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Chapter 3 - Encuentro

Había una vez, un ser que nació de la nada, un ser Eterno. El nacimiento de este ser ocurrió mucho antes de que existiera alguna forma de vida en este mundo y por estas razones, desde el momento en el que nació, este ser estuvo solo. Sin embargo, al nacer sin nadie ni nada a su alrededor, este ser carecía de emociones y sentimiento alguno, y por ende, sentimientos como la soledad nunca hicieron efecto en el, así que pasó miles y miles de años simplemente existiendo.

Este ser vivía sus días tranquilos mirando como la 'nada' se empezaba a transformar en 'algo.' Él miró como una simple explocion en medio de la 'nada' en la que él habitaba provoco la creación de otros planetas y muchas otras cosas, él vio como, en uno de esos planetas creados por aquella explosion, otras formas de vida se empezaban a formar. Curioso por aquellas formas de vida creadas en este planeta, el ser Eterno concentro su atención hacía aquel planeta en especifico.

El ser Eterno vio como aquellas criaturas evolucionaban y el como las civilizaciones de estas criaturas iban cambiando. Después de muchos años el ser Eterno, decidió bajar hasta aquel planeta; planeta al cual, la civilizacion qué actualmente habitaba ahí, había llamado Tierra. El ser Eterno tomó la forma de aquellas personas que habitaban tal planeta y así, empezó a explorar y experimentar la vida cotidiana de aquellas personas.

Aquel ser eterno con tal de llevar una vida tranquila lavo el cerebro de todas las personas del pueblo en el que se quedaria haciendo que estas creyeran que él había nacido como un milagro entregado por Dios. Las creencias religiosas ya eran algo en las que las personas de ese planeta creían, en parte, era culpa de este ser por las creencias de tales dioses, ya qué hubo veces en las que el intervino para ayudar a las criaturas de la tierra y sin darse cuenta hizo que estas personas iniciaran a creer en dioses y divinidades.

Fue por estas razones que él decidió que lo más logico para excusar su existencia sería el decir que el había sido una bendición dada por Dios a traves de una mujer; creó recuerdos falsos hacerca de su nacimiento en las personas del pueblo y vivió su vida. Lo qué aquel ser no espero, fue que su existencia provocaria caos en ese pueblo y....

☾ ☾ ☾

─Señor....─ Interrumpió la niña.

─Si?─ conteste sonriente.

─Acaso me está contando la historia de Dios?─ preguntó extranada ─Porque si es así me gustaría escuchar otra cosa, esa historia me la cuenta mí abuelita todo el tiempo─ dijo con un tono algo cansado.

─No es la historia de Dios─ rei.

─No? entonces porque suena tan similar a la historia de Dios?

─Es que así empieza la historia, pero si quieres me salto está parte ya qué te la sabes─ dije con tranquilidad.

─Enserio?

─Enserio─ sonreí, ─entonces continuare en donde la verdadera historia comienza, ok?

─OK!─ grito la pequeña felizmente

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Eran los años 50, y después de muchas dificultades, el ser Eterno por fin había logrago el tener una vida tranquila en aquel planeta llamado Tierra. Este ser Eterno había construido una casa en medio de un bosque, mayormente para poder vivir de forma tranquila, y solamente salia de aquel bosque cuando necesitaba algo del pueblo u ocasinalmente cuando visitaba un parque cerca de su casa para observar a las criaturas llamadas humanos, criaturas a las cuales no comprendia a pesar de los miles de años que había pasado 'conviviendo' con ellos.

Un día, no muy diferente de los demás, aquel ser eterno salio hacía el pueblo e hizo sus compras habituales, yendo de tienda en tienda recolectando lo qué necesitaba. Al terminar, aquel ser se dirigió de vuelta al bosque en donde se encontraba su pequeño hogar, pero en su camino de regreso escucho un grito proveniente de una casa, la cual era más que obvio había sido abandonada hace tiempo. Este ser escucho aquel grito y se detuvo por un momento, sin embargo, despues de 5 segundos de contemplación decidió seguir con su camino.

Algunos pensaran que las acciones de aquel ser eran algo, demasiado, frias e inconsideradas, pero el ser Eterno se había jurado no intervenir en la vida humana después de las dificultades en las que se había encontrado en el pasado a causa de sus acciones.

El ser escucho aquel grito una vez más, pero está vez lo escucho un poco más cerca. El ser Eterno giro su cabeza y pudo ver a una joven corriendo con todas sus fuerzas, aquel ser tenía planeado hechar un pequeno vistazo y seguir con su camino e ignorar su presencia, sin embargo, algo en aquella joven hizo que él la viera por un segundo de más causando así qué sus ojos se econtraran con los de ella.

─Ayuda! ─ grito la joven.

El ser, sin pensarlo dos veces giro su cabeza y empezo su andar otra vez. Sin embargo, y para la desgracia de aquel ser, aquella joven no se daria por vencida en pedir ayuda. ─Señor!─ grito la joven aún más cerca de él y antes de que se diera cuenta la chica ya lo había alcanzado y sostenía uno de sus brazos fuertemente.

─Pero, qué- ─ Fueron las unicas palabras que pudo decir aquel ser antes de verse interrumpido por otro extraño.

─Regresa aquí pequeña P***a─ grito fuertemente un señor que era claramente mayor que la chica, ─Que no vez que está es la unica forma que puedes pagar la deuda del inutil de tú padre!

─Yo puedo pagar sin la necesidad de ser vendida a usted!─ grito la joven enfurecida para luego voltear a ver a aquel al qué sostenía fuertemente, ─Señor, por favor, ayúdeme.

El ser Eterno realmente no quería verse involucrado en aquella situacion a la cual había sido arrastrado involuntariamente, es más, la idea de teletransportarse hacía su casa cruzo por su mente y sin embargo, aquellos ojos que lo miraban con intensidad, aquellos ojos que parecian sostener todo un universo en ellos hicieron que aquel ser entrara en un transe, tomando así la opcion que nisiquiera era una opcion en su mente: involucrarse.

─Disculpe señor pero, qué asuntos tiene con la joven?─ preguntó el ser Eterno al extrano que se les acercaba.

─Nada que te involucre a ti, hombre!─ respondió agresivamente.

─Bueno, claramente ahora es algo que me involucra─ el ser miró al hombre seriamente.

Él hombre sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y habló, ─Mira, el padre de aquella bastarda me debe dinero, pero se rehúsa a pagarlo, así que la mejor opción qué tiene es que ella se case conmigo.

El ser volteo a ver a la chica y está miró a aquel ser con ojos que imploraban ayuda. ─Cuanto le deben? ─Preguntó .

El hombre frente a él se sorprendio, ─Que? planeas pagar por ellos? ─Preguntó dudoso.

─Esa es exactamente la razón por la que estoy preguntando ─respondió cansado.

Momentos después el hombre qué seguía a la chica se alejaba de ambos, la chica y el ser Eterno, tranquila y felizmente ya que, después de todo, había logrado conseguir aquel dinero que había prestado. Por otra parte, la chica ahora se encontraba con la guardia en alto debido a que no sabía si aquel extraño que la había ayudado pediria algo acambio por su ayuda. El ser noto esto y habló:

─Ahora si me disculpas, me retiro ─dijo el ser Eterno y comenzo a caminar, sorprendiendo a la chica.

─Señor ─hablo la chica haciendo que aquel extraño se detuviera y volteara a verla ─Gracias por ayudarme

Aquel ser Eterno solo se limito a inclinar su cabeza y prosigio su camino hacía su hogar al cual ansiaba llegar.