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Chapter 28 - Una moneda y una salvación.

En medio de un acto rebelde, un caballeroso gesto por parte de un espectro, su mano desde trás su espalda realiza su gestar, como una rama que saluda frente al viento.

Aquél mismo ser de amenazante portar, uno que no da indicios de elegancia, él simplemente se presenta mientras apunta al cielo y al suelo, siendo indicado con cada mano.

- Yo, soy el filo en la oscuridad, las sombras son mis perros de guerra, enviado del cielo, heraldo de las noches más frías, soy un príncipe de mi señor ... - sus palabras fueron cortadas por un estruendo proveniente del mismo cielo - Quien osa interrumpir a éste heraldo - sus ojos atónitos se postrarón sobre bolas de fuego que hacían presencia en el escenario.

Grandes rocas caían y aplastaban sin discriminación, pero este solo abrió lugar para que pase el acto principal, de entre las nubes aparecía una sombra gigantesca, una que se vio reflejada en sus incrédulos ojos.

Un pequeño fragmento, uno tan diminuto que podría comparar con cuál pequeña luciérnaga, voló y voló, y su llama en flama azul torno, una que del averno emergió y entre llantos brotó.

Como un dócil beso, la mejilla del espectro rozó y una línea de líquido carmín goteando dejó.

Del mismo cielo una risa provenía, una valiente y falta de temor, una digna voz resonó, similar al trueno se escuchó.

Esas llamas provocaron que él espectro se desintegrarse rápidamente, eran llamas del averno, algo incomprensible para mortales.

Aún así en guardia preparamos nuestra armas.

Ahora frente a nosotros estaba Gar.

Aquel sin hogar, poseía en sus manos un cristal negro, tan brillante como la más cristalina agua, puse ver mi reflejo y sentí vislumbrar el abismo, lo que significa poder.

En ese momento desde su sombra que era proyectada por las llamas de un cadáver surgía una enorme criatura.

- Hermosa, verdad?.

- Ellos son seres biológicos de un universo distinto, único, seguro te das cuenta por su apariencia similar a cristales de hielo y el como emanan gas, pero, su fuerza, es algo digno de admirar.- expresaba con tal fervor y su mirada llena de vigor mientras veía aquel gigante.

No le tomo mucho tiempo derribar a Emel y Luna por luchar en el frente, eso demostró su fuerza, pero está era solo la física, aún su potencial mágico era desconocido.

Entonces me ví en la obligación de intentar aquella medida desesperada, seguir el ejemplo de Luna y escuchár a Umbra.

Desenvainando mi espada, Umbra, apunte hacía aquel monstruo y grite las palabras que resonaban en mi cabeza.

- Singularidad de la entropia.

Entonces, una pequeña gota de mana se formó en la punta de Umbra, está tomó un color negro, tan oscuro que no podías ver ningún reflejo o destello de luz.

Simplemente se trago al gigante y exploto.

Pero Gar no estaba feliz, sutilmente chasquido de sus dedos,.más gigantes surgían del suelo.

Uno tras otro.

Iban tras de mí cabeza.

No tuve otra opción.

- Activar habilidad de .....

Un golpe en mi estómago me elevó en el aire.

Pude ver varios enemigos.

Concentré el poco mana que me quedaba en la espada y la moví en estocada.

El impacto provocó que retrocedieran aquellas criaturas.

Y un golpe seco de mi cuerpo contra el suelo.

De mi cuerpo moribundo una moneda rodó hasta detenerse frente a Gar, el.la vio, la reconoció y con un chasquido de su lengua todo se convirtió en humo, pareció un sueño.

Parecía una situación precaria, sin solución, sin escapes, solo esperando la inminente muerte por el impacto, pero tenemos otro problema frente a nosotros.

Una llamarada de fuego verde nacía desde las rocas pavimentada en el camino bajo nuestros pies, formando un círculo, una sombra apareció, era el gato.

El gato, sombra misteriosa y lúgubre, miraba con su cara de ceño fruncido, y un horrible maullido su cuerpo se calcinó.

De aquellas cenizas un hombre de traje fino, oscuro como la noche misma y adornado de botones de plata opacos, eran tesoros que simplemente estaban en el olvido.

Aquel hombre de corona oxidada y capa de pieles acompañado de bastón se dió la vuelta y mirando fijamente hacia nosotros exclamó.

- A pasado un largo tiempo, pero ahora no es momento de presentación- y con ésto tronando sus dedos todo nuestro alrededor fue cambiado.

Estábamos en un bosque y a lo lejos se logró apreciar una ciudad en llamas de varios colores, cómo sí el amanecer de una nueva era fuese a iniciar.

Solo para al final, una gran explosión presentará un castillo en ruinas corone tal acto.

- Ahora deben escapar, está guerra por el momento no podrán ganar.

-Las espadas están temblando. Expresamos los tres, era extraño, nos advertían.

De aquella ciudad, un haz de luz llegó hasta el cielo y una enorme criatura emergió.

- Leviatán, mi hermano, lucharemos en este plano pero deberías volver junto a tu amante.

Dándonos la espalda, y un gran salto, el señor gato partió a la batalla.

Nosotros?

Nosotros....

Nosotros solo podíamos ver cómo el cielo se abría y las nubes lloraban rayos de tormenta.

Y nuestros pasos poco a poco nos alejaban de aquel lugar.