Los pensamientos de Roselia solo estaban en ese desgraciado hombre, era justo como el hombre que ella tanto quería; alto, ojos azules, cabello negro, piel blanca, un buen cuerpo, y pecho de hombre.
—Si pudiera tenerlo solo una vez... estaría satisfecha —. Susurro —¿Dios acaso me has enviado aquí solo porque te rogaba todos los días que me enviaras al hombre de mis sueños? ¿Y por que con esa personalidad? —. Suspiró cansada —quiero follarlo, tal vez debería ¿violarlo? Solo déjame tenerlo dentro de mi una vez, solo una vez —. Con su inexpresivo rostro seguía imaginando que tenía a Carlos con ella —ay no, se supone que debo alejarme de él.
Se levantó de la silla y camino hasta llegar al balcón, la hermosa noche le daba tranquilidad cerró sus ojos y sonrió, cerca de unos árboles estaban dos personas viéndola, Carlos y el caballero de la mañana, la veían hermosa como una rosa negra, exótica y única en el mundo.
Roselia pudo sentir que alguien la veía, discretamente comenzó a mirar a los lados y pudo ver a aquellos dos hombres que hablaban de algo ¿qué demonios hacía Carlos allí? Se quito la bata y quedó solo en el vestido delgado de tirantes color blanco, Carlos inmediatamente se giro para ver al caballero quien miró hacia otro lado. Roselia se rió divertida y después entró.
A la mañana siguiente no quería darse un baño porque había mucho frío y podía morirse congelada y, aunque los criados calentaron el agua ella no quería bañarse al final terminó aceptado solo porque su hijo ya se había bañado.
Al bajar al comedor ella miró al pequeño niño que se encontraba sentado esperando la llegada de su madre y al verla sonrió. Ella amo a ese niño, muy hermoso así que penso:
"Voy a fingir que es el hijo de mi kageyama Tobio y mío"
Se acercó al niño y lo beso con fuerza el pequeño se sintió asfixiado.
—Mami me ahogo...
—Si te ahogas no podrías hablar —. Sonrió y lo soltó para después ir a sentarse —me enteré de que pronto llegarán tus amigos ¿es cierto eso?
—Si, vendrán a tomar el té conmigo.
—Supongo que es bueno... sabes si alguno es alérgico a alguna comida, seria muy bueno evitar problemas graves.
—No, ninguno es alérgico a nada.
—Que bueno, me alegro mucho—. Ella pensaba y no podía recordar que en la novela se mencionara a los amigos de Orfila, decidió prestar más atención ya que no se sabe que pueda pasar en el futuro.
...
—¿Entonces tu nombre es Angel?—. Preguntó Roselia al caballero.
—Si señora.
Roselia veía al caballero y él se sentía incómodo ya que Roselia no apartaba su vista de su pecho, incómodo cerró los ojos. Roselia solo pensaba que tenía un buen cuerpo y quería tocar esas tetas de hombre que Angel tiene, de igual forma ella es libre de tener aventuras con cualquier hombre que quiera. Cruzo sus piernas y miró con una sonrisa al caballero.
—Quiero dormir contigo —. Fue directa y eso sorprendió demasiado al caballero, lo sorprendió tanto que se quedó estático —¿tienes algún problema? No te preocupes por Carlos... él me dio permiso de dormir con quien yo desee —. En sus ojos había un brillo y en sus labios se formó una sonrisa.
Angel trago saliva y no sabía que decir.
—Tomaré la responsabilidad, no tengas pena. Ven en la noche a mi habitación, de 9 en adelante —. Se levantó de la silla y se acercó a Angel que dio un paso hacia atrás, ella sonrió y se acercó hasta él y se estiro para susurrarle: —no es una obligación, si no quieres no te preocupes puedo buscar a otra persona —. El caballero se sonrojo y cerró sus ojos, Roselia sonrió y se alejo.
..
Caminaba tranquila por los pasillos que estaban en medio de un jardín hermoso miraba hacia el suelo y al sentir una presencia levantó su rostro y observo a Carlos, ¿qué demonios hace allí?
Al estar cerca no quería preguntar.
—¿Qué haces aquí?—. Pregunto Roselia mostrando gestos de disgusto.
Carlos sonrió.
—Esta mansión también es mía, puedo ir a donde desee, ¿acaso te estoy molestando?
Esa sonrisa cínica de Carlos molesto a Roselia, pero ella fue paciente.
—Claro que si, usted dijo que no vendría a esta mansión así que sea amable y váyase junto a su amada.
—¿Sientes celos? Sigues con eso—. Seguía sonriendo sintiéndose importante.
—¿Por qué debería de sentir celos por alguien tan... —. Miró hacia abajo y después hacia arriba mirando a Carlos de pies a cabeza —insignificante? —. Sonrió burlona.
Carlos dejo de sonreír y miró con seriedad a su esposa que aún tenía esa maldita sonrisa.
—¿Qué hacías con aquel caballero?
—No es asunto suyo.
—Soy tu esposo —. Sonrió.
—Recuerde las reglas —. Ahora era Roselia quien sonreía feliz y Carlos miraba con seriedad —Soy libre de estar con quien yo desee—. Carlos miró con sorpresa a su esposa, quería reprochar pero no podía —tengo cosas por hacer, marchece.
—Vendré dentro de dos días, iremos juntos al banquete preparado por su majestad el emperador.
—No planeo ir con usted, iré con quien quiera—. Roselia miró fijamente al hombre.
—Yo... —. Carlos molesto se marchó, sabía que no podía obligarla a algo que no quería, desafortunadamente para él, sus reglas se interponía.
Carlos caminaba molesto hacia su palacio y en el camino se topo con el caballero que estaba entrando al palacio de su esposa, molesto comenzó a caminar a paso rápido, el caballero lo saludo e hizo la reverencia, pero Carlos solo pasó chocando con él, había usado fuerza. El caballero solo se quedó allí hasta que él Duque salió y después retomo su caminar. Estaba nervioso debido a su situación, no podía creer que iba a la habitación de la señora para dormir con ella.
Al llegar a la gran habitación respiro hondo, tocó tres veces la puerta y al escuchar el "adelante" abrió la puerta e ingreso a la habitación para después acercarse a la mujer que se encontraba sentada con las piernas cruzadas bebiendo vino rojo, la blanca bata de tela fina que cubría la mayor parte de su cuerpo la hacia ver muy sensual.