Entramos como a una especie de casucha pero lo que más me sorprendió, fue saber que es una especie de fachada para entrar como a una especie de base subterránea. Damián baja primero y luego es mi turno para bajar, él me recibe cogiéndome por la cintura para evitar que me pueda caer o resbalar en los últimos escalones con una enorme sonrisa, porque cuando voy a comenzar a bajar, le pido que mire hacia otro lado para que no vea mi ropa interior cuando este bajando por la escalera porque llevo falda.
Después se abre una puerta de metal cuando ambos ya estamos en el suelo, saliendo un hombre mayor, más o menos de la edad de mí tío, quien inmediatamente saluda a Damián con mucho cariño. Luego Damián nos presenta y el hombre con una gran caballerosidad, toma mi mano y la besa.
- Tienes muy buen gusto muchacho. - Le dice a Damián después de besarme la mano.
Después, el hombre nos hace pasar a una habitación con muchas pantallas y computadoras. En la habitación se encuentra otro hombre al que también me presentan, su nombre es Vincent, luego nos sentamos todos en una mesa que hay en el centro de la sala.
- Quiero que escuches y veas con mucha atención todo lo que te vamos a contar y a mostrar. - Me dice Damián mirándome directamente a los ojos, luego toma una de mis manos y ya no la suelta.
- Recuerda que acá estoy y siempre será así, porque nadie me va a separar de ti. - Me dice Damián susurrándome al oído.
- Pero que está sucediendo Damián?, ya me tienes preocupada... - Damián me interrumpe al colocar uno de sus dedos en mí boca.
- Pon atención. Vincent, Hunter, comencemos... - Les dice Damián a los dos hombres.
Mientras veo las imágenes y videos de mis atentados, escucho al mismo tiempo toda la información, una que me está haciendo sentir algo agobiada, con ganas de vomitar. Porqué me estaba pasando todo esto?, qué había hecho para que quisieran asesinarme?.
Cuando comienzo a escuchar quien es realmente Ryan Hall, empiezo a sentir escalofríos y a sudar. Mi estrés va en aumento y en un punto determinado, aprieto la mano de Damián con todas mis fuerzas y mientras lo hago, puedo notar que está preocupado e incómodo por la forma en que acaricia mi mano, haciendo círculos en mí piel con su dedo pulgar.
Una vez que encienden las luces, dando por terminada la reunión, por decirlo así, todos me observaban fijamente.
- Estás bien?, Ale...
- Necesito un baño por favor. - Digo interrumpiendo a Damián.
- Esta por allá. - Responde el señor Hunter, señalando una puerta.
Me levanto rápidamente de mí asiento y prácticamente corro hacia el baño, cierro la puerta y comienzo a vomitar. Mis manos tiemblan y siento como si mis piernas fueran de goma, tengo el estómago revuelto, siento demasiado asco. Como alguien podía tener tanta maldad en la sangre, todo por poder y dinero, y para acabar de ajustar, mi ego está herido por ser tan ingenua.
- Alexa, estás bien?, háblame por favor. - Me dice Damián desde el otro lado de la puerta, tocando para que le abra.
- Estoy bien... vete por favor. - Logro decirle para que esté tranquilo, mientras al mismo tiempo me dirijo hacia el lavamanos para enjuagarme la boca y echarme un poco de agua en la cara.
Al parecer, mis palabras no lo habían calmado porque forzó la cerradura de la puerta para entrar, escucho cuando él comienza acercarse a mí mientras me encuentro con la cabeza agachada y mis manos apoyadas en el lavamanos. Damián me gira para verme y examinarme.
- Te dije que estoy bien, porqué entras así?. - Le digo algo molesta.
- Estás pálida... - Dice al mismo tiempo que empieza a examinarme sin prestar atención a mis palabras y mucho menos a mis quejas por estar ahí. Después, Damián saca un pañuelo de uno de sus bolsillos, lo humedece y me lo pone en la frente.
- Lo que me faltaba, que me vieras vomitando... - Comento al taparme la boca para que él no pueda oler mi aliento. Damián no me presta mucha atención, ya que está totalmente en silencio mientras me toma el pulso.
- Tienes baja la presión y supongo que no desayunaste, verdad?. - Me pregunta bastante molesto, mirándome a los ojos con una de sus cejas levantada. Ya sabía que ese gesto siempre lo hacía cuando esta irritado por algo o por alguien.
- Bueno... dijiste que era urgente... es broma, no tenía hambre. - Le contesto nuevamente con la mano en la boca y él inmediatamente hace un bufido.
- Ven y apóyate en mí, chúpate esta menta para que no te avergüences, pero para ser sincero, no tienes por qué sentirte apenada conmigo, jamás podría sentir asco de ti y no tienes mal aliento, pero chúpate la mente si así te sientes mejor.
Me bajo del lavamanos en donde me había puesto Damián para revisarme, aún siento mis piernas algo débiles y un escalofrío comienza a recorrerme todo el cuerpo, provocando que salga de nuevo sudor en mi frente. Cuando estamos saliendo del baño, escuchamos unos pasos que vienen hacia nosotros.
- Cómo está?. - Pregunta el hombre mayor, creo que su nombre es Hunter, pero me siento tan mal que no estoy segura.
- Se le bajó la presión y está un poco en shock. - Responde Damián.
Mientras los dos están hablando de algo que por mi estado no entiendo mucho, comienzo a ver todo negro y creo que al final me desvanezco.
- Alexa... me escuchas?, despierta por favor, no me sigas preocupando de esta manera...
De pronto, vuelvo a empezar a escuchar la voz de Damián y al parecer es porque estoy recobrando la conciencia, ya que siento al mismo tiempo que alguien tiene agarrada mi mano izquierda, dándole besos cortos y supongo que con la otra mano me están acariciando el cabello.
Empiezo abrir mis ojos poco a poco, hasta encontrarme con un rostro bastante familiar.
- Cómo te sientes?. - Me pregunta Damián con evidente alivio reflejado en su rostro.
- Qué me pasó?. - Le respondo con otra pregunta y un poco confundida.
- Te desmayaste...
Casi instantáneamente me quiero levantar, pero Damián no me deja. Miro a mi alrededor y estoy en una habitación que parece una enfermería, dándome cuenta de que me están dando suero por vía intravenosa. Alguien toca la puerta y segundos más tarde, entra una mujer con una bandeja llena de comida y detrás de ella, entran el señor Hunter y Vincent, el hacker.
- Cómo te sientes linda?. - Me pregunta Hunter al ingresar.
- Mejor, muchas gracias y lamento tantas molestias. - Respondo mientras trato de sentarme con ayuda de Damián, quien en cuanto ve la comida, ahí si me permite levantarme.
- No te preocupes por eso linda y lamento venir a molestarte y sé que no es el mejor momento, pero necesitamos cualquier información para poder actuar y dañarle los planes a ese tipo. Tal vez puedas decirnos porque Hall se acercó a ti?, qué motivo lo llevo hasta ti?.
- Hunter... no es el momento...
- No te preocupes Damián, estoy bien, solo me duele mi ego. - Le digo acariciando una de sus manos para calmarlo un poco.
- Definitivamente ella me agrada, ahora entiendo... - Comenta Hunter mirando a Damián.
Trato de comer un poco de fruta pero algo me ocurre, siento debilidad y el estómago revuelto. Dejo a un lado el tenedor pero Damián lo coge y empieza a tratar de darme de comer. Cuando al fin logro tragar un poco de mango, dirijo mi mirada hacia los dos hombres que están de pie frente a mí.
- Por lo que ustedes me han informado y me han mostrado sobre Ryan o el líder de las mambas negras, como lo quieran llamar y a lo que se dedican... solo puedo pensar que es por los pozos petroleros que mi padre adquirió unos meses antes de morir, los que están ubicados en Qatar y Dubai.
Ahora que me acuerdo, él siempre me preguntaba por los pozos petroleros, me hablaba tanto de ellos y de lo que podría hacer con ellos, que hasta había pensado en regalárselos como presente de bodas. Pero tenía tantas cosas en la cabeza, que al final opté por hacer el proceso de traspaso después de regresar de la luna de miel y ahora me alegro mucho de no haberlo hecho.
Por el rabillo del ojo, puedo ver la incomodidad y la molestia de Damián al mencionar mi boda, la luna de miel y también al decir que pensaba darle los pozos a él.
- Bueno... creo que ya sabemos porque se acercó a usted. - Comenta Vincent.
- Antes de conocer a Ryan Hall, me ofrecieron muchas veces comprármelos pero nunca acepté a pesar de las enormes sumas de dinero que me ofrecían.
- Tal vez, él pudo haber sido uno de los que ofertaron... - Menciona Damián de forma pensativa mientras me da otro pedazo de fruta.
- Nunca viste los nombres de las personas que aparecían en las propuestas de compra?. - Me pregunta Damián.
- No, la persona que mi padre dejó a cargo, solo me pasaba las cantidades de dinero ofrecidas. Recuerdo que antes de que mis padres murieran en ese accidente, mi padre me habló de ellos y llego a decirme que eran muy importantes, que nunca me fuera a deshacer de ellos. Pero casi cometo el error de... como supuestamente ese hombre iba hacer mi esposo, pensé que no habría problema en regalárselos y que igual todo seguiría estando en familia. - Digo a la vez que mastico otro trozo de fruta.
- Sabes cómo los obtuvo tu padre?. - Me pregunta Damián al darme un pedazo de waffle.
- La verdad, no, pero imagino que la persona que contrato mi padre para que los manejara, debe de saberlo.
- Bueno, averiguaremos todo pero con discreción. Vincent, ya sabes que hacer. - Le dice el señor Hunter girándose un poco hacia él.
- Por supuesto, discúlpenme, me retiro. - Dice antes de hacer un gesto de cortesía para salir de la habitación.
- Te vamos a pedir ciertos documentos a medida que vayamos avanzando con las investigaciones linda. – Me dice Hunter.
- Por supuesto, lo que sea necesario para dañarle sus planes.
- Tenemos que comenzar a averiguar con la gente que conoces en el mercado negro, con quién está haciendo negocios y quién es el principal socio de ellos. - Le comenta Damián al señor Hunter mientras me da de beber un poco de jugo de naranja.
- En qué estás pensando Evans?. - Pregunta Hunter con una sonrisa maliciosa de medio lado.
- Ya lo sabrás a su debido tiempo, pero por el momento creo que hay que viajar hasta la ubicación de los pozos y hablar cara a cara con el socio principal de Hall en cuanto tengamos la información.
- Creo imaginarme lo que estás pensando y a dónde quieres llegar, pero ella tiene obligatoriamente que ir por ser la dueña y en caso de que podamos concertar una cita con él, ella tendrá que ir sola, sin ninguna compañía.
- Por supuesto que lo haré, cuando tengo que irme?. - Digo muy decidida.
- Tú no vas a ir a ningún lado y mucho menos sin mí, no lo voy a permitir y es mí última palabra. - Dice Damián apretando los dientes y soltando el plato que tiene en la mano.
- Damián, es mi decisión y no puedes intervenir en ella.
- No vas a ir sin mí, soy tú guardaespaldas y si fuera tú, no me podrías a prueba.
Damián tiene una mirada de depredador acechando a su presa, que de inmediato siento que me podría amarrar a la pata de la cama si lo desafiaba y lo peor es que me encanta cuando se pone sobre protector. Eso me hace sentir que le importo un poco más de lo que debería por ser su protegida.
- Bueno... la única manera de que ella pueda ir acompañada y eso que por una sola persona, sería con su esposo y por lo que sé, la señorita Lennox no está casada. Aunque... si lo pensamos bien, pueda que haya una solución a esta parte para que la puedas proteger y que no le hagan nada.
- Cuál es esa posible solución Hunter?, habla de una vez. - Le dice Damián demasiado serio.
- mmm... pues que ustedes dos se casen y que lo hagan ahora mismo.