honestamente
Kaien parece observar la mano zurda
de la joven, ve un destello pixelado de color platinado en el dedo índice de la
joven que se ve envuelto en un anillo dorado cuya pieza central parecía una
joya roja con la silueta de un hombre cubierto en una armadura medieval.
-Es un anillo que me permite
aumentar mi fuerza física 5 puntos, su nombre es "anillo de caballero", es de
un videojuego...
Kaien arquea una ceja, atrae la
mano de su alumna más cerca de su rostro.
-Interesante... ahora entiendo la
excesiva escolta.
El albino la suelta, Irene baja la
mano, pero el anillo no desaparece.
—Tiene mucho potencial si lo
explota correctamente
-¿Qué sientes al utilizar tus
particularidades?
Irene piensa en silencio unos
segundos como evaluando una respuesta.
-Cuando utilizo neón mis manos
tienden a sentirse muy cálidas, me desgasto físicamente, a veces cuando la
adrenalina no está actuando de por medio puedo distinguir cosquillas en mis
extremidades...
Hace una pausa, humedece sus
labios.
-Y si me excedo con su uso, mis
extremidades se entumecen y se convierten en luces... cuando eso pasa debo
mantener la calma y esperar al menos un par de horas hasta que vuelvan a
convertirse en carne y hueso.
-¿Y si no esperas?
-No quiero saber, pero asumo que
puedo perder la extremidad.
Aclara su garganta un poco
nerviosa.
-En cuanto a video solo experimento
ligeros dolores de cabeza, cuando me empiezo a exceder la nariz comienza a
sangrarme, mis pupilas se dilatan, mis ojos sangran, mis oídos también...
entonces el dolor de cabeza incrementa y es probable que sufra una hemorragia
cerebral y termine muriendo, afortunadamente antes de que eso pase puedo
sanarme sola, muchas veces no requerí internación debido a que mi hermano
medico se encargaba de mí.
Kaien asintió, no parece muy
afectado por las palabras de su alumna.
-De acuerdo, ¿Sabes identificar
cuando estas al borde de las últimas consecuencias del abuso de tus poderes?
Irene asiente en silencio.
-Si, soy perfectamente capaz de
identificar hasta qué punto puedo llegar antes de tentar a la muerte.
El albino frunce su labio inferior,
inclina ligeramente la cabeza hacia la izquierda y desliza sus manos fuera de
sus bolsillos.
-¿Tienes alguna idea en mente de
cómo mejorar con el manejo de tus peculiaridades?
Irene niega en silencio de
inmediato.
-No, pero descubrí que el uso de
estimulantes neuronales y de adrenalina puede torcer los límites de video y
neón.
Kaien ríe entre dientes, su mano
derecha se desliza por su cabello acomodando algunos mechones blancos.
-Si adrenalina es lo que necesitas,
adrenalina tendrás.
Los instintos más primitivos de
supervivencia se activan en ella, arquea su ceja derecha.
-¿Qué di—
No logra completar su pregunta,
Kaien da un paso con su pie derecho pisando con fuerza... el suelo tiembla, se
desquebraja en oleadas de concreto, Irene intenta esquivar, es demasiado lenta
y lo siguiente que sabe es que una onda de choque impacto contra su pecho de
lleno.
No logro cubrirse, no lo
suficientemente rápido, su cuerpo vuela por los aires e impacta contra el suelo
rodando un par de metros... el dolor punzante en su espalda y pecho le indica
que la batalla tiene un vencedor antes de comenzar, escupe todo el aire de sus
pulmones y el sabor metalico tan conocido de la sangre se hace presente en su
boca.
-Hijo de—
Gruñe molesta, su mano derecha
apoyada en el suelo lista para ponerse de pie.
-No seas tan lenta, Doxiadis
¡Dijiste que necesitabas adrenalina!
La voz de Kaien suena emocionada,
su sonrisa se extiende enseñando sus blancos dientes casi con deleite, vuelve a
atacar, realiza un movimiento con la mano derecha y el suelo debajo de ella se
levanta... el neón se desprende de las manos de la joven y de un impulso logra
ponerse de pie, sus pies se cubren en aquel brillo violeta y da un salto torpe
en un intento casi desesperado por esquivar la deformidad del suelo
levantándose hacia ella.
-¡Como puede hacer esto!
Irene le grita en ruso en el aire,
su voz desesperada... Kaien suelta una carcajada
-¡En japones, Irene!
El Shiba se burla, la joven frunce
el ceño furiosa impulsándose en el aire con el destello de luz a sus espaldas,
su puño derecho se cubre en un halo de luz más intenso y lanza un puñetazo en
dirección al albino, Kaien levanta la mano deteniéndole el puño sin esfuerzo
alguno, ve la expresión de pánico en la joven.
-¿Cómo esquivaste balas en Rusia y
atacas de forma tan descuidada?~
Irene lanza una patada directo al
brazo del varón en un intento por soltarle, Kaien mueve su zurda e Irene siente
una onda de choque impactar contra su espalda.
Un gemido de dolor escapa de su
boca, la fuerza la arroja contra el suelo... siente un crujido y un dolor
punzante en su costado derecho, su sangre arde en sus venas.
—¿Qué clase de particularidad
tiene?
Rueda en el suelo, apoyándose en su
mano derecha... sus ojos dorados se fijan en el albino quien luce sonriente.
—Mantén la calma Irene, enfócate en
el... puedes hacerlo, lee sus movimientos
Desliza su pulgar izquierdo sobre
su boca limpiando el rastro de sangre, se pone de pie... su cuerpo se siente
caliente, no es consciente del dolor que sentirá después, extiende sus manos
que se cubren en una luz violácea al igual que sus piernas y entonces corre
hacia el directo de frente.
Kaien cruza sus manos delante de
él, el suelo debajo de los pies de la joven se deforma levantándose en picas de
punta redondeada que iban directo a golpearla, aun que estaba siendo lo
suficientemente cuidadoso para no atravesarla seguía manteniendo un régimen
casi sanguinario.
- ¡Muéstrame todo tu poder o no
saldrás de aquí, Irene!
Le alza la voz manteniendo su
sonrisa, la pelirroja desprende rayos de luz violeta de sus palmas directo al
suelo que casi la atrapa... se fragmenta, trozos de concreto revoloteando en el
aire, pisa una de las picas y brinca en el aire, sus pupilas dilatadas, la
joven arroja una patada al aire a varios metros del albino y arroja un haz de
luz en su contra.
Kaien no lo esquiva, eleva mano
izquierda recibiendo el impacto del mismo en su brazo... quema, pero no lo
suficiente, la manga de su traje paga el precio mínimo, pero no es la gran
cosa.
— Es interesante, pero es demasiado
débil para ser el nivel que manejó en Rusia...
Piensa mientras la observa lanzarle
una patada física después de su ataque de neón, la bloquea con su brazo aun
extendido, Irene tuerce su cintura e intenta herirlo con su pierna izquierda
mientras su cuerpo cae al suelo, arroja un destello de neón de su izquierda.
Kaien mantiene su sonrisa, tira su
cabeza hacia atrás esquivando el ataque por poco... ahora la sujeta de su
tobillo derecho en un rápido movimiento y arroja su cuerpo contra el suelo,
Irene se eriza, su espalda vuelve a impactar contra el suelo.
- ¿Esto es todo lo que puedes
hacer?
Kaien se burla, Irene siente que no
puede levantarse... el dolor recorre cada musculo de su espalda y siente las
punzadas clavarse hasta los huesos, trata de tomar aire, pero se siente
asfixiada.
-Esperaba más, ya sabes... ¿Tanto
escándalo por lucecitas neón?
Un puñetazo directo a su orgullo
para Irene, ella aprieta los dientes y su mandíbula se tensa... su sangre arde
en sus venas, sus ojos se inyectan en sangre, el calor sube por su garganta.
-¡Fus Ro Dah!
Raspa su garganta, una fuerza
invisible se arroja sobre el albino, la sonrisa de Kaien se ensancha y da un
paso a un lado lo suficientemente rápido para sentir la fuerza implacable
rozarle el hombro derecho, Irene gira sobre sí misma, sus manos se apoyan en el
suelo y se levanta tambaleándose.
- Eso está... ¡Mucho mejor!
La
apunta con su mano derecha, Irene sabe que debe correr, sus dedos rozan el
suelo cuando se impulsa para alejarse de Kaien, espera de vuelta que el suelo
se deforme para esquivarlo... no pasa, en su lugar siente una brisa rozarle la
mejilla derecha, el dolor vino instantes después.
Kaien
estaba delante de ella, su puño directo contra su cara... Irene sabe que la
golpeo, pero no sabe en qué momento apareció a su lado, la fuerza es suficiente
para arrojarla contra el piso, gruñe con ira, la sangre deslizándose de su
mejilla.
-
¡Esto ya es personal!
El
neón se desprende sus brazos y piernas, sus ojos dorados brillan por unos
segundos en una luz violeta, se arroja contra el hombre de cabellos blancos,
Kaien esquiva cada golpe de la joven, la observa con aparente tranquilidad
mientras el neón roza su rostro... el calor que desprende no es un peligro,
solo se limita a analizar cada ataque de parte de la joven.
-Atacar
de frente no es una decisión inteligente si desconoces mi particularidad, Irene
Arroja
una patada, demasiado rápido para que la joven lo esquive... su pantorrilla se
hunde en las costillas de la joven, la ve soltar todo su aire y tambalearse del
dolor, pero no cae, separa sus piernas manteniéndose de pie mientras la sangre
escapa de sus labios humedeciendo el suelo bajo sus pies.
-¡Mantente
erguida!
Irene
obedece casi por instinto, Kaien se lo dice apropósito permitiéndole que
esquive un puñetazo para motivarla y lo logra, Irene sonríe ligeramente con los
labios teñidos de sangre.
-¡AAAH!
Ella
se deja llevar por la adrenalina, sus puños resplandecen y ataca, puñetazos
veloces que dejan detrás de si una silueta de neón violeta, Kaien la esquiva un
par de veces y luego contrarresta con un rodillazo... esta vez ella se eriza y
logra esquivarle, la mitad de su rostro del lado izquierdo desprende aquella
luz.
-¿Haz
podido deducir cual es mi particularidad, Doxiadis?
La
pregunta sale de los labios de Kaien con una calma que enfurece a Irene, ella
retrocede un par de pasos y apunta con su mano derecha al albino.
-Deduzco
que puedes deformar la materia, es evidente
En
la palma de su mano se concentra la luz neón, Kaien arquea ambas cejas con
curiosidad viendo la luz... solo unos segundos, el neón sale disparado hacia el
en un rayo intenso, los cabellos de Irene revolotean en el aire bajo la fuerza
del neón, siente su mano arderle en un calor molesto.
-Es
una deducción casi precisa
Kaien
exclama, no esquiva el ataque... en su lugar extiende la palma de la mano
sintiendo la luz arder contra su piel, aprieta sus dedos y destroza aquel
ataque dispersando las partículas luminosas, los ojos de la joven se abren de
par en par y Kaien ve el horror en ellos.
-Pero
es mucho más complejo que eso, Doxiadis
Sacude
ligeramente la mano y la desliza directo a su bolsillo.
-Mi
particularidad consiste en manipular el alma de todo lo que ves a tu
alrededor... el suelo, las paredes, tu propia ropa
Da
un paso hacia ella, Irene retrocede dos apoyando su mano izquierda sobre su
antebrazo derecho... siente su extremidad entumecida, sus músculos estaban
tensos, estaba al borde de un calambre, su cuerpo comienza a reclamarle el
esfuerzo.
-Claro
que jamás utilizaría este poder para matarte, pero es bueno que deduzcas más
rápido la particularidad de tus oponentes antes de atacar tan directamente,
pude romperte la pierna en el primer ataque…
Hace
una pausa de unos segundos casi dramática.
-¿Qué
digo romperte…? Deformarla es lo más inteligente en un ataque real.
Irene
baja ambas manos, se encoje, su mandíbula se abre en una expresión de genuina
sorpresa, sus cejas tiemblan tensándose y sus ojos dorados se contraen con
horror… eso solo añade más fuerza a su evidente miedo y horror ante el hecho de
que su ataque no haya hecho ningún tipo de daño al hombre delante de ella.
-Esperaba
más, ciertamente…
El
albino dice como si nada, mantiene su sonrisa de superioridad en sus labios y
parece mirarse la mano con la que destrozó aquél ataque de luz violácea.
-Hijo
de…
Irene
se pone en guardia, puños a la altura de su pecho con el neón brillando en sus
nudillos… la mitad de su rostro brillando en flamas violetas, el sudor
recorriendo su rostro, el sabor a sangre en su boca.
-Ahora,
es mi turno.
Cada
poro de su piel se tensa ante las palabras del albino, para cuando quiere
retroceder lo pierde vista, de reojo siente un movimiento, alcanza a cubrirse
el rostro bloqueando una patada.
-¡Mierda…!
Aprieta
los dientes reprimiendo el grito de dolor cuando sintió los huesos de su mano
quebrarse, lo que le siguió fue una secuencia dolorosa de golpes… trató de
lanzar un puñetazo, Kaien la esquivó, su mano agarrándola del rostro y
tirándola hacia atrás con una fuerza abismal.
-¡Empuja
tus límites, Doxiadis!.
Él
parece eufórico, Irene es arrojada hacia atrás… su espalda impacta contra el
concreto, la sangre se desliza de su boca, apoya sus manos en el suelo y logra
ponerse de pie tambaleándose.
-¡Empujaré
más…!.
Sus
ojos dorados desprenden el brillo neón violáceo, sus brazos también junto con
sus piernas, sus prendas arden en una luz violeta, Kaien sonríe.
-¡No
te haré las cosas fáciles, Doxiadis!.
Kaien
ataca, demasiado rápido para Irene, su mano dirigiéndose al rostro de la joven,
la pelirroja siente un escalofrío subir por su espalda.
-¡FEIM…!
Es
el grito de Irene, su garganta rasposa, tira su cabeza hacia atrás, algunos
mechones de cabello rojo revoloteando a su alrededor.
-¡ZII…!
Su
sangre arde en sus venas.
-¡GRON!
La
mano de Kaien la atraviesa, él borra su sonrisa… ella se convierte en una
figura etérea, figura violacea, intocable, no le hace daño.
-Oh…
¿Eres etérea ahora?.
Kaien
aparta la mano y toma distancia, dispuesto a esperar un ataque, Irene parece
sorprendida… se mira las manos, jadea.
-No
debería poder hacerlo sin recitar el cantico… pero, funcionó.
Vuelve
a su forma física en cuestión de segundos, su nariz está sangrando, uno de sus
ojos también… lágrimas de sangre.
-Bien…
entonces, empujemos ese límite hasta romperte un par de huesos mas.
Kaien
no espera respuesta, una pisada y el suelo debajo de ella se deforma en picos
que la golpean, uno afilado le atraviesa el hombro derecho, la sangre salpica
pero Irene no grita… la adrenalina quema su percepción.
-¡Te
estás pasando…!.
Es
lo que ella grita, lleva su mano izquierda a su hombro, presiona la herida… se
levanta como puede, sangrando, Kaien da un golpe al aire, una oleada de viento
sacudiendo a la pelirroja, obligándola a cerrar los ojos.
Es
cuando lo siente, el tacto tibio de dos dedos debajo de su mentón forzándola a
levantar la mirada, Irene abre sus ojos… los dedos de Kaien tocándola justo en
el mentón.
-Podría
deformar tu cara y asesinarte en este momento
Lo
dice con frialdad, Irene se congela en su lugar.
-Pero…
lo hiciste bien.
Aparta
su mano de ella, hace un gesto.
-Ahora
cura tus heridas, te devolveré a tu casa… solo dile a tu mamá que te caíste o
algo así.
El
hombre suelta una risita, se encoje de hombros… la adolescente cae de rodillas
al piso, jadeando, sus manos apoyadas en el suelo, sudando frío, su mandíbula
temblando.
-Hijo
de..
Kaien
le está dando la espalda, se detiene, ladea el rostro
-¿Haz
dicho algo…?
Irene
se eriza, casi como un gato asustado.
-¡Nada
señor…!
-Eso pensé…
"1 hora después"
Kaien le extendió a Irene una lata
de energizante, ella levaba una vestimenta… pintoresca, Kaien juraba haber
visto ese conjunto en algún videojuego, pero no recordaba el nombre.
-Necesitas mas energías, bebe.
Ella toma la lata, la observa unos
segundos y arquea ambas cejas.
-Gracias, espero no sea alguna
bebida de sabor extraño como algas marinas o algo por el estilo.
Irene bromea, se ríe de su propio
comentario, abre la lata y toma un sorbo, Kaien levanta lentamente la tela de
sus ojos, orbes azules como el cielo viéndola con un gesto burlón.
-No, no es una mierda rara señorita
Irene… solo callate y bebe.
Ella se ríe, y obedece tomando
pequeños sorbos, disfrutando del líquido azucarado en su garganta.
-Tienes el espíritu de una verdadera luchadora, Doxiadis. Pero recuerda, no
se trata solo de fuerza bruta. Necesitas aprender a controlar tu poder y usarlo
de manera estratégica.
Irene asintió, consciente de la lección que acababa de recibir.
-Lo entiendo. Haré lo que sea necesario para mejorar.
Kaien le dio una palmada en el hombro, una señal de camaradería y respeto.
-Lo sé. Ahora, vámonos. Necesitas descansar y sanar. Mañana veremos que
deparan mis ánimos.
Irene arquea ambas cejas, no lo toma tan en serio ahora, Kaien parece leer
su mente y le responde.
-Cuando tienes mi poder, puedes darte el lujo de elegir cuando entrenar a
mocosas como tú.
-No soy una mocosa.
-Es lo que una mocosa diría,
ahora lavate la cara, tengo que devolverte a tu hogar.
Irene asiente, decide no
discutir… cuando está lista camina un poco cojeando hacia el vehículo de su
instructor, una vez dentro suelta un suspiro al sentir sus músculos relajarse
en la silla del carro, Irene mira de reojo, Kaien no sube.
El albino se queda quieto unos
segundos, su diestra en el mango de la puerta, mira de reojo ladeando el rostro
hacia un punto en la nada, sonríe de forma burlona y sube al auto.
-¿Pasa algo?-
Pregunta Irene, con curiosidad
ante el gesto de su instructor.
-Nada importante, solo
graznidos de una ave molesta…
Irene no le comprende, piensa
que él es raro.
"Comisión de Seguridad Pública de
Héroes"
"ヒーロー公安委員会 Hīrō Kōan Iinkai"
"Esa noche"
El viento sopla suavemente, la
sensación es fresca sobre las alas rojas del héroe aviar, sus alas se sienten
cansadas pero él no se detiene… sus botas se posan en el borde del balcón
ejecutivo, sacude sus plumas rojizas por un instante, sus alas se esponjan.
-Te estaba esperando…
La voz de la mujer rubia llega
hasta sus oídos, Hawks sonríe con un toque burlón.
-Estoy acostumbrado a oír eso
Da un paso bajando al suelo, avanza
al interior de la oficina, sus alas relajándose a sus espaldas, lleva su
diestra a su cabello.
-¿Qué necesita de mi, presidenta?
La mujer lo mira en silencio por
unos segundos que parecen eternos, entrecierra sus afilados ojos azules como si
estuviera juzgándolo.
-Tu informe verbal
Responde secamente, no había
documentos de por medio por seguridad, bajo ninguna circunstancia se podría
permitir que el espionaje a una ciudadana extranjera y a su instructor quede
registrado de alguna forma.
-
Nada
relevante, no es como si la chica y Kaien estuvieran planeando derrocar el
gobierno mundial~
El rubio expresa con un tono
juguetón encogiendose de hombros, la mujer arruga la nariz y el chiste no le
parece divertido en lo mínimo.
-
Kaien
Shiba casi la mata en un entrenamiento intensivo que excusó como una prueba.
Hawks expresa adquiriendo una
expresión seria, la señora Ayumi frunce el ceño manteniendo su mirada fija en
el héroe.
-¿Y que hay sobre Shiba…?
Hawks tuerce los labios, sabe para
dónde va la conversación.
-
Bajo
mi criterio dudo que sea un objetivo fácil de neutralizar, es tan intocable
como siempre
El héroe sabía que no
era lo que la presidenta Azami quería oír, ya habían intentado acabar con Shiba
Kaien con anterioridad y hubo decenas de planes que se descartaron antes de su
ejecución por el alto costo que podría darse y seguridad pública decidió no
arriesgarse.
-Mantén a la rata rusa
bajo vigilancia y mantén tu distancia con Kaien en terrenos de la UA
Hawks asiente, tensa sus
alas… no le gusta lo cerca que estuvo de Kaien ese día y era perfectamente
consciente de que en un combate no tenía oportunidad alguna de siquiera
sobrevivir, era consciente de la diferencia abismal entre los dos y el solo
considerar sobrevivir a un enfrentamiento contra ese hombre era avaricia.
-
Pero
hay algo que hagas con respecto a Kaien Shiba
La mujer expresa, desvía la mirada
a unos documentos que finje analizar, como si tuviera miedo de dar siquiera la
orden.
-
Vigilalo
en su residencia, no me fío del dúo que hace con esa niña y seguridad pública
no puede dejar cabos sueltos
Hawks se tensa, siente un
escalofrío subir por su espalda.
-
Si
señora
Humedece sus labios, debajo de sus
guantes sus manos están sudando.
-
Ahora
retírate
El héroe no necesita
oírlo dos veces, retrocede un paso, gira sobre sus talones y sale al balcón, el
viento nocturno azota suavemente su rostro, extiende sus alas levantando vuelo…
se pregunta que tanto puede tentar su suerte, no era tonto, era consciente que
Shiba era perfectamente consciente de que merodeaba cerca y era extraño que no
lo hubiera atacado, se preguntaba que tanto más podría provocarlo antes de obtener
una respuesta hostil.
"Residencia Shiba"
"Al siguiente día"
Kaien solía disfrutar las mañanas en paz, especialmente después de una
noche intensa, pero este día no sería uno de ellos. El inicio de clases estaba
a la vuelta de la esquina, y aunque los instructores se esforzaban en organizar
reuniones interminables, él las evitaba. ¿Por qué perder tiempo en discusiones
inútiles cuando sabía perfectamente cómo manejaría a sus alumnos?
Caminaba por su jardín, inhalando la frescura de la mañana. Los músculos
de su cuerpo aún recordaban el entrenamiento del día anterior, y mientras
estiraba los brazos por encima de su cabeza, murmuró para sí mismo:
—Es una bella mañana.
Sin embargo, su tranquilidad se desvaneció cuando algo llamó su
atención. Detuvo sus pasos abruptamente y dirigió una mirada afilada hacia un
arbusto cercano. Desde afuera parecía intacto, pero Kaien no era
"cualquiera".
Avanzó con pasos medidos, sus pies hundiéndose levemente en el césped.
Un movimiento sutil de su pierna derecha desató una ráfaga de viento que
perturbó el arbusto, revelando un objeto que giró en el aire antes de caer a su
alcance: una pluma carmesí.
La ira lo golpeó como un rayo.
—Ah, ya tuve suficiente de esto...
Apretó la pluma entre sus
dedos hasta pulverizarla en hebras rojizas. No necesitaba más pruebas. Sabía
perfectamente de quién era. Giró sobre sus talones y, con una mirada que habría
intimidado hasta a un villano curtido, emprendió camino hacia su objetivo.
Hawks
"Durante su patrullaje"
Hawks sintió un escalofrío. La conexión con una de sus plumas se había
perdido.
—Mierda...
No tenía tiempo para explicaciones. Esperaba que alguna criatura hubiera
interferido con la pluma, no Kaien Shiba. Sin embargo, la sensación de peligro
lo carcomía. Decidió enfocarse en su patrullaje para calmarse, esperando que
todo fuera una falsa alarma.
Se lanzó en picada para detener un robo menor, sus plumas disparándose
como proyectiles para neutralizar a los ladrones. Pero antes de que pudieran
alcanzar a sus objetivos, el suelo bajo ellos se alzó y se cerró como una
trampa, inmovilizándolos. Hawks levantó la vista.
Kaien estaba ahí.
Los ojos azules del albino, descubiertos y llenos de un propósito frío,
lo miraban como un depredador que ya había marcado a su presa.
Hawks sintió el instinto primitivo de huir y lo obedeció sin pensarlo.
Sus alas lo impulsaron hacia el cielo con una velocidad asombrosa. El corazón
le latía con fuerza y cada fibra de su ser gritaba que pusiera distancia entre
ellos.
—"Debo llegar a la ciudad"— pensó. Kaien no lo atacaría en
público, o al menos eso quería creer.
Sin embargo, cuando estaba a punto de alcanzar un edificio cercano, un
proyectil pasó zumbando a centímetros de su rostro, destruyendo sus lentes de
vuelo. Jadeó, sus ojos dorados buscando al atacante. Lo encontró abajo, en
tierra firme, observándolo con una sonrisa burlona.
—¡No cazaba aves desde mi infancia!
Kaien lanzaba una piedra al aire, deformándola en un filo mortal con su
particularidad. Hawks sabía que ya no tenía sentido huir; tendría que luchar.
—Cruzaste un límite que no debías, pajarraco insolente.
—No sé de qué hablas —negó Hawks, intentando mantener la calma.
—¿Ah, sí? Entonces hablemos en otro idioma: el dolor.
El suelo bajo Hawks se deformó en picas afiladas que se lanzaron hacia
él. Saltó con destreza, posándose sobre una de ellas y arrojándose contra Kaien
con plumas afiladas en ambas manos.
El albino no intentó esquivarlo; extendió una mano hacia el héroe alado.
Hawks, dándose cuenta de su error, trató de retroceder, pero fue demasiado
tarde.
Los dedos de Kaien rozaron su ala izquierda.
Un dolor indescriptible atravesó a Hawks, arrancándole un grito que
resonó en el aire. Perdió el control, cayendo pesadamente al suelo. Su ala
izquierda colgaba inerte, y el dolor lo dejó demasiado aturdido para utilizar
la derecha.
—El problema con la telequinesis —dijo Kaien, avanzando lentamente hacia
él— es que depende de tu concentración. Y ahora, sin conexión con tus alas, no
eres más que un pájaro herido.
Hawks intentó atacar con una última pluma, apuntando directo al ojo
derecho de Kaien. El albino la atrapó en el aire sin esfuerzo.
—Y tampoco puedes hacer mucho cuando el dolor te domina.
Kaien hundió su talón en la espalda de Hawks, aplastándolo contra el
suelo. Su voz, tranquila pero cargada de amenaza, lo perforó como un cuchillo.
—Ahora, dime, ¿por qué encontré una de tus plumas en mi propiedad?
Hawks apretó los dientes. Sus alas no respondían, y sus plumas no
obedecían sus órdenes. Sabía que estaba en desventaja.
—¿No vas a hablar? —Kaien aplicó más presión con su pie, inclinándose
hacia él con una calma escalofriante.
—Entonces dime,
pajarraco... ¿Cuál ala prefieres conservar?