Me voy hoy tengo varios asuntos importantes que resolver - Alexander antes de salir beso a Amara sin imaginarse que ese podría ser el último beso de amor que él le demuestre, Amara envolvió sus brazos por el cuello del hombre y había reaccionado de manera apasionante ante aquel besó se escuchaba el pequeño gruñido de Alex, pero muy a su pesar debía alejarse.
El imponente Edificio de Sacramento se encontraba en un gran movimiento, ya que La máxima autoridad se encontraba de camino a la entidad, por otro lado, Julia Montero también estaba camino al sitio y al lado de él estaba su hijo aquel hermoso niño de ojos azules, solamente Dios y ella sabían sus planes.
Unos minutos después Alexander Santoro estaba sentado observando la Ciudad cuándo su secretaria le había informado de la llegada de la mujer que tenía una cita con él.
Hagan pasar a la señorita y no me molesten- Alexander Santoro no se imaginaba que aquella visita pondrá su mundo de cabeza.
Buenos días- Alexander aún se encontraba de espaldas acariciando el anillo de bodas cuándo escucho aquella voz inconfundible sus latidos se habían acelerado y en el fondo quería creer que solamente era una alucinación suya - Alex - La mujer volvió a hablar el Mafioso tenía miedo de darse la vuelta y ver a la portadora de aquella voz, pero lo hizo.
Y aquel fue el momento exacto en que Alexander Santoro no sabía que juego era este.
¿Julia? - El hombre expreso quizás con un poco de temor y envuelto en un tumulto de emociones que lo azotaban, pero el niño que sostenía las manos de la mujer fue otro detonante fuerte de las emociones de Alexander Santoro un niño de ojos azules idénticos al suyo su genética estaba impregnada en aquella criatura.
Yo sé que estás confundido - La voz de la mujer se escuchaba temblorosa.
¿Confundido? - Alexander parecía burlarse- ¿Existe calificativo para describir todo esto que estoy sintiendo? - Santoro había adquirido una posición intimidante.
No hagas eso asustas a tu hijo - Julia pronunció aquellas palabras sin ningún temor y con toda la seguridad.
Julia Montero - La voz de Alexander era escalofriante llevándose los dedos en sus labios Santoro se había puesto de pie - ¿A qué estás jugando? ¿Has resucitado? - De todas las reacciones que Julia se esperaba esta no estaba en sus cálculos - entrega al niño a mi secretario- Alexander había tornado los dedos.
¡Papá! - Expresó el niño con voz baja escuchar la manera en que lo llamo hizo que Alexander sintiera escalofríos.
Campeón tengo que hablar con tu madre antes - En ese momento la secretaria había entrado llevándose al niño con ella al momento en que la puerta se cerró Santoro dejó de contenerse.
Todo tiene una explicación- Julia fue la primera en reaccionar.
¿Qué explicación? - Alexander dejó ver una sonrisa peligrosa- ¿Qué fingiste tu muerte?
No fingí nada escúchame por favor escúchame - La voz de la mujer contenía súplica y la verdad Alexander Santoro no era tan fuerte ante el amor de su vida.
Aquella noche en la cena yo te iba a dar la noticia de mi embarazo luego de la cena, pero había ocurrido el secuestro - Julia agachó la cabeza podría decirse que estaba con lágrimas en los ojos - Fue una pesadilla lo que había vivido por culpa de una confusión mi único pecado fue tener el pelo rubio y los ojos verdes como la presa de aquella noche- Alexander sabía que la presa era Amara Mendoza su mujer.
Yo intenté de todas las formas posibles de proteger a nuestro hijo cuándo ellos se dieron cuenta de su error estuvieron muy cerca de matarme, pero en medio de súplicas y un trato logre que me enviaran a un mercado de China todo lo que soporté por proteger a nuestro bebé no se lo deseó a nadie, mis captores eran los peores enemigos de Blas Mendoza por eso su hija era el punto blanco, pero la víctima y la que terminó pagando las consecuencias fuimos yo y tu hijo.
Debería de mantenerme alejada de ti ellos se encargaron de hacerte creer que estaba muerta, pero morir era la única manera de vivir, ellos me mantenían en una especie de acilo en china - Se escuchó un suspiro mientras que Alexander sentía sus emociones a flor de piel al escuchar todo lo expresado por Julia.
Te juro que ya no quiero recordar nada Alexander aquel calvario necesito borrar todas las marcas de sufrimiento de esos años, hace un mes conseguí mi libertad de ellos, pero no puedo delatar a la banda ellos conocen de mí y de nuestro bebé. - Julia se había atrevido a mirar a Alexander y los ojos de la mujer estaban apagados y Alexander sintió el sufrimiento de Julia como el suyo.
No continúes- para el hombre era demasiado difícil asimilar todo.
Alexander nunca voy a superar que por una equivocación me separaron de ti, te separaron de tu hijo, no lo has visto nacer, dar sus primeros pasos no has visto nada de él, no sabes lo doloroso que fue escuchar que su primera palabra había sido papá.
Basta Julia - Espetó Alexander.
No déjame terminar nunca voy a olvidar que Amara Mendoza era la elegida y yo termine pagando por ella, por su culpa mi hijo creció sin su padre por ella yo te perdí a ti - La mujer lloraba desconsoladamente - Aquella noche yo solamente quería disfrutar de tu compañía y que recibieras la mejor noticia de tu vida, pero las cosas no siempre salen como una las planea - La mujer estaba destrozada al hablar.
Con cada palabra expresado por ella el corazón de Alexander se volvía más frío, sus ojos azules eran penetrantes el aire en el sitio helaba los huesos de Julia.
Las palabras de Julia Montero dieron inicio a un desprecio, frustración, pero también confusión en el hombre y de tan solo pensar en aquel niño y en las lágrimas de Julia el Mafioso más peligroso de toda Italia y Europa apretó sus puños y esta vez la Venganza del Mafioso podría ser devastadora si el hombre se lo proponía.