(Tres horas después.)
(Soular.)
Llego a la casa que construí al lado del pueblo. Ay, tengo muchísimo sueño. Vamos, Dani, aguanta un poco más, pronto dormirás.
—Espero no molestarla.
Toco la puerta de la casa de Meibis... No responde.
...
...
...
Sigue sin responder.
—Supongo que está muy dormida.
Más tarde vendré a...
—¡¡¿Quién está ahí?!!
¡Uwaaaah! ¡Eso me asustó!
Estaba a punto de irme, pero Meibis gritó.
—¡¡¿Quién es?!!
—¡S-soy yo, Daniel!
—¡¡¿Daniel?!!
Meibis abre la puerta y me ve.
Al verme, una gran sonrisa apareció en su rostro. Que adorable.
—¡Volviste!
Me da un gran abrazo... Bueno, considerando que le ayudé mucho, supongo que me extrañó.
—Lo siento, ¿te desperté?
—No importa, pasa.
Entramos a su casa y enciende las velas.
—¿Por qué volviste?
—Bueno... Acabo de evitar una guerra entre humanos y semihumanos, y vine aquí para convencer al Rey que colabore con nosotros para derrotar a los demonios. Digo, después de todo, evité una guerra, lo mínimo que merezco es una audiencia con el Rey.
—¡¿En serio?! ¡Increíble!
Saco mi teléfono y le muestro las fotos que tomé.
—Eran miles de humanos listos para atacar Soular, incluso tenían dragones.
—¡¿Cómo los derrotaste?!
—No es algo de presumir, pero... tuve que asesinar a los reyes para detener la pelea. Los nuevos reyes son amigos míos y no odian a los semihumanos, podríamos dejar atrás este odio que los semihumanos y los humanos tienen.
Saco de mi camisa el libro sobre los humanos y semihumanos.
—En este libro está escrito la verdadera razón del odio de los humanos y semihumanos. ¿Me lo podrías leer? No sé leer.
—Claro, no hay problema.
—En la primera página hay un resumen, lee eso, por favor.
Le doy el libro y Meibis empieza a leer.
—Hace milenios, los humanos y los semihumanos coexistían en armonía, compartiendo una tierra próspera y prometedora. Pero como ocurre con muchas historias, la paz llegó a su fin abruptamente, destrozando la frágil unión que alguna vez existió entre ambos grupos. Aquellos días idílicos quedaron atrás, reemplazados por una era de odio, crueldad y tristeza.
¿idílicos? No sé lo que sea, pero suena importante.
—Los semihumanos, cansados de ser marginados y mirados con desprecio por los humanos, se vieron obligados a soportar décadas de maltrato. Considerados extraños y diferentes, eran objeto de burlas, discriminación y violencia por parte de aquellos a quienes consideraban sus semejantes. Con el tiempo, la paciencia de los semihumanos se desvaneció y la semilla del resentimiento germinó en sus corazones heridos.
Entonces los humanos tienen la culpa. Ellos comenzaron con todo esto.
Ah... En serio, humanos de este mundo, son unos idiotas.
—Reunidos por su sufrimiento compartido, los semihumanos encontraron consuelo y fuerza en su comunidad. Vivir juntos se convirtió en una forma de protegerse y encontrar un propósito en medio de la oscuridad que los rodeaba. Sin embargo, sus intentos por encontrar seguridad y paz en su propia tierra no pasaron desapercibidos para los reyes humanos, quienes comenzaron a sospechar de las intenciones de los semihumanos.
Idiotas, los semihumanos solo querían vivir felices y sin miedo.
—El miedo y la paranoia se apoderaron de los líderes humanos, quienes ordenaron una vigilancia implacable sobre los semihumanos. La sombra de la sospecha se cernía sobre cada paso que daban, y su libertad se vio limitada por las cadenas invisibles de la desconfianza. La vida se convirtió en un constante recordatorio de su estatus inferior y sufragaron bajo el peso de la opresión.
Ah, ya nada me sorprende de los humanos.
—Fue entonces cuando un grupo de semihumanos, hartos de la crueldad que habían soportado durante tanto tiempo, decidieron rebelarse contra sus opresores. Desafiando el destino y empuñando sus armas, se organizaron en un intento desesperado por obtener justicia y cambiar el curso de la historia. La guerra estalló entre ambos grupos, y durante cinco largos años, el mundo se convirtió en un campo de batalla bañado en sangre y lágrimas.
¿Quién habrá ganado la guerra?
—La lucha fue cruel y sin piedad. Las historias de horror y sufrimiento se entrelazaban en cada página de ese oscuro capítulo de la historia. Las atrocidades cometidas por ambos lados dejaron cicatrices imborrables en el alma de los supervivientes. Ciudades fueron reducidas a escombros, familias fueron destrozadas y sueños fueron sepultados en un mar de dolor y desesperanza.
Ay... Ambos bandos hicieron cosas horribles.
—Finalmente, tras años de incesante derramamiento de sangre, los semihumanos, agotados y diezmados, se rindieron ante el poder abrumador de los humanos. Fue una rendición amarga, un símbolo de su derrota y el sombrío presagio de un futuro incierto. Los pocos semihumanos que lograron sobrevivir se vieron forzados a abandonar sus hogares, dejando atrás sus memorias y esperanzas destrozadas.
Al menos los humanos no los extinguieron.
—En su exilio, los semihumanos se adentraron en tierras desconocidas, donde establecieron su propio país. Sin embargo, la tierra que llamaron hogar estaba teñida de tristeza y amargura. Aunque habían logrado liberarse de las cadenas de la opresión, el recuerdo de la guerra y el dolor seguían persiguiéndolos como sombras inquebrantables.
Ah, sí, me imagino. Después de todo, perdieron a sus familias.
—El odio y la desconfianza se arraigaron en los corazones de ambos bandos, y las fronteras se levantaron para separarlos de manera irrevocable. Los humanos, recordando el sufrimiento infligido por los semihumanos, cerraron sus puertas a estos últimos, negándoles la entrada a su país. Del mismo modo, los semihumanos, llenos de resentimiento y dolor, prohibieron la presencia de los humanos en sus tierras, dejando una herida abierta que parecía no tener cura.
No me sorprende que me odiaran tanto sin conocerme.
—Así, la tristeza envolvió la historia de dos razas que alguna vez compartieron una promesa de paz y un futuro común. La crueldad y la amargura desgarraron los lazos que los unían, condenándolos a vivir separados en un mundo fracturado. Ese sería el resumen.
—Ahora todo tiene sentido.
—Mis padres me habían dicho que los humanos empezaron a matar a los semihumanos porque nos comenzaron a considerar monstruos asquerosos.
—Creo que este libro no miente... Por cierto, ¿por qué vivías en la calle? ¿Qué les pasó a tus padres?
—Fueron asesinados por unos ladrones hace un año. Cuando murieron, mis hermanos me sacaron de la casa y desde entonces vivía en la calle.
—Ay. Vaya, vaya... Lo siento.
—No te preocupes.
Los humanos tienen la culpa, por discriminar a los semihumanos, pero los semihumanos iniciaron la guerra.
... Sí, sigo neutral en este tema.
—Ya es muy tarde, creo que iré a dormir.
—Duerme bien.
—Igualmente.
Estoy a punto de salir y la volteo a ver... Hay una manera de hacer que los semihumanos confíen en mí... Lo pensé mientras volaba.
—Por cierto, realmente no soy un demonio.
Me quito el chaleco y la camisa.
Ella se sonrojó y se puso nerviosa. Ah, por favor, no pienses mal de mí, solo me quité la ropa para no romperla.
—¡E-espera, creo que primero debemos conocernos mejor!
... Me malinterpretó.
—¡Ángel conver!
Me convierto en un ángel.
¡Mira, mira, no soy un demonio, soy un ángel! ¡No me tengas miedo! ¡Soy de los buenos!
—Soy mitad demonio y mitad ángel.
Meibis se acerca a mí, sorprendida y llena de emoción.
—¡Increíble, eres el ángel Fransme!
¿Quién? Supongo que así llaman a los ángeles.
Mi transformación desaparece y me pongo la camisa y el chaleco.
—No sé a lo que te refieres, pero buenas noches.
Salgo de su casa y entro a la mía... Bueno, se la regalé a ella, pero creo que puedo usarla.
—Será un trabajo difícil.
Me acuesto en mi cama.
—¿Debo reunirme con los otros dos?
Ah... Un paso a la vez, Daniel. Un paso a la vez.
•
•
(Al día siguiente, 8:34 de la mañana.)
~Toc, toc, toc~
Ay, que flojera. Quería dormir un poco más.
Tocan a mi puerta e intento levantarme de la cama.
Vamos, Daniel, sé que tienes mucho sueño, pero este país te necesita.
—¡¡Daniel!!
Sí, sí, ya voy, ya voy.
Me levanto y abro la puerta.
—Bueno días, Meibis.
—Iré a desayunar, ¿me acompañas?
—No creo que sea buena idea, en tu pueblo me odian y posiblemente intenten matarme.
—No te preocupes, si te conviertes en un ángel no te tendrán miedo. Lo último que haríamos sería lastimar a un ángel.
—Creo que tienes razón.
Debo intentarlo.
•
•
Unos minutos después, llegamos.
Llego al pueblo y los aventureros sacan sus espadas... Otra vez lo mismo.
Bla, bla, bla... Ah... No tengo la energía para intentar ser gracioso.
—¡Largo de aquí, demonio!
Sí, sí, demonio. Ah... Terminemos con esto.
Me quito el chaleco y la camisa.
—¡Ángel conver!
Me transformo en un ángel y los gritos de insultos se detuvieron.
—¡¡Soy mitad demonio y mitad ángel!!
Todos me observan sorprendidos, no pueden creer lo que ven... O eso supongo. Sus miradas son raras.
—¡P-pero los ángeles desaparecieron hace miles de años!
—¡Increíble!
—¡Es el ángel Fransme!
—¡Bajen sus armas!
—¿Ángel Fransme?- Pregunté confundido.
Todos bajan sus armas y mi transformación desaparece.
¿Existieron ángeles viviendo aquí? Interesante.
—¡Gracias!- Dije, sonriendo.
Me pongo la camisa y el chaleco.
Meibis y yo seguimos caminando y entramos al gremio.
—¡Largo de aquí, demonio!- Dijo la mesera, con un tono de asco.
—Maldita sea... ¡Soy mitad demonio y mitad ángel! ¡¿No escuchaste cuando grité como loco eso?!
—Oye, oye...
Esa voz... ¡Rocco!
Rocco nos ve y se acerca a nosotros.
—Vaya, Daniel, regresaste. Supongo que tienes tus motivos.
—Acabo de evitar una guerra entre humanos y semihumanos, ¿y así me agradecen?
—¿Evitar?
Nos sentamos en una mesa y le muestro las fotos.
—Ayer en la noche intentaron destruir el reino donde vivía para después venir a Soular y matar a los semihumanos. Lo evité asesinando a sus reyes y los nuevos reyes son amigos míos, ellos están dispuestos a colaborar con los semihumanos para pelear contra los demonios.
—Realmente eres increíble. Detener una guerra en un solo día... Vaya... Suena imposible.
—Pero lo hice. Por eso necesito hablar con el Rey, aunque no sé si me reciba.
—Debes ir al castillo del Rey y mostrarle lo que hiciste. Se encuentra en la Capital.
—¿Crees que me reciba?
—No lo sé, pero no pierdes nada intentándolo.
—Supongo que tienes razón.
—¡Mesera, traiga platos con comida!- Dijo Meibis.
Ir con el Rey sin invitación previa sería grosero y le daría la razón sobre que los humanos somos groseros y poco confiables, pero el tiempo se me agota, debo intentarlo.
—Está bien, Rocco... Iré.
•
Después de una deliciosa comida, salimos del gremio... Ir con el Rey tal vez sea lo mejor.
Ah... Tengo un mal presentimiento, pero no es de peligro, es más como de... incomodidad. Que raro.
—Iré al castillo del Rey, ahora vuelvo.
—Ten cuidado.- Dijo Meibis.
—Lo tendré.
Me quito el chaleco y la camisa. Tomo mi ropa con mi mano izquierda, para evitar que se ensucie en el suelo. Debo ir presentable con el Rey.
—¡Ángel conver!
Me transformo en ángel y me voy volando.
—Soy más lento volando así, pero el Rey confiará en mí si piensan que soy un ángel.
El rumor sobre un ángel provocará que los semihumanos confíen en mí. Miles de personas me verán volando... Debo ir volando como ángel.
Saco mi teléfono y abro la aplicación de mapa.
Reviso el mapa... Está un poco lejos, tardaré un poco el llegar.
—Ah... Está un poco lejos... Creo que tardaré una hora.
Me pregunto cómo será la Capital.
•
•
(Dos horas después.)
Wow, la ciudad Capital es inmensa. ¡Y tienen enormes murallas rodeando la Capital! Tan diferente a los pueblos.
Después la visitaré como turista, estoy aquí por el Rey.
El castillo está en el centro de la Capital. ¡Vamos, Daniel, tú puedes!
Llego a la entrada del castillo. El castillo es enorme, muy enorme... Abarca el tamaño como de tres o cuatro pueblos enteros. Tanto espacio para el Rey... Ah, por favor, que no sea otro Rey grosero y presumido.
¡Por favor, destino, que sea un Rey amable, como el Rey Finder!
—Si que tardé.
Aterrizo en la entrada y veo a dos guardias, que cuidan una enorme puerta. ¡Que lindos, guardias leones! ¡Sus melenas son tan esponjosas!
—¡Hola, buenas días! Quiero hablar con su Rey, hay algo que quiero informarle.
Los guardias me ven asombrados y entran al castillo... Ni hola me dijeron... Supongo que ver a alguien con alas de ángel es algo demasiado interesante y sorprendente.
Bueno, esperaré aquí.
La, la, la... Oh, hola, pequeñín. Que lindo, un bebé me saludó. ¡Así deben de ser los humanos y semihumanos, amables y educados!
La, la, la... Ah, me quedé con hambre.
Oh, por fin. La puerta se abrió, después de 15 minutos.
Un guardia se dirige a mí.
—Sígueme, por favor.
Empiezo a seguir al guardia y entramos al castillo. Al entrar observo el salón principal, que es enorme, está adornado con flores, pinturas y una enorme escultura de un ángel. Con razón todos me respetan de esta manera, seguramente está relacionado con alguna leyenda.
Llego con el Rey. Está acompañado por una mujer y dos chicas jóvenes. El Rey es un hombre con cara de gato blanco, no tiene cabeza de gato, solo tiene cara de gato, algo raro, pero adorable. La mujer es una mujer con el cabello rojo y largo, con cola y orejas de gato. Las chicas son casi iguales, solo que una es más alta que la otra, tienen el cabello rosa y largo, con cola y orejas de gato. Ambas son muy planas, así que creo que tienen menos de 13 años, probablemente 12.
Puedo sentir en sus miradas emoción, sorpresa y... Ay, en las chicas siento otra cosa. Ah, por favor, que no sea lo que estoy pensando.
—¡Realmente eres un ángel, siempre soñé con ver uno!- Dijo el Rey, asombrado... Está realmente asombrado y emocionado, al igual que las chicas... Tal vez pueda usar eso para convencerlo.
—De hecho, para serle sincero, soy mitad ángel y mitad demonio.
—¿M-mitad demonio?
Mi transformación desaparece y me arrodillo.
No me gusta hacer esto, pero es necesario.
—Me llamo Daniel, soy un aventurero que tiene todos los tipos de magia. Mi madre es un demonio y mi abuela es un ángel. Vengo como representante del país Grenfor.
—Escuché de ti, me dijeron que derrotaste a un demonio de un solo ataque.
—De hecho, he derrotado a dos demonios de un solo ataque, Su Majestad.
—¿Qué quieres realmente, Daniel? Dudo bastante que vengas solo a socializar.
—Ayer por la noche, tres de los cuatro reyes del país se unieron para atacar a uno de los reinos que no apoyaba la pelea contra los semihumanos. Los reyes planeaban destruir el reino para luego atacar Soular. Yo lo evité asesinando a los reyes, y los nuevos reyes son amigos míos y quieren colaborar con su país para pelear contra los demonios.
—Ya veo, ya veo. ¿Quieres que nosotros, los semihumanos, colaboremos con los humanos?
—Sé que odian a los humanos, pero debemos dejar el odio a un lado para pelear contra los demonios. ¿Prefiere que sus súbditos mueran asesinados por los demonios? Su Majestad, si no nos unimos y formamos una alianza, los demonios ganarán la guerra. Dejemos el odio atrás e intentemos unirnos otra vez. ¡Con nuevas leyes y severos castigos, podríamos evitar la discriminación entre razas!
—¿Esto no tiene nada que ver con las rocas?
—No, pero si yo fuera usted, yo destruiría las rocas. Es muy peligroso tenerlas.
—Está bien, las vamos a destruir.
—¡Por favor, le suplico que las destruya, son muy...! ¿Eh?
Me quedo callado por unos segundos por la sorpresa que me causó esa respuesta... ¿T-tan fácil acepta? Vaya, vaya... Supongo que tengo suerte. ¿O estará bromeando? ¡No juegue con mis sentimientos, Rey!
—¿Q-qué dijo, Su Majestad?
—Que las vamos a destruir.
Hay un silencio incómodo por unos 5 segundos... ¡¿Tan fácil?!
—¿E-en serio?
—Si el ángel Fransme dice que debemos destruir las rocas, nosotros las vamos a destruir.
Otra vez me llamaron ángel Fransme... ¿Será una leyenda de este país?
Me levanto.
—Disculpe, ¿me podría decir quién es el ángel Fransme?
—Es nuestro Dios. Se dice que él tenía todos los tipos de magia y podía transformarse en un ángel.
¿Será un reencarnado del pasado?
—¿Su Dios?
—Se dice que él fue quien derrotó a los demonios hace miles de años.
Sí, posiblemente haya sido alguien como yo, enviado por Dios.
—¿Piensan que soy yo?
—¡Sí, tú debes ser su reencarnación!
Las chicas empiezan a gritar, están realmente emocionadas, muchísimo más que antes.
—¡¡Eres increíble!!
—¡¡Incluso eres muy guapo!!
—G-gracias.
Esto es muy conveniente.
Creo que tengo que seguirles la corriente.
Veo mis manos... Tengo que fingir sorpresa.
—¿P-por eso tengo todos los tipos de magia? ¡Increíble!
Lo siento por mentir, pero es necesario.
—Las rocas están escondidas aquí, acompáñame.
El Rey se acerca a mí y las princesas se reúnen con su madre.
Me voltean a ver y me sonríen, mientras hablan con su madre, que solo asiente.
¿D-de qué estarán hablando? M-mejor no pregunto.
...
...
...
Ah... Tantas escaleras. Este castillo sí que tiene protección.
Acompaño al Rey a un sótano altamente protegido y veo 5 rocas un poco grandes. Son del tamaño de un balón de baloncesto, pero... son tan normales. ¿En serio son rocas mágicas? Esperaba rocas más coloridas y brillantes.
—¿Son esas?
—Claro.
Bueno, a destruirlas, pero antes le preguntaré otra cosa.
—Disculpe, ¿el ángel Fransme es su único Dios?
—Es el Dios de los semihumanos, los humanos tienen otro Dios.
Eso explica muchas cosas. Mi influencia como la supuesta reencarnación del ángel Fransme no funcionará con los humanos. Ah, después pienso en eso.
—Vaya, vaya. Ya veo. ¡Muslar asio! ¡Espada Dex!
Tomo la espada con mi mano derecha y empiezo a golpear las rocas.
—Cariño, tenemos que hablar.
Oh, la Reina.
El Rey y la Reina salieron para hablar de algo. ¿De qué hablarán? Bueno, no debería importarme, ¡a seguir golpeando rocas!
Después de unos minutos de golpear pedazos de roca, terminé de destruirlas, hasta hacerlas polvo.
—Supongo que se acabó.
Mmm... Esperaba que pasara algo genial o misterioso, pero también es bueno que no pasara nada.
Según el Rey, las rocas ya no funcionan, así que ya terminé con este asunto.
Adiós para siempre, problema con rocas op.
Le extiendo mi mano derecha al Rey.
—Espero que dejemos el odio de los humanos y semihumanos atrás.
Nos saludamos de mano.
—Claro, haremos lo que sea por usted.
Es conveniente fingir que soy la reencarnación de su Dios.
Me duele mentir, pero es necesario.
Salimos del sótano.
Ah, quiero comer algo, pero no tengo dinero. ¿El Rey me invitará a comer? Espero que sí, tengo hambre.
—Por cierto, ¿me permites ofrecerte algo?
Espero que sea comida, volar me dio hambre.
—Claro.
Entramos al salón principal. ¿Aquí comeremos?
¿Eh?
Tomó mi brazo derecho y me lleva con sus hijas.
¿Eh? ¿Qué planea? ¿Tienen alguna enfermedad y cree que puedo curarlas? Lo siento, pero no puedo hacer eso, no sé hacerlo. Si las mato y revivo, ¿reviven sin enfermedades? Wow, nunca me puse a pensar en eso.
—Ella es Esmeralda y tiene 14 años, y ella es Charlotte y tiene 15 años.
Esmeralda es la alta y Charlotte es la pequeña.
¡Que adorables!
¿Se enojarán si toco sus orejas?
—Mucho gusto en conocerte, ángel Fransme.- Dijo Esmeralda.
—Es un placer conocerte, ángel Fransme.- Dijo Charlotte.
—Por favor, díganme Daniel, así me llamo.
El Rey me toca el hombro derecho.
—Escoge a una.
—¿Escoger? ¿Por qué? ¿Será la representante de los semihumanos?
—Para que te cases con ella.
...
...
...
Espera... ¡¿Casarme?! ¡No quiero casarme, no las conozco!
—¿C-casarme? ¡P-p-p-pero apenas las conozco!
—Tienes que casarte con una para demostrar nuestra amistad con los humanos.
... Es cierto... Si la princesa se casa con un humano, eso significaría que los humanos y semihumanos ahora son amigos... ¡Pero no quiero casarme! ¡Soy demasiado joven para eso!
—P-pero...
—Sería un honor ser tu esposa.- Dijo Esmeralda, con un tono tan dulce, que no puedo evitar mirar perplejo sus orejas de gato.
—Lo mismo digo.- Dijo Charlotte, con un tono más dulce.
Ah... ¡Uwaaaah! ¡Son muy adorables! ¡Lo adorable es mi debilidad! ¡Nooooooo!
L-las chicas se acercan demasiado a mí.
—Escógeme a mí.- Dijeron al mismo tiempo, tomándome de las manos.
—P-pero no puedo escoger...
—¿Quieres casarte con las dos? Está bien, no hay problema.- Dijo el Rey.
... ¿Qué?
—¡¿Con las dos?!
Las chicas me toman de los brazos y me abrazan.
¡Nooooooo! ¡No quiero casarme, soy muy joven para el matrimonio!
—No me molesta compartirte con mi hermana.- Dijo Esmeralda.
—A mí tampoco.- Dijo Charlotte.
Las chicas son muy planas, pero aun así, me sonroja sentir sus cuerpos en mis brazos.
No quiero casarme... pero lo haré.
Debo sacrificarme por los humanos... Debo sacrificar mi dignidad como hombre.
Si con esto aseguro la alianza de los humanos con los semihumanos, lo haré.
—¿E-está seguro?
—Sí, escoge, ¿o quieres casarte con las dos?
—¡Escógeme a mí!- Dijo Esmeralda.
—¡No, escógeme a mí!- Dijo Charlotte.
—¡Me escogerá a mí!
—¡No, a mí!
¡Uwaaaah!
Las chicas empiezan a pelear y las separo.
Para demostrar nuestra amistad con los semihumanos, debo casarme con una de sus hijas... Supongo que no tengo otra opción.
Me arrodillo ante el Rey.
—Está bien, para no decepcionar a sus hijas, me casaré con las dos.
Pero eso no significa que las trataré como esposas. Apenas las conozco, las trataré como amigas.
Solo acepto casarme con las dos para evitar futuras peleas sin sentido entre ellas.
Conociendo mi suerte, era lo más probable.
—¡Empezaremos con los preparativos de inmediato!
El Rey se aleja.
—¡¡Sí, nuestro Dios será parte de nuestra familia!!
¡No soy la reencarnación de ese Dios! Ay, ya me siento muy culpable por engañarlos.
El Rey se va y sus hijas me abrazan.
—¡Te haré muy feliz, Daniel!- Dijo Esmeralda.
—¡No, yo lo haré más feliz!- Dijo Charlotte.
—¡No, yo!
—¡Yo!
Las chicas empiezan a pelear y las separo.
—Esperen, les quiero decir algo. El matrimonio será solo para demostrar que los humanos y semihumanos son amigos de nuevo. No tienen que actuar como mis esposas si no quieren. No quiero obligarlas a estar conmigo. No se preocupen, no las tocaré ni...
—¡Pero yo sí quiero ser tu esposa!- Dijo Esmeralda, interrumpiéndome.
—¡Yo también!- Dijo Charlotte.
Las dos chicas intentan besarme, pero sus cabezas chocan.
—¡Charlotte, yo lo besaré primero!
—¡No, Esmeralda, yo lo besaré primero!
Las dos chicas empiezan a pelear y las separo.
—Guarden ese beso para la boda, ¿está bien?
—¡¿Puedo darte un beso en la mejilla?!- Dijo Esmeralda.
—¡Yo también quiero darte un beso en la mejilla!- Dijo Charlotte.
—Está bien... Supongo.
Las dos me dan un beso en las mejillas al mismo tiempo.
Ah... Supongo que me casaré... Bueno, al menos cumpliré uno de mis sueños: casarme... Me casaré sin amor, pero... Ah, maldita sea.
—Lo siento, debo irme, regreso mañana.
—¡Te esperaré!- Dijo Esmeralda.
—¡Yo igual!- Dijo Charlotte.
—¡Ángel conver!
Me transformo en un ángel y volteo a verlas.
—Nos vemos luego.- Dije, mientras sonrío.
Las chicas se sonrojan y me voy volando.
Si me casaré, al menos intentaré enamorarme de alguna de ellas.
Ah... Eso espero
...
...
...
Ya me tranquilicé.
Ah, tacharé de mi lista de clichés, el cliché de casarse con una princesa que apenas conoces.
Estoy volando sobre un bosque y le llamo a Rose, que inmediatamente contesta.
—¿Daniel?
—Ya destruí las rocas, ya no serán un problema.
—¿Cómo las encontraste?
—Me confundieron con su Dios, el ángel Fransme, y me dijeron en dónde estaban.
—¿Entonces colaborarán con nosotros?
—Digamos que sí... Aunque tengo que casarme con las hijas del Rey.
—¡¿Te casarás?!
—El Rey me dijo que así íbamos a demostrar que los humanos y semihumanos son amigos de nuevo.
—Pues... Siendo sincera, esa es una gran idea. Bien hecho, Daniel.
—Gracias... ¿Sabes algo del ángel Fransme?
—Es el Dios de los semihumanos, nosotros, los humanos, creemos en el Dios Jisas.
—Vivieron juntos miles de años, ¿pero tienen Dioses diferentes?
—Como te dije antes, la historia de Fransme y los otros dos héroes legendarios, nosotros la consideramos solo un cuento, no creemos que realmente hayan existido. ¿Ya leíste el cuento?
—Aún no. Adiós.
—Adiós.
Cuelgo y le llamo a mi abuela.
—Hola, Dani.
—Ya arreglé el asunto de las rocas y los humanos y semihumanos son amigos de nuevo.
—¡Felicidades, Dani!
... Ah, espero que no se enoje.
—Solo que hay un pequeño problema, me tengo que casar con las hijas del Rey para demostrar nuestra amistad.
—¡¿T-te casarás?!
—¡¡¿Qué?!!
Escucho los gritos de mis compañeras.
—¡¿Te casarás?!- Dijo Alex.
—¡¿Por qué?!- Dijo Rem.
—¡¿Cuándo?!- Dijo Sara.
—¡Luego les cuento! Espera, Dani... Ahora sí, ¡cuéntamelo todo!
—No sé cuándo me casaré, pero no te preocupes, no las trataré como esposas de verdad, solo me casaré para demostrar que los humanos y semihumanos somos amigos de nuevo.
—Ya entiendo. ¿Podremos ir?
—Claro, yo les aviso cuándo será la boda.
—Está bien.
Ah, no se enojó... Después de todo, ¡yo no quería casarme!
Pero lo haré... No las trataré como esposas hasta que alguna de ellas me enamore... O las dos... Últimamente ya poco me importa mi dignidad... Ah... Mierda.
•
•
Pueblo Dome, Soular.
En un pequeño pueblo Semihumano, la tierra empieza a temblar.
—¡Terremoto!
—¡Corran!
El suelo se abre y cinco demonios salen del suelo.
—¡Somos libres de nuevo!
—¡Las rocas fueron destruidas!
—¡Estamos vivos otra vez!
—¡Tenemos que festejar!
—¡Los 5 demonios legendarios hemos sido liberados!
—¡Debemos ir con nuestro Rey de inmediato!
Los 5 demonios se van volando.
Daniel creyó que los demonios querían las rocas para aumentar el poder de los demonios, pero no, ellos querían destruir las rocas para liberar a los demonios legendarios... Sí, Daniel cometió un error fatal.