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Chapter 5 - Capítulo 5

"Residencia desconocida"

Hawks estaba recostado

en un sofá, con una bolsa de hielo improvisada sobre su hombro izquierdo. Sus

alas, usualmente un símbolo de orgullo y eficacia, ahora parecían una carga.

Aunque no tenía fracturas según el diagnóstico preliminar, algo andaba mal. Los

músculos alrededor de sus omóplatos estaban rígidos, casi paralizados, y

cualquier intento de mover sus plumas resultaba en un dolor punzante que le

hacía contener el aliento.

—Maldita sea...

—murmuró, dejando caer la bolsa de hielo sobre la mesa frente a él.

Su teléfono vibraba

insistentemente en la esquina del sofá, pero no tenía la energía ni el ánimo

para contestarlo. Sabía quién era. Ayumi Sato no era precisamente una persona

que entendiera excusas médicas, y tampoco era conocida por su empatía.

"Justificativo

médico aprobado", pensó con sarcasmo. Ni siquiera había sido suficiente

para tranquilizarla durante un día.

El teléfono vibró de

nuevo. Esta vez, un mensaje apareció en la pantalla:

"Espero que tu

recuperación sea rápida. Necesitamos resultados. No olvides cuál es tu

lugar."

Hawks soltó una risa

amarga y apagó el dispositivo.

—"Mi lugar",

claro... —susurró para sí mismo, masajeándose el cuello mientras trataba de

ignorar el dolor que irradiaba desde su espalda hacia sus hombros.

Él solo seguía órdenes,

indicaciones, cumplía con su trabajo pero era el único que pagaba los platos

rotos… trató de decírselo a la presidenta desde un principio, Shiba Kaien no

era alguien a quien pudiesen someter con sus leyes y manuales de

comportamiento, habían héroes igual de problemáticos que Kaien que eran

vigilados pero no eran ni la cuarta parte de fuertes y por ende no eran un

problema real.

Pensar en Kaien solo le

producía escalofríos horribles que acentuaban su dolor en las alas y le

revolvía el estómago… Shiba Kaien era un misterio, no le interesaba crear una

marca o posicionarse en las tablas de popularidad de héroes, dudaba de que su

licencia estuviera al día y no entendía como se le permitía enseñar en la UA.

Tutor del segundo año

del curso de héroes y ahora estaría encargado de la nueva generación que

ingresaría al primer año, era una coincidencia que le ponía los pelos de punta

a la presidenta que Nezu haya elegido a Kaien como instructor de la rusa

terrorista… la presidenta no era la más amigable con los extranjeros y era

evidente que no le estaba agradando nada tener que reformar a una adolescente

problemática que había huído de la justicia con seguramente apoyo de su familia

privilegiada.

Solo por ello no sentía

tanto remordimiento haciendo lo que hacía, la chica no le parecía la más

honesta y arrepentida del mundo, parecía altanera y desafiante creyendo que

podría pararse delante de la presidenta con ese aire de superioridad creyéndose

intocable, claro que escuchó la conversación que tuvo con la presidenta desde

el minuto que había bajado del avión, sus plumas eran eficaces cuando estaba en

pleno uso de su particularidad.

Un golpeteo en la puerta

lo saca de sus pensamientos, se eriza… se supone que nadie conocía esa

residencia en la que estaba, atraviesa la sala con pasos cuidadosos y vuelve a

escuchar el golpeteo.

-¿Quieres abrir? Estoy

demasiado cansado para forzar la cerradura

La voz de Blue Sniper

llega a sus oídos, resopla y abre la puerta… el héroe de cabellos azules

sostiene una bolsa de comida de dónde se desprende el aroma delicioso a pollo

frito.

-Vine a asegurarme de

que siguieras con vida…

Hawks se pregunta como

averiguó dónde vivía.

"Residencia Doxiadis"

Irene regresó a su casa

con más dudas que respuestas, cuando Kaien le había dicho que la espiaban y que

ella debía averiguar quién o que era no creyó que fuese verdad, pensó que era

algún tipo de chiste o algún ritual extraño de integración… solo ahora se da

cuenta lo tonta que fue.

-Debemos decírselo a papá

Irene se lo dice,

sentada delante de su madre en el precioso jardín trasero mientras su

progenitora disfrutaba de una merienda refinada mientras se deleitaba con un

libro.

-No veo el motivo

La rubia expresa con

calma.

-¿Para que estresarlo

con suposiciones infundadas? Realmente no tenemos evidencia palpable.

E Irene frunce el ceño.

-¿Estás bromeando, mamá?

Su voz sale con molestia,

quizás en un tono de voz más alto de lo que debería.

-Kaien me lo confirmó,

¡¿Qué quieres que haga?! ¿Debo actuar como si no hubiera pasado absolutamente

nada?

Mavis cierra su libro

manteniendo el silencio.

-No me levantes la

voz, Irene…

El ruso en la lengua de

su madre era intimidante, la pelirroja mira a su progenitora con el ceño

arrugado, sus puños cerrados sobre la mesa.

-Y eso es exactamente lo

que harás, jovencita…

La rubia se levanta e

Irene la sigue con la mirada

-Estamos en un país

extranjero que no es exactamente el más tolerante, estamos solas, tu padre y

tus hermanos en Grecia ¿Qué te hace pensar que podemos pelear ahora?

Rodea la mesa, se coloca

detrás de su hija, apoya sus manos sobre su garganta en un apretón suave y se

inclina a susurrarle al oído.

-Y harás lo que tengas

que hacer para terminar esta tortura rápido y volver a casa, incluso si eso

incluye tragarte tus amenazas y jugar el juego de esta gente

Desliza sus manos por

sus hombros.

-Serás buena, obediente,

seguirás las reglas, pondrás buena cara y si te cruzas a ese héroe le pondrás

la sonrisa más linda que tengas…

Sube sus manos frías de

uñas afiladas al rostro de su hija y le ladea la cara haciendo contacto visual

con ella.

-Por que tu libertad y

el apellido de nuestra casa depende de ello…

Le da una palmadita en

la mejilla y se aleja de ella con una sonrisa suave en sus labios.

-¿Haz entendido?

El labio inferior de la

pelirroja tiembla ligeramente, sus ojos están brillantes y humedecidos, su

garganta arde.

-Sí, madre.

"Al siguiente día"

"Tienda"

Era temprano en la

mañana e Irene había decidido ir a comprar ropa, realmente no había traído

mucha ropa y ya no le gustaba, había elegido prendas monocromáticas y "aburridas"

por que su padre le había dicho que debía aparentar "prudencia" según

recomendaciones del abogado pero ahora que lo pensaba mejor, ¿No sería más

apropiado lucir colorida como una adolescente común y corriente si deseaba

aparentar que no era una asesina?.

Así que ahí estaba en

esa boutique, tratando de encontrar algo que la convenza y fuera de su talla,

no entendía por que su talla usual no le quedaba en las medidas de esa tienda.

"Japoneses y sus

estándares anorexicos"

Pensó cuando la cuarta

falda en G no se pudo abrochar en su cintura en el probador, resopló con

fastidio y terminó vistiéndose resignada… tendría que elegir ropa más grande o

fabricarla ella misma, la vendedora la juzgó con la mirada cuando pidió dos tallas

más.

Siguió mirando blusas,

sus pechos no cabría en esos escotes ajustados y definitivamente necesitaba

ropa más cómoda considerando que pese a ser adolescente sería una adolescente en

formación heroica, tendría que vestir lo suficientemente juvenil pero también

práctico para ayudar en cualquier escenario.

Después de dos horas más

encontró algo de ropa decente que no la harían parecer una adulta depresiva que

vestía de negro todo el tiempo, salió de la tienda con el bolso en su mano

derecha siendo acompañada de cerca por el seguridad que se le asignaba cuando

decidía salir mucho tiempo sola de la residencia y claro, como le había dicho

su madre ponía la mejor cara posible, subió al vehículo sin esperar a que le

abran la puerta y tomó asiento poniéndose el cinturón.

-¿A dónde ahora,

señorita?

El guardia lo mira por

el retrovisor, sus ojos castaños observándola fijamente.

-A casa, por favor.

El vehículo sale del

aparcamiento, el camino es tranquilo y ella casi cabecea apunto de dormir con

la cabeza apoyada parcialmente en el cristal… entonces escucha bocinas por una

fracción de segundo, el vehículo delante de ella frena de golpe, el seguridad

frena profundamente, Irene siente la fuerza jalarla hacia el frente y el

cinturón tira de ella manteniéndola en su silla, sus ojos miel se abren de par

en par.

-¡Cuidado!

Grita, extiende su mano

hacia el asiento del guardia cuando el vehículo delante de ellos es puesto

verticalmente sobre sus ruedas traseras cayendo tenebrosamente sobre ellos,

Irene aprieta los dientes y de su palma derecha dispara una onda de luz violeta

neón que destroza el techo del coche y el capot del otro auto lo

suficientemente fuerte para evitar que los aplastara por completo.

-¡Señorita Doxiadis…!

El guardia jadea, la luz

lo dejó ciego por unos instantes, vería puntos de luz en su visión por un buen

rato, la alarma del vehículo sonando estrepitosamente… Irene se quita el

cinturón y abre la puerta, el guardia se eriza.

-¡Señorita Doxiadis…!

¡¿A dónde va?!

Trata de quitarse el

cinturón pero sus manos están temblando, Irene deja la puerta abierta, camina

rápidamente y ahí lo ve… un héroe cuyo nombre desconoce en el suelo adolorido,

la gente gritando y corriendo, en el centro un villano deforme, era humano pero

parecía tener bolas de carne y grasa debajo de la piel con algunas extremidades

extras en la espalda, por lo flácido que se veía asumió no eran movibles.

-Mierda…

Aprieta sus puños de

inmediato, mira a los lados, ningún héroe cerca… el villano se acerca a otro

vehículo y lo levanta en el aire con sus dos manos sosteniéndolo, hundiendo sus

dedos en el metal y parece decidido a aplastar al héroe con el carro.

Iba a arrojarse encima,

entonces escucha tiros, su guardia del lado derecho disparando todo el cartucho

de su glock contra el villano, las balas se hunden en las bolas de grasa y

carne con piel, el villano voltea a verlos.

-¡Señorita huya…!

Irene sabe que el

guardia no tiene un quirk, así que no hace caso, el villano voltea a verlos con

el vehículo aún en su agarre y lo arroja hacia ellos, Irene levanta sus manos

delante de ella, sus palmas desprendiendo un brillo violeta dispuesta a crear un

escudo de luz para repeler el peso del vehículo.

De reojo ve haces

rojizos pasar a su lado, plumas afiladas se clavan contra el vehículo elevándolo

en el aire, la expresión de sorpresa no dura en la expresión del villano antes

de que una lluvia de plumas caiga sobre él inmovilizándolo en un grito de dolor

contra el pavimento.

Irene se relaja, la luz

neón desapareciendo, su guardia acercándose rápidamente a ella para asegurarse

de que esté sana, escucha algo caer sobre el techo de su vehículo y voltean.

Ahí lo ve, cabello

rubio, ojos ámbar, alas rojas significativamente más pequeñas por haberlas

usado para inmovilizar al villano y detener el vehículo, se endereza sobre el

techo del carro, acomoda sus lentes y ofrece una sonrisa confiada.

El resto de civiles

presentes grita, aplaude, están eufóricos e Irene piensa que todo esto debe ser

un jodido mal chiste.

Hawks sacude un poco sus

alas y sus plumas regresan a sus dos extremidades, baja elegantemente de un

salto e Irene siente su adrenalina quemarle la sangre.

¿Qué pasaría si

decidiera atacarlo? ¿Y si lo confrontaba en publico? No… no era buena idea,

sería una mancha difícil de borrar con tantos testigos presentes, el guardia

casi parece deslumbrado por la presencia del héroe e Irene quiere poner una

expresión de fastidio, no entendía la idealización que tenían con sus héroes,

en Rusia no idolatraban de esa forma tan exasperante a sus héroes.

-¿Se encuentra bien,

señorita?

Le estaba hablando a

ella, Irene entrecierra sus ojos levemente como si estuviera procesando sus palabras,

como si hubiera olvidado el idioma y por un segundo lo hizo.

"Es más bajo de lo que

esperaba, medimos lo mismo"

-Si, estoy bien

Es la respuesta tan seca

que escapa de sus labios seguido de una sonrisa, Hawks asiente y finalmente

mira al guardia, le da una palmada en el hombro.

-Fuiste muy valiente al

plantarle frente, eres un verdadero héroe.

Los ojos del guardia se

iluminan, e Irene casi se ríe ante la frase que para ella se oyó falsa, el

héroe se mueve al centro del desastre, el otro héroe ya está siendo atendido.

Hawks sonríe, saluda a

los civiles, cámaras por todos lados y a Irene le parece asfixiante, el guardia

sigue en su propia nube de excitación.

"Los comunes se

impresionan con algo que no pueden tener"

Le había dicho su padre

una vez y ahora entendía que nunca se había referido a la clase trabajadora o

al dinero, si no a la enorme diferencia entre ellos, humanos sin nada

particular y ellos, personas como Hawks en la cúspide de fama o ella, con

suficiente poder para mantenerse en el juego.

La sirena policial se

escucha, bajan armados y el detective se acerca a Hawks, intercambian palabras

que no logra oír pero entonces hace contacto visual con él, los ojos del héroe

eran más amarillos de lo que se veía en la revista.

-Deberíamos irnos...

Irene murmura a su

escolta, pero es demasiado tarde… dos oficiales y el héroe viniendo hacia

ellos, e Irene inhala profundamente.

-Señorita…

El oficial saluda con

seriedad en su rostro, e Irene ya se arrepiente de haber intervenido, fuerza

una sonrisa en sus labios

-¿Hay algún problema,

señor oficial?

"Actúa tranquila, ellos

no saben lo que haz hecho"

Piensa para si misma

buscando mantener la compostura.

-Para nada señorita,

pero necesitamos tomar la declaraciones de los dos.

Irene solo asintió,

fingió cordialidad… claro, el guardia había usado su arma y se necesitaba

declaración por ello, solo esperaba que su propio seguridad no la delatara, que

no delatara que había usado su quirk sin supervisión, miró de reojo por unos

segundos al hombre esperando que entendiera el mensaje.

Por supuesto que el

guardia no había entendido el mensaje, ella contó su versión de los hechos

omitiendo cuidadosamente que usó un impacto de neón para detener el coche y que

estuvo a dos segundos de desplegar su particularidad con toda la intención de

combatir contra un enemigo sin ser una estudiante con carnet.

Sabía que decirlo la

metería en problemas pero su guardaespaldas lo contó casi idolatrándola

mencionando que hubiera muerto si no fuera por la intervención de ella, que

hubieran sido aplastados.

-Señorita…

La voz de Hawks resuena

a sus espaldas, el oficial que la atendía estaba terminando de escribir, Irene

pone de vuelta su sonrisa en sus labios y ladea el rostro.

-¿Si, señor?

¿Cómo se supone debería

referirse a él? Técnicamente no era un señor pero… nisiquiera se habían

presentado formalmente y no tenía las ganas de llamarlo por su nombre de héroe.

-Necesito hablar con

usted

Hace un gesto con la

mano señalando un punto apartado, ella solo amplia su sonrisa forzosa.

-¡Seguro…!

Sus mejillas le

castigaban su gesto falso, la sonrisa no llega a sus ojos, la expresión del

héroe seguía siendo tranquila pero con una matiz un poco más seria.

-Señorita Doxiadis

¿Verdad?

Irene asiente.

-¿En que puedo servirle?

"Estúpida".

Se dice mentalmente a si

misma, ¿Cómo se atrevía a preguntarle a ese entrometido en que podría servirle

ella? No era propio de alguien de su clase decirle a alguien como él ese

tipo de cosas y si su madre la oyera seguro que le jalaría de las orejas.

-Imagino que conoces las

normativas vigentes en Japón sobre el uso de las particulares…

Hawks comienza, Irene

asiente, decide fingir demencia y poner su mejor expresión de inocencia.

-Claro que lo conozco

Pestañea fingiendo

confusión.

-¿Eh hecho algo que

quebrante alguna ley?

Su expresión es de

absoluta preocupación y confusión.

-Si, señorita

Esperaba oír un "no" o

que él se apiadara de ella de alguna forma pero Hawks no le compró el papel de

víctima, claro, Irene supuso que él sabía que cosas había hecho ella en Rusia.

-¿Cómo eh quebrantado yo

la ley si fui la que estuvo en peligro?

Su tono de voz adquiere

un tinte sarcástico que no puede ocultar de todo y una sonrisa tira de los

labios del héroe.

-La utilización de

particularidades sin permiso emitido por el gobierno va contra las leyes

-No lo sabía…

Murmura, claro que

estaba mintiendo y ambos lo saben.

-El desconocimiento de

la ley no la exime de culpabilidad, señorita Doxiadis.

Irene sonríe de medio

lado.

-¿Culpabilidad? ¿Esto es

un juicio ahora, señor?

Sus ojos miel con

espirales brillan ligeramente con cierta rebeldía, su postura cambia a una más

confiada, como si olvidara por un segundo su personaje de jovencita perdida en

la gran ciudad extranjera.

-No, no lo es…

Hawks ladea levemente el

rostro sin quitarle los ojos de encima.

-Pero considerando que

actuó de buena fe y que ya tiene usted un mal día con su vehículo destrozado,

por esta vez lo permitiré…

Irene casi se ríe

satisfecha, pero solo asiente en silencio.

-Agradezco tanto su

consideración…~

Su tonito de voz es

forzadamente agradecido, Hawks le sonríe y niega con una mano.

-No necesita

agradecerme, no hubiera necesidad de que usara su particularidad si yo hubiera

llegado un poco antes.

Y ahí estaba el

personaje que todo héroe debía vender, de abnegado guerrero que se exige

siempre ser mejor de lo que ya es.

-Por eso, ya se lo eh

dicho a la policía… eso es todo, solo tenga más cuidado la próxima vez

-Lo tendré en cuenta,

agradezco su consideración…

Una última sonrisa,

ambos de ojos miel viendo al otro fijamente como si supieran entre si sus

verdaderos papeles detrás del bonito show que estaban montando.

-Que tenga buen día,

señorita…

El héroe extiende sus

alas y levanta vuelo casi de inmediato, Irene tiene que cerrar momentáneamente

los ojos por el viento y luego suspira.

"Huele a una maldita

rata de espionaje"

Necesitaba contarle a

Shiba lo ocurrido.