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Chapter 22 - CAPÍTULO 22: SU NOVIA?.

Alexa.

Damián conduce alrededor de una hora hasta que llegamos a un pueblo pequeño. Es hermoso, con un aspecto colonial, las calles hechas con piedra. Las casas son hermosas, antiguas y decoradas con plantas colgantes llenas de flores que caen desde los techos hasta las ventanas y balcones.

- Cómo se llama este pueblo?, es absolutamente hermoso. - Pregunto maravillada.

- Este pueblo se llama Jardín. Veníamos mucho de vacaciones cuando era niño, mis padres se conocieron en este pueblo y creo que también concibieron a mi hermana en este lugar. - Me dice mirándome y en la última parte me sonríe muy divertido, a lo que yo le correspondo con otra sonrisa.

Llegamos a un restaurante sencillo en las afueras del pueblo. Tiene un fogón de leña hecho de piedra muy rústico y hermoso, mesas y sillas de madera. En las mesas hay candelabros de vidrio con un velón blanco grueso adentro para iluminar en la oscuridad. Inmediatamente pienso que este lugar se debía de ver muy hermoso en la noche, con la iluminación de todos los candelabros y por supuesto con las flores colgantes que decoran todo el lugar.

A unos metros más al fondo, se puede ver como una especie de lago con una cascada y al lado, hay como una especie de termal natural, porque se puede ver el humo salir del agua.

- Le parece que pasemos el día en este lugar?. - Me pregunta al detener el auto en la entrada.

- Por supuesto que sí, este lugar es completamente hermoso y huele delicioso. Vamos que me estoy muriendo de hambre. - Le contesto muy emocionada y quitándome el cinturón de seguridad.

Damián se ríe al ver mi expresión mientras estaciona el auto y luego se quita su cinturón de seguridad, después abre su puerta para salir y me dice que lo espere para ayudarme a salir.

Cuando llega a mí, ya he abierto la puerta del auto y en el momento en que él se dispone a cargarme de nuevo, me muevo hacia atrás alejándome un poco de él. Damián se queda estático mirándome totalmente sorprendido por mí reacción.

- No Damián, hasta cuando me vas a seguir cargando?, yo puedo caminar un poco con ayuda de mí bastón, sólo tenme un poquito de paciencia, yo sé que soy medio lenta pero... - Le digo mirándolo y haciendo caras de niña pequeña.

Damián me observa con los ojos bien abiertos y luego empieza a reír, nunca lo había visto reírse de esa manera, por lo que me quedo embobada mirándolo, se ve demasiado atractivo.

- Alexa ven, te prometo que te dejo caminar. - Me dice muy divertido y extendiéndome una de sus manos.

- Lo prometes?. - Le pregunto mientras miro su mano extendida.

- Lo prometo.

Cojo su mano, él me ayuda a salir colocándome de pie junto al auto mientras me acerca el bastón, lo recibo contenta y comienzo avanzar hacia el restaurante a paso lento. Damián llega a mí lado rápidamente para ayudarme por si me caigo o me resbalo. Mientras avanzamos, escucho la voz de una mujer que grita muy emocionada desde el lugar donde se encuentran las mesas.

- No lo puedo creer... eres tú Damián?. - Pregunta la mujer con las manos en su rostro.

Es una mujer un poco más joven que mi nana, creo que se encuentra en el rango de cincuenta años. Me quedo mirando en dirección hacia donde se encuentra la mujer, luego observo a Damián quien se ve bastante contento, al parecer es una persona conocida suya y muy querida.

- Hola Gabriela, cómo estás?, ha pasado tiempo… - Le contesta con una gran sonrisa y saludándola con la mano.

- Ve y dale un abrazo, yo estoy bien, caminaré despacio, lo prometo. - Le digo mientras le hago señas de que vaya hacía ella.

- No tardo. - Me contesta y luego se va caminando a paso rápido.

La señora sale también a su encuentro y lo abraza muy cariñosamente, como una madre a su hijo. Me da mucha ternura y pienso en que bueno sería volver a sentir un abrazo de mi mamá, luego sigo caminando con mi bastón y a medida que me voy acercando, puedo escuchar un poco de su conversación.

- Damián, estás muy guapo hijo, estás hecho todo un galán. - Le dice la mujer guiñándole un ojo y dándole un puño en el hombro.

- Y tú luces igual Gaby, no envejeces. - Le dice dándole un beso en la mejilla.

- Hijo, ya sabes, las dosis de amor que no deben faltar y dormir frecuentemente en la nevera, tú sabes, para mantenerme bien conservada. - Los dos se ríen.

- Martín!!! ven, tenemos visita. - Dice la señora alzando un poco la voz.

Al momento siguiente, sale un hombre de una de las puertas que se ven algo retiradas, al parecer son de la cocina.

- Damián, que gusto verte muchacho, después de tantos años. Estás como más fortachón, no te parece Gaby?. - Le pregunta el señor a la señora, que al parecer es su esposa.

Yo sigo avanzando despacio, pero ya estoy más cerca de ellos. De repente, el señor se mueve a un lado para posar su mirada en mí.

- Y quién es está mujer tan bella Damián?. - Le realiza la pregunta mirándolo nuevamente con una sonrisa pícara.

La mujer, que aún no se había percatado de mi presencia, también se acomoda para mirarme y luego para regalarme una sonrisa como si ya me conociera desde hace muchos años. Ella se apresura para llegar hasta mí y darme un abrazo de recibimiento.

- Un placer conocerla señora. - Le menciono cuando deja de abrazarme para luego observarme de nuevo.

- Dime Gaby cariño y puedes quitarme el título de señora que me da un infarto con solo oírlo. - Me dice con una gran sonrisa y guiñándome un ojo.

- Está bien… Gaby. - Le respondo un poco apenada y sonrojada.

- Y cómo te llamas princesa?. - Me pregunta el hombre al acercarse a nosotras.

- Alexa, Alexa Lennox señor, un placer conocerlo también. - Le respondo mientras apreto su mano.

- Dime Martín, Alexa. - Me responde el hombre.

- Damián, ella es tú novia?. Esta chica me agrada, es muy bonita y muy educada. - Le pregunta la señora Gabriela mientras se gira para mirarlo.

Me sorprendo al escuchar la pregunta que Gabriela le ha hecho a Damián y creo que me sonrojo, porque de inmediato siento como mis mejillas arden. Finalmente reacciono y cuando voy a responder, Damián se me adelanta.

- Si Gaby y Martín, Alexa es mi novia y vinimos a descansar un rato. Quería que ella conociera este maravilloso lugar y por supuesto a ustedes.

Yo me quedo de una sola pieza y totalmente muda, él se acerca a mí y me toma por la cintura como si fuéramos una pareja. Lo observo y él también a mí, es como si me estuviera hablando con sus ojos, así que lo único que hago es sonreír.

- Alexa y qué te pasó?, porqué usas bastón?. - Me pregunta Martín.

- Hay por Dios, cómo preguntas una cosa de esas y acabando de conocerla. - Le dice la señora Gabriela regañándolo y colocando sus manos en su cintura en posición de jarra.

- No se preocupe Gaby, no me siento incómoda por su pregunta. Sufrí un accidente hace unos meses y estoy en recuperación. - Le respondo con una sonrisa.

- Cambiemos de tema mejor que este esposo mío me hace pasar unas vergüenzas. - Nos reímos Damián y yo mientras los miramos.

- Tienen hambre?. - Pregunta la señora Gabriela.

- Se nota mucho?, la verdad es que nos morimos de hambre. - Responde Damián mientras entramos todos al restaurante.

- Muy bien, les voy hacer un súper desayuno bien rico. - Nos dice Gabriela antes de entrar en la cocina con una gran sonrisa.

Damián me ayuda a sentarme en una silla de una de las mesas, lentamente y con cuidado, siempre tratándome como si fuera de cristal.

Quería que se sentara en la mesa conmigo y me explicara porque había dicho que yo soy su novia pero cuando lo iba hacer, el señor Martín le pide que lo acompañe un momento porque quiere mostrarle algo.

- Ya te lo devuelvo, me lo robo un momento. - Me dice el señor Martín antes de llevarse a Damián.

Debo confesar que me gustó cuando él dijo que yo soy su novia, quería tan solo por un momento que fuera verdad. Pero al verlo a lo lejos hablando con el señor Martín, vuelvo de golpe a la realidad y dejo de fantasear con la idea de que soy su novia, él ya tiene su corazón ocupado por una mujer llamada Kelly James y quien es mi mejor amiga.

- Acá tienes Alexa, un chocolate caliente mientras termina de estar el desayuno y no me digas que estás a dieta porque eso no va conmigo y menos en este restaurante, además te ves como muy flaquita. - Me dice como una mamá regañona pero con una sonrisa.

- Tranquila que yo no hago dietas, me encanta comer y soy muy fan de los postres, mejor dicho, de toda la comida dulce. Es sólo que últimamente no he dormido muy bien y toda la recuperación del accidente me ha dejado muy agotada.

Cojo la taza con el chocolate caliente, bebo un poco y está completamente delicioso, cuando ella me ve el rostro, sonrío y sin decirle nada, ella empieza a hablar.

- Esta delicioso verdad?, por tú expresión veo que te gustó y espera a probar la comida porque no es que sea egocéntrica hija, pero cocino muy bien. - Me dice mientras se sienta derecha en una de las sillas, muy orgullosa de su comida.

- Hija, por qué no vinieron con mi princesa?. – Pregunta la señora Gabriela.

- El viaje fue como de improviso, pero le prometo que la próxima vez vendremos con ella. – Le respondo.

Ella me sonríe de nuevo y se dirige nuevamente a la cocina cuando alguien la llama.

Vuelvo a mirar hacia donde esta Damián y el señor Martín, con solo mirarlo desde lejos y no tenerlo cerca, él provoca que mis manos suden y tiemblen al igual que mis piernas, provocando ese nudo en mi estómago y luego me produce esas mariposas que se sienten como si tuviera millones por dentro.

No, ya no podía seguir mintiéndome a mí misma, era hora de aceptar que me había enamorado profundamente de Damián Evans, mi guardaespaldas y la pareja de mi mejor amiga. Evidentemente, ella si había sabido mirar y buscar donde yo no supe ver a tiempo, ignorando al hombre que tenía a mi lado, sin imaginar que siempre había sido él, la persona por la que siempre había estado esperado y con la que siempre había soñado.