Desperté con lagrimas secas, a mi costado esta Vera despierta al parecer no quería despertarme.
Viendo alrededor recuerdo que hemos perdido el camino y que ahora estamos perdidas.
— ¿Hacia a donde iremos? —
Pregunté insegura.
La ñusta Vera se veía decidí y parándose me dijo.
— Primero, busquemos un lugar seguro. Hemos tenido suerte de que ninguna animal nos haya atacado —
Ella tenía razón, habíamos tenido suerte de que ningún animal nos haya atacado cuando estábamos prácticamente a la vista de todos.
Vera y yo caminamos por todos lados, parecía que nunca avanzáramos por donde quiera que vieras solo había árboles, fue realmente muy difícil salir de toda esa jungla, pero llegamos a una pequeña cascada que forma una laguna, cual podíamos usar para bañarnos.
Solo tengo que decirles que el agua es lo mejor, ya no resistía la picazón de mi cuerpo.
Recién me di cuenta de algo, la ñusta incluso se baña con delicadeza siento que soy inferior como mujer con solo mirarla, pero también pienso que un lavado rápido es más eficiente.
Aprovechando el agua, también lavamos nuestra ropa y nos pusimos unas túnicas provisionales para tapar nuestra feminidad.
Justo cuando ya íbamos a continuar nuestro viaje escuché un siseo, cuando volteo para ver lo que era siento unos piquetes en mi pierna y veo que algo se va arrastrándose rápidamente por la tierra.
Sin pensarlo dos veces grité — ¡Serpiente! —