Era de madrugada cuando Alexander sintió que un pequeño cuerpo se acurrucaba por el suyo cuando le había prestado más atención descubrió que se trataba de Amara. El hombre alejo cuidadosamente el cuerpo de la mujer y salió al exterior la Isla tenía un encanto que te cautivaba a pesar de ser la más peligrosa de todas, Alexander se dirigió hasta otra de las cabañas y en ella se encontraba Artemio Sandoval, Alexander tenia fuego en la mirada al ver al hombre que se atrevió a pensar que la mujer de Alexander Santoro podría quedar en su poder, el hombre estaba herido, pero inconsciente.
¿Por qué me persigues? cuando sabes perfectamente que no podrás en contra mía – Santoro se puso en cuclillas a la altura del hombre.
Porque estoy harto de que todo lo que yo desee tú lo obtengas – Artemio a pesar de hablar con dificultad esclarecer aquella oración.
No es mi culpa además lo ocurrido con Julia quedo en el pasado- Alexander al recordar a Julia había cambiado completamente su semblante.
Ella ya era mi mujer cuando tu apareciste – Las palabras expresadas por Artemio enfurecieron a Alexander logrando que el hombre sacara su arma de fuego acabando con la vida de Artemio Sandoval.
No estas calificado para referirte así por mi mujer- Alexander Santoro salió de la cabaña – Eliminen la escena del crimen – Ordeno Alexander, en la ventana de la misma cabaña en donde Alexander había estado con Amara la mujer se encontraba observando a Alexander, el hombre parecía estar bastante enojado y la mujer tenía dudas de acercarse o no, y la decisión que tomo fue la mejor en ese momento ya que Alexander estaba en un momento complicado, su relación con Julia había comenzado desde que tenían 18 años, una pequeña duda se había infiltrado en su corazón ¿Si Julia y el se conocen desde los 18 años, porque Artemio Sandoval piensa que el conoció primero? Aquella pregunta tenía una respuesta, pero dicha respuesta era algo a lo que Alexander Santoro era ajeno.
Al día siguiente Alexander no había aparecido por ningún lado ya que se encontraba en el Yate observando las micro cámaras analizando todo lo sucedido – Carol que has hecho – El hombre tenía el rostro sombrío al expresar aquellas palabras, Santoro había escuchado toda la conversación entre Artemio y Carol.
Olvídalo – Amara estaba en la entrada observando a Alexander.
Podre adorarte, pero nunca me caracterice por ser bondadoso nunca perdono, de lo contrario la próxima vez me van a hacer peor- Alexander se acercó a su esposa acariciando su pequeño rostro, Amara se veía muy frágil para ser la esposa un Mafioso, en cambio anoche demostró que en casos emergentes ella tiene bastante agilidad de pensamiento.
No le hagas nada solo por esta vez- Volvió a expresar Amara mordiéndose los labios sus ojos verdes estaban brillantes ella dudaba de que Alexander cediera ante su petición, pero las palabras del hombre la sorprendió.
Bien será lo que la pequeña y dulce esposa del mafioso quiere- Con aquellas palabras la apreja salió.
Los días habían pasado Alexander se había encargado de la vuelta de los Mendoza a Roma, las cosas aparecían estar tomando un rumbo totalmente distinto a lo que el hombre quería o pensaba pasaba más tiempo con Amara de lo que él hubiera querido, las noches se hacían eternas si él tenía que entregar un cargamento, ella era la dueña de sus noches y su pasión, su venganza en ocasiones no existía y Julia podría ser un hermoso recuerdo algo que atesoraba en su corazón, por otra parte la mujer del Mafioso era entrenada fuertemente con armamentos.
Era una hermosa noche en la Venecia Alexander estaba esperando por su esposa hoy era una de esas noches en donde los Mafiosos se reunían, un mes había transcurrido luego del secuestro fallido de Amara, Carol había decidido alejarse y aunque a sus padres no les gusto a idea tuvieron que aceptarlo, Los tacones resonaron por las escaleras Amara traía puesto un hermoso vestido rojo en su cuello reposaba uno de los Diamantes más hermosos, fabricado exclusivamente para la Mujer del Mafioso- Una fotografía mía te durara más.
¿Eso supones?- Alexander se acercó a la mujer posando sus manos en su cintura mientras le robaba un beso que le quitaba hasta la respiración – Me vuelves loco- Para Alexander era difícil pronunciar aquellas palabras, pero ¿Para qué ocultarlas? Santoro sabía perfectamente que Amara Mendoza podría tenerlo a sus pies, su pequeña esposa despertaba sus pasiones más oscuras.
La pareja se dispuso a salir al gran salón el ambiente era amena, para Amara el ambiente se había vuelto normal estar cerca de Alexander lo que 45 días atrás podría ser un calvario se había convertido a lo opuesto, Alexander la protegía demasiado. La pareja era la que mas llamaba la atención por el encanto que derrochaban a su alrededor.
Buenas noches - la voz de David se había escuchado – Tenía que pasar un mes para volver a verlos- El medico se escuchaba divertido – Vaya Alexander así que los rumores eran verdades.
Necesito hablar de algo contigo – Alexander parecía bastante serio.
Te robare a tu marido- Todo parecía estar alineado, el universo estaba conspirando a favor del amor.
¿Qué sucede? David sentía el nerviosismo de su amigo.
Tenías razón el intento de Venganza me ha costado caro- Alexander suspiro- Solo hablare una sola vez, Amara, maldición Amara se está convirtiendo en un calvario que me está costando controlar, es una erupción de emociones que, joder no sé qué me está pasando.
Te estas enamorando- Respondió David.
Eso no puede ser Amara Mendoza es solamente un medio para vengar el secuestro del amor de mi vida, ella nunca ocupara el lugar de Julia, y muy pesar de todo lo que genera en mi siempre existirá esa brecha entre nosotros para mi ella siempre será la mujer que debió ser secuestrada en lugar de ella, todo lo que tengo con ella era para Julia, el único sentimiento que debo alimentar por Amara Mendoza es el odio, ella no se merece mi amor.
Deja el egoísmo atrás – David lo encaro – Disfruta maldita sea, deja la maldita venganza a un lado.- Alexander se quedó callado decidiendo salir del lugar.
La noche continuo para la pareja en un hermoso hotel – Amara- Expreso Alexander mientras acariciaba el cuerpo desnudo de la mujer- Te amo- Aquellas palabras Alexander Santoro las expreso mirando directamente los ojos de Amara.
En el Aeropuerto Internacional una hermosa mujer venia llegando, tomado de sus manos un hermoso niño de ojos azules- Bienvenida a Italia señorita Julia Montero- Expreso un hombre.