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Chapter 32 - CAPÍTULO 32: ALMAS GEMELAS.

- Casarnos?!!!!. - Contestamos los dos al unísono.

- Si, es la única manera que encuentro de que Damián pueda estar contigo si logramos acordar una cita con el socio o socios de Hall. De hecho, es mejor que estés casada, porque para ellos una mujer que le pertenezca a otro hombre es sagrada y debe ser respetada. Si vas siendo soltera, es muy probable que intenten sobrepasarse con usted y si alguno de ellos se llegará a interesar en usted, que es lo más probable siendo usted una mujer muy hermosa. Usted jamás podrá regresar, porque según sus leyes él podrá reclamarla como suya. - Me dice Hunter seriamente, borrando de su rostro cualquier diversión que hubiera sentido antes al ver nuestra reacción a la idea de casarnos.

Casarnos... comienzo hablar mentalmente conmigo misma, analizando esa palabra, más bien procesándola. Casarme con Damián... claro que quiero, es el hombre que amo con toda mi alma, el amor de mi vida, pero tampoco quiero casarme con él si él no está enamorado de mí. Sé que en los últimos días nos hemos besado, pero Damián sólo siente por mí atracción y lástima, un hombre como él no me miraría como mujer, él miraría a una mujer como ella... Tatiana... aunque podría casarme con él y hacer cualquier cosa por conquistarlo y ganarme su corazón, pero podría hacerlo?... Es evidente que Damián es un hombre muy especial y la verdad no sé cómo conquistar a un hombre porque nunca lo he hecho en mi vida. Siempre me había enfocado en estudiar y luego en hacerme cargo de las empresas, ya que muchas familias dependen de todas ellas para vivir y Hall se aprovechó de mí inexperiencia.

- Muy bien, nos casaremos. - Responde Damián sacándome de mí análisis mental, obligándome a mirarlo como si tuviera tres cabezas. Damián se gira para mirarme, pero ninguno de los dos es capaz de pronunciar una palabra.

- Bueno... mientras ustedes conversan un poco, yo voy a traer al juez para que los case. - Dice Hunter antes de salir de la habitación.

- Antes de qué digas algo Alexa, esta es la mejor manera que tengo de protegerte para todo lo que viene. No me digas que no, por favor... - Me dice a la vez que toma mi rostro entre sus manos y se acerca un poco a mí.

- Yo... - Intento decir pero alguien toca la puerta interrumpiéndonos.

- Adelante. - Contesta Damián soltándome.

- Hola, puedo pasar?. - Pregunta ella al asomarse por un lado de la puerta al abrirla un poco.

- Tatiana... qué haces aquí?. - Pregunta Damián bastante sorprendido.

- Estoy... trabajando para Hunter. - Dice ella al entrar y acercarse a nosotros. Para ella solo existe él, su mirada y sus palabras solo son para él.

- No lo sabía.

- Comencé desde hace un par de meses nada más. - Comenta ella al acercarse más y cruzar sus brazos al frente de él. Hago un sonido con la garganta para que los dos me noten, al parecer se les había olvidado que estoy aquí y eso me molesta muchísimo. Los dos miran hacia mí.

- Disculpa mi falta de educación, pero es que este hombre le hace perder la concentración a uno. - Dice muy divertida.

- Tatiana, por favor. - Menciona Damián muy serio y alzando sus cejas.

- No me mires así, yo no tengo la culpa de que seas un bombón y que le quites el sueño y la respiración a más de una, por no decir que a todas. – Responde y luego se dirige hacia mí y yo no puedo evitar ponerme celosa por sus palabras y por la forma en que lo mira. Pero no sé si fue que me pareció o yo estaba viendo cosas para sentirme mejor, pero creo que a Damián, sus palabras le son indiferentes, creo que se siente más bien como incómodo.

- De verdad te pido mis más sinceras disculpas, soy Tatiana Dawson, es un placer conocerte. - Me dice mientras me extiende su mano.

- Yo soy...

De repente entra un hombre sin llamar a la puerta con algo de prisa.

- Dawson, debemos irnos ahora. – Dice para luego volver a salir tan rápido como entró.

- Debo irme, después terminamos de presentarnos. Adiós bombón... - Se inclina hacia él dándole un beso en la mejilla y al momento en que ella sale, Hunter vuelve a entrar.

- Por qué no me contaste que Tatiana esta... trabajando para ti?. - Pregunta Damián algo serio y molesto.

- Bueno... comenzó hace poco y ya sabes cómo es ella... - Le responde acariciándose la barbilla.

- Están listos?. - Hunter pregunta cambiando de tema muy abruptamente.

- Hunter... yo creo que nosotros no... – Comienza a hablar Damián.

- Claro que sí, estamos listos para casarnos. - Digo interrumpiendo a Damián, pero para cuando termino de decir la frase, Damián me mira extraño, como con sorpresa y con alivio, sus ojos le brillan pero no sé porque.

- Muy bien, señor juez… ya puede pasar y mientras él se organiza, ustedes pueden escoger sus anillos. Me tomé el atrevimiento de traer a un joyero para que escojan los anillos que más les gusten, ese será mi regalo de bodas.

Al instante, ingresa un hombre con un traje de color gris oscuro que trae en sus manos unas cajas de terciopelo negro y detrás de él, ingresa un hombre también de traje con un par de libros en la mano y luego otras tres personas con algunas cosas para organizar.

El hombre de la joyería abre las cajas con muchos anillos dentro, de todos los diseños, materiales, sencillos, ostentosos, gran variedad. Comienzo a mirarlos hasta que veo un par de anillos hechos en platino, el del hombre es sencillo pero elegante, tiene una raya delgada en medio que le da la vuelta a todo el anillo, la raya es opaca y con textura rugosa. El anillo de la mujer es evidentemente del mismo material y tiene casi el mismo diseño del otro, solo que la línea no está en toda la mitad, sino hacia el lado derecho y en el poco espacio del otro lado de la línea, hay una fila de pequeños diamantes que dan la vuelta al anillo.

Sin darme cuenta, acerco mi mano para tocarlos y cuando ya estoy llegando a ellos, Damián está haciendo lo mismo que yo porque nuestras manos se encuentran encima de los anillos.

- Me parece que ya hicieron su elección, ustedes son almas gemelas, sin cruzar ninguna palabra entre los dos, escogieron los mismos anillos. Eso no lo veo tan seguido en mí trabajo y déjenme decirles que llevo mucho pero mucho tiempo trabajando en este medio. – Nos dice el señor joyero a ambos.

Creo que instantáneamente los dos nos sonrojamos porque inmediatamente retiramos nuestras manos y luego comenzamos a mirar hacia otro lado. Escuchamos a Hunter reír al fondo de la habitación al mirarnos las expresiones hasta que el señor juez le dice que ya está todo listo.

Damián me dice que me quede en la camilla sentada con el suero aún puesto. Lo demás fue rápido, no demoró mucho tiempo, el juez comenzó con el trámite y un pequeño discurso, luego vino la parte en donde se decía el acepto junto con la puesta de los anillos y por último las firmas.

Hunter y Vincent son los testigos de la boda y Damián solo me da un beso en la mano cuando el juez dice que ya puede besar a la novia. Cuando ya me siento un poco mejor, salimos de aquel lugar, nos montamos en la motocicleta y esta vez Damián se va despacio.

Paramos en un restaurante para que Damián coma algo, pero como sé que por eso él no aceptaría detenerse, le digo que tengo sed. Entramos, nos sentamos y yo sólo pido una limonada natural, después trato de convencer a Damián de que almuerce y sólo acepta si yo me como aunque sea solamente una sopa, así que pido una de verduras.

Una vez que terminamos de comer, él va al baño después de decirme miles de recomendaciones por si alguien se me acerca. Cuando ya estoy sola en la mesa, no puedo evitar quedarme mirando el anillo que se encuentra en mí dedo, el cual afirma que no es un sueño y que legalmente soy la esposa de Damián Evans.

Sonrió un poco al pensar que ahora soy la señora Alexa Lennox de Evans, pero rápidamente me hago la que sólo está observando el paisaje cuando veo que Damián regresa a la mesa.

Al mirar por el lugar, me percato de la presencia de dos mujeres que no dejan de observar a Damián, él no las determina, ni siquiera se da cuenta de que ellas están ahí por lo que me siento muy feliz, porque las dos mujeres son muy bonitas y pueden llamar la atención de cualquier hombre.

Cuando Damián se distrae un momento con uno de los meseros, miro a las dos mujeres y cuando ellas me miran, les muestro mi anillo de bodas, lo cual las hace girar y darnos la espalda. Me siento feliz y triunfante porque con solo haberles mostrado mí anillo les he enviado el mensaje de que ese hombre tiene dueña y que la dueña soy yo, así sea por otras razones que no es el amor.

Cuando Damián se sienta, tomo un poco más de limonada y luego no me puedo aguantar.

- Cuál será el siguiente paso?. - Tiro la pregunta de golpe.

- Mientras Hunter y Vincent averiguan por su lado y tratan de conseguir la cita que necesitamos, creo que es hora de que le pidas al encargado de los pozos petroleros con total discreción, toda la documentación e información que tenga de los pozos y de cómo tú padre los adquirió, todo lo que podamos obtener.

- Está bien, mañana mismo me pongo en eso y con respecto a lo que vamos a decir cuando...

- No podemos decirle a nadie las verdaderas razones por las que nos casamos, nadie puede sospechar porque nos casamos y que tan enterados estamos de la situación y de los traidores que están ahí. Solo Andy conoce toda la verdad y Kelly sabe algunas cosas nada más y debe seguir así, me entiendes?. - Asiento y él continúa.

- Siendo tú esposo, ya puedo acceder a más cosas e información que necesito que ya no podrán negarme.

- Está bien, no me gusta mentir ni ocultarle cosas a mí familia, pero sé que es para que todo esto acabe y para no ponerlos más en peligro.

Después de unos minutos más, salimos del restaurante y continuamos con nuestro camino, llegando finalmente al lugar de donde salimos hace algunas horas para luego volver caminando a la casa.

Nos sorprendemos un poco al ver tanta gente en la casa y luego cuando vemos que el automóvil del señor Reagan esta parqueado en la entrada, nos sorprendemos aún más.

- No se supone que la reunión que solicité es para mañana?. - Comento

- Algo está sucediendo y creo saber quién puede estar detrás de todo esto. – Dice Damián.

- El señor Bale?, aún piensas que él está trabajando para Ryan?.

- Si, después de lo que ocurrió con Hall en esta casa, puedo decir que estoy en un noventa por ciento seguro, pero por ahora hay que vigilarlo para poder seguir sus pasos hasta Hall y sus cómplices.

Luego de cruzar algunas palabras entre los dos, decidimos entrar a la casa como si nada.

- Qué está sucediendo aquí?. - Pregunto al entrar a la sala de la casa.

- Alexa, sobrina, el señor Reagan y el señor Bale me preguntaron si podíamos hacer la reunión el día de hoy y como Kelly me dijo que hoy no irías a la oficina por un asunto que tenías que arreglar de la fundación, pues me tomé la libertad de aceptar. – Me dice mi tío.

- Pero yo la había solicitado para mañana, qué tal si no vengo temprano?. - Digo muy molesta por las atribuciones que todos se están tomando.

- Señorita Lennox, le pido una disculpa, pero la verdad queremos resolver este asunto de una vez y averiguar lo que está sucediendo. - Me dice el señor Reagan al levantarse del sofá dándome la mano.

- Está bien... salgamos de esto de una vez. - Contesto soltando un suspiro.

- Damián, siéntate por favor. - Le pido al hacerle una señal de que se siente a mí lado.

- Discúlpeme señorita Lennox, pero el agente Evans no está autorizado para estar en esta reunión, así trabaje propiamente para usted. - Dice el señor Bale.

- Señor Bale, acerca de este tema ya habíamos hablado y pensé que había quedado claro, pero creo que me he vuelto a equivocar. – Le digo muy seria y hasta enojada por su actitud.

- Prima, disculpa que te interrumpa, pero él no es nadie acá y creo que no le deberías de tener tantas consideraciones a él, cuidarte es su trabajo y para eso le pagas demasiado bien.

- Gisselle... y tú qué haces acá?, no estás invitada, tú no tienes nada que hacer aquí y les voy a decir a todos por última vez, así que escúchenme muy bien todos... Damián se queda acá, porque yo lo quiero aquí conmigo, porque así lo pedí y así lo exijo por ser el cliente. Además, ahora más que nunca, Damián tiene todo el derecho de estar en esta reunión y no solo por todo lo que acabo de decir, sino por el derecho que le da el ser mi esposo. - Digo al levantarme del sofá, mostrando mi anillo de bodas.