Adam no recibió ninguna respuesta, pero no esperaba ninguna, todos sabían que estaba corriendo un gran riesgo al intentar esto. Pero al menos ahora sabía que podía sobrevivir en caso de que el monstruo despertara. En ese momento, Adam recordó algo extraño: el monstruo lo había notado sin ninguna duda, pero el zombie que había hecho el ruido fue el objetivo del ataque. Sin embargo, Adam recordó la escena que Miguel le había mostrado donde los Windwalkers atacaban a la monstruosidad. Todos los Windwalkers habían muerto al mismo tiempo, lo que significa que él debería haber muerto a menos qué…
—Miguel, ¿recuerdas el vídeo? Esa cosa debió de haberme matado al instante, pero no lo hizo.
Miguel tardó un momento en darse cuenta a lo que se refería Adam.
—¿Quieres decir que solo responde a agresiones directas?
—No exactamente, ese Crawler no le atacó, pero hizo suficiente ruido como para molestarle. Quizá estaré seguro mientras me quede callado.
—Puede ser, aunque desde aquí, parecía que te atacaría.
Adam pensó un momento y se dio cuenta de que Miguel podría tener razón, justo antes del disparo había sentido que estaba muerto.
—Bueno, quizá pueda aprovechar eso en mi beneficio, pero solo lo intentaré si la situación se vuelve desesperada.
—Está bien, será mejor que sigas adelante, aún faltan tres puntos.
—Sí.
Adam respiró profundo y se preparó para salir de nuevo. Por primera vez, le prestó atención al interior de la tienda. Los estantes estaban repletos de comida, pero parece que el Crawler había matado a alguien adentro, pues había algunos productos esparcidos por el suelo y un par de estantes caídos. Adam tuvo que contener las ganas de revisar la comida que había, pues sabía que tenía que lanzarse al exterior y no perder más tiempo. Se asomó de nuevo por la ventana y, lo más silenciosamente que pudo, se deslizó hacia el exterior, en donde se quedó congelado observando a la monstruosidad con gran tensión.
Unos segundos después, parecía que el monstruo no se movería, por lo que Adam respiró aliviado y avanzó hacia el siguiente punto, solo a unos metros de donde el Crawler le había atacado.
Se aseguró de que no hubiera ningún zombie antes de comenzar con el ritual. Minutos después, la trampa fue terminada sin ningún problema, la monstruosidad había seguido palpitando y extendiéndose lentamente, sin prestarle atención a Adam.
El resultado había sido curioso para Adam, las fallas generadas se habían conectado con la primera y formado una especie de vacío aún más grande en el subsuelo. Adam podía sentir cómo se formaba este espacio y cómo su energía reforzaba los pocos pilares que evitaban que todo cayera.
Fue, sin duda, una experiencia extraña para Adam, poder sentir de aquella manera lo que hacía su energía fuera de su cuerpo. El único problema era que esta sensación le distraía muy fácilmente, por lo que tenía que desviar su atención constantemente para vigilar un poco sus alrededores.
Por suerte, no hubo ningún problema y ahora se encontraba desplazándose hacia el tercer punto. El problema era que necesitaría pasar cerca de la monstruosidad para alcanzarlo y, peor aún, había otra tienda cercana desde la que un zombie podría atacar de nuevo.
Además, Adam comenzó a divisar algunos Windwalkers en el cielo. Parecían recorrer la zona, acercándose poco a poco a la monstruosidad antes de retirarse. Esto no le agradaba nada, pero no había nada que pudiera hacer.
Para el siguiente punto, Adam decidió escalar una de las tiendas y alcanzar el primer piso del edificio de apartamentos situado justo encima. Desde allí intentaría saltar de ventana en ventana y luego bajar de nuevo.
Adam estaba nervioso, pues nunca había intentado algo así, pero para su sorpresa, no le costó mucho. Alcanzar la primera ventana fue el paso más difícil, debido a la altura, pero una vez allí, sus brazos podían aguantar perfectamente el peso de su cuerpo.
Hubo un momento tensó cuando un Windwalker aterrizó en el tejado de un edificio cercano mientras Adam colgaba de una ventana, pero el zombie parecía prestarle más atención a la monstruosidad y no tardó en largarse.
Luego de sujetarse mejor en la reja de la ventana y lograr ponerse de pie sobre el estrecho marco, miró a la monstruosidad, que en ese momento estaba a solo unos metros de distancia, justo debajo.
Adam sintió un escalofrío al observar la masa de carne desde las alturas. Su figura amorfa y palpitante parecía carne al rojo vivo. Además, justo debajo de él, la monstruosidad se había expandido hasta alcanzar la pared del edificio, razón por la había tenido que subir. Parte de esta masa en expansión se había acumulado junto al muro hasta formar un masa lo suficientemente alta para entrar por una ventana de la tienda en planta baja, que debía de haber estado abierta desde el principio.
Adam desconocía el alcance de la monstruosidad dentro del edificio, pero sabía que esta tienda, en especial, estaba conectada a los pisos superiores por una escalera en la parte trasera.
Además, Adam no había encontrado ningún problema con ataques de zombies desde el interior del edificio, lo que lo hubiera puesto en serios problemas. Esperaba que la monstruosidad se hubiera encargado de todos ellos en el interior.
Adam no tardó en encontrar un lugar al que descender para el tercer punto, situado justo frente a la tienda, de cara a la calle. Debido a lo expuesto que estaba el lugar a los Windwalkers del bloque 2, cuya entrada podía divisarse desde allí, durante la planeación, ubicaron el punto dentro de uno de los contenedores de basura.
Este no era un contenedor tradicional, sino un pequeño edificio de cemento con una puerta, en cuyo interior se almacenaba una pequeña montaña de basura en espera de que llegara el camión recolector.
Por desgracia para Adam, el camión recolector no había pasado y al romper la cerradura y abrir la puerta se encontró que el interior estaba lleno de basura. Luego de un desagradable momento en el que tuvo que llevar la basura al exterior, Adam se sentó en sucio suelo y comenzó a canalizar su energía. Esta vez Adam no se entretuvo en nada más que no fuera crear la trampa lo más rápido posible. El olor desagradable, combinado con el asqueroso suelo, casi le hace vomitar, pero aguantó lo suficiente para completar el trabajo.
Una vez afuera y lejos de la basura, se comunicó con Miguel.
—Listo el tercer punto, solo falta uno.
—Bien, todo bien por acá. ¿Algún problema por tu parte Zack?
—Muchos Windwalkers están revoloteando por todas partes. Creo que tengo malas noticias, Miguel, ese maldito Breeder parece estar conquistando otros edificios y expandiendo su territorio.
—Mierda, creo que probablemente irá por nosotros mañana.
—Sé que es preocupante Miguel, pero primero debemos preocuparnos de esta monstruosidad. Zack, ¿Crees que me de tiempo de terminar el último punto antes de que algún problema ocurra?
—No lo sé. Parece que se están reuniendo en grupos cada vez más grandes.
Adam tragó saliva y se preparó para el último punto. Este se encontraba en medio de la carretera, en territorio completamente despejado y, por desgracia, muy cerca de dos bultos de carne de la monstruosidad. Esta se había topado con un grupo de carros destruidos en la acera y se había dividido como un río, dejando una parte de la carretera libre.
Adam tenía que buscar un método para entrar en esa zona sin llamar la atención de la monstruosidad y de los Windwalkers, de los que actualmente se ocultaba detrás de un carro.
—Voy a comenzar.
Adam sabía que este era el punto más complicado, por lo que no había margen para cometer ningún error. Observó con calma la zona. Había numerosos carros en la calle que podía usar para llegar al punto en cuestión, pero los bultos de carne solo habían escalado pocos. Sin embargo, esto lo dejaría a la vista de todos los Windwalkers cercanos, lo cual probablemente resultaría en su muerte. Los Windwalkers eran bastante frágiles, pero Adam sabía que combatirlos en campo libre era suicidio.
Sin embargo, Adam no veía otra opción. El edificio más cercano estaba muy lejos y no parecía haber ninguna opción práctica.
Así que Adam observó a los Windwalkers con atención y aprovechó un momento en el que el cielo parecía despejado para correr con todas sus fuerzas. No tardó en llegar al primer auto, cerca de uno de los bultos de carne.
Adam observó inquieto la perturbadora masa antes de subir con cuidado al auto. Allí, avanzó paso a paso, procurando no perder el equilibrio, hasta estar suficientemente cerca para saltar.
Pero Adam calculó mal el salto, pues no estaba acostumbrado a qué tanto podía saltar todavía, entró en pánico, perdió el equilibrio en el aire y cayó sobre el techo del siguiente coche con fuerza. Peor aún, comenzó a deslizarse hacia la masa de carne que palpitaba justo junto al auto.
Adam intentó agarrarse inútilmente al techo, pero siguió deslizándose hacia su posible muerte. Lo que le salvó la vida fue que logró evitar su caída sosteniéndose de uno de los espejos retrovisores. Sus piernas se sostenían precariamente al techo, mientras todo su peso lo aguantaba el retrovisor.
Respiró profundo, intentando calmarse. Intentó maniobrar su cuerpo, de forma que lograra volver a subir con comodidad al techo, pero entonces se congeló al darse cuenta de que un ojo le observaba desde la masa de carne justo debajo de él.