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Chapter 3 - intervención divina.

Entre numerosas formas y colores que habían adoptado la prole, algunos optaron por tener características que los marcasen de forma única, abstracta, hasta perturbadora, inspirados por la metamorfosis que habían presenciado, como si fuesen marcados por un estigma en sus almas estas cualidades se manifestaban en forma de alas que en lugar de plumas estaban cubiertas de cuchillas de diversos metales, algunos irradiaban luz, otros manifestaban oscuridad profunda, pero ninguno conseguía ser igual a Padre.

Entre ellos, resalto Pragmeo, un erudito y primogénito, estudio su propia esencia para comprenderse a sí mismo, el cómo ser, como existencia en la vastedad de la creación, entre la soledad al ser el primero fue también el que más cerca se quedó de Padre, pudiendo apreciar de primera instancia lo peligroso, pero a la vez esencial en el cosmos que su presencia representaba, sin preámbulos mostro uno de los pelos de Icor oscuro que extrajo directamente de lo que una vez fue un corazón noble y lo unió al Icor cristalino de la crisálida que se encontraban a la deriva, para crear un bastón el cual presentaba patrones de luz y oscuridad.

Impregnar su propia fuerza en la dualidad le era imposible, el aun no aceptaba su ser como existencia física, simplemente mantenía una forma hecha a partir de la energía etérea de la que nació.

El tiempo fluía como una rama en un rio y sus hermanos actuaban, pero el meditaba en órbita de Padre, inherente del tiempo mismo, con el avance del tiempo y la comprensión de su objetivo claro, su alma lo manifestó, otorgándole un tamaño menor al de los demás, pero su poder creció abismalmente hasta el punto de ser comparable a Padre antes de su transformación debido a la unión de la fuerza de todos.

Tomo una forma bípeda, lo que hoy conocemos como humanos, sin rasgos extremos o distintivos, pero este ser se sentía expuesto, a partir de su propio poder tejió fijos hilos de su fuerza, siendo el primero en manifestar y controlar libremente el cambio de energía a materia desde su padre, ahora cubierto enteramente por telas oscuras que desprendían un tenue brillo azulado con el reflejar de las estrellas de sus hermanos distantes, él se sentía capaz, fuerte y poderoso, con el control como para usar el bastón, una manifestación del dualismo de su padre, a este objeto creado de la misma materia nacida del inicio de la existencia lo llamo Bayle.

Con el poder y habilidad que había logrado, canalizo todo su poder y erigió una torre hecha a partir de pequeñas rocas imbuidas en su propio poder y puliéndolos para que su superficie se camuflase con el cosmos con su padre dentro de la misma, la cual no era para contenerlo, sino que funcionaba como puerta hasta un pequeño subespacio donde ahora su progenitor será un prisionero libre, donde su existencia mantenga la realidad que forjo con su propio corazón, y su libertad no fuese arrebatada, pero esto no significase que ahora podría dejar la torre, entonces con las ultimas gotas de su poder, produjo un trono frente al portal mientras divisaba las puertas, una vez listo, tomo asiento, para quedar dormido mientras se recuperaba y las puertas se cerraron y fue grabado en ellas, Torre de Adamantino, lugar de descanso del corazón de la creación.

En el proceso de asimilación completa del estigma de las proles, expulsando una gran cantidad de energía, la reunieron, condensaron y volvieron a expulsarla, reiterando este proceso de forma constante hasta que esta formase sus cuerpos materiales por completo, en el proceso pequeños cúmulos de energía que con el tiempo se convirtieron en materia, formando rocas a su alrededor se sus manifestaciones físicas.

Entre ellos la décima prole, Lyth, no se encontraba conforme con su apariencia, envidiaba a sus hermanos y hermanas, su alma debido a esos sentimientos se vio reflejada en una monstruosidad, un gusano enorme que se revolcaba entre sus mucosidades que exudaba por su piel con protuberancias y uno que otro filamento de Icor rojo, que eran la manifestación del dolor de su alma y el cómo estaba herida.

Lyth no estaba feliz, así que se devoró a si misma, una y otra vez, en el proceso creaba una descendencia a la cual forzaba a ser su reencarnación, siendo esta moldeada en cada generación, esto siguió hasta que nació una criatura alargada, más elegante y definida figura estaba cubierta de una liza superficie o eso aparentaba, dado que cuando detuvo el ciclo de transgresión a su propio ser, poco a poco su superficie se convirtió en afiladas cuchillas semejantes a espadas, pero su cuerpo estaba unido a una parte superior femenina, esta con cierto parecido a su hermano primogénito, algo más "humano" pensó ella.

En medio del silencio que le rodeaba se escuchaban sonidos nítidos de cadenas chocar que provenían de su hermana que vio toda su metamorfosis por vanidad pura.

Sucesos extraños y similares ocurrieron a los 17 hermanos de la estrella eterna, Pyros como este se había autodenomino, después de tomar conciencia de su propio ser.

Su forma era la más simple de todas, creía que el poder debía manifestarse, así que su alma lo reflejo como un gigante de roca, donde sus músculos eran de roca fundida y ríos de lava lo recorrían, pero su superficie solo eran duras rocas de obsidiana que demostraban su dureza ante los peligros.

De entre sus estrellas se encontraban algunas que solo eran cúmulos de materia inerte, al verlos flotar libremente a su alrededor, decidió seguir el ejemplo de su padre, como el primer hijo, guio a los demás para que lo intenten.

A partir de un pequeño soplo, brindo de fuerza a la roca desértica, convirtiéndola en poco tiempo en llameantes tierras llenas de ceniza, a diferencia de sus hermanos que se encontraban más cerca, vio como algunos eran azules y otros completamente blancos.

Tomaron estas rocas que ahora poseían parte de su esencia en sus manos y crearon sus propios mundos y los guían durante su desarrollo, proceso durante el cual comprenden su poder y lo desarrollan, fragmentos de rocas flotando en el cosmos infinito, separados entre si dentro de burbujas en las manos de su señor.