Chapter 3 - Capitulo 3 Terrores

Hogar dulce hogar, a pesar de que nunca había pisado esta casa, se sentía... nostálgica, una casa al lado de un bosque que por algún motivo ni papá o el abuelo habían tocado sus árboles, solo lo suficiente para delimitar la propiedad. Conforme recorría un poco la casa iba redescubriendo cada vez más recuerdos, tal vez un poco más simples, pero hacían que me familiarizará cada más con mi hogar, el sentimiento es verdaderamente raro, un recuerdo de la vez que me tropecé con la silla de la cocina, la ventana del lavaplatos que tenía vista al bosque, la barda que tenía una tabla rota la cual solía mover para ir al patio de Sam, mi vecino, y dónde jugábamos antes de que se mudará a California.

La casa era acogedora, una casa de dos pisos con 3 habitaciones, y que se notaba era ya un poco antigua sin ser nada extravagante, papá y el abuelo eran leñadores, el abuelo ya se había jubilado, pero papá seguía trabajando, tenía una pequeña empresa de trabajadores que eran subcontratados por empresas más grandes para la tala, no éramos adinerados pero, en los recuerdos que tenía, nunca nos hizo falta la comida, un techo o la ropa, cuando mamá enfermo, papá gasto todo el dinero que teníamos tratando de ayudarla, y no lo culpo, al igual que ninguno de sus trabajadores, ya que lo apoyaron cuando decidió vender mucho del equipo que había comprado para su empresa. La situación aunque no era precaria, requería que papá ya no solo administrará la empresa sino que tenía que desempeñarse como un trabajador más.

- Logan, ¿quieres cenar algo?, creo que hay... podemos pedir pizza - dijo mi padre.

- Lo siento Logan pero no hemos comprado víveres, podría ir a traerte algo de Tito's, si quieres, mientras tu padre te ayuda a limpiarte y prepararte para dormir - dijo el abuelo

- No se preocupen, creo que algo de pizza estaría bien, después de la comida que estuve comiendo en el hospital, cualquier cosa sabría increíble - conteste mientras ellos soltaban una carcajada.

- Ese es mi muchacho - contesto el abuelo.

El resto de la noche paso con nosotros hablando de lo bueno que era ya no tener que estar en el hospital, de cuanto tardaría en poder quitarme el yeso, comimos pizza y mi padre ayudo a bañarme.

Para la hora de dormir papá me ayudó a subir a mi habitación donde recordé lo mucho que me gustaba el beisbol, tenía posters de los mejores jugadores, así como de los Yankees y obviamente de Babe Ruth. En el centro arriba de mi cama había un bate de baseball, el cual recordé jamás había usado, no me gustaba la idea de hacerlo, ya que significaba mucho para mí, era el último regalo que me había dado mamá, además desde que ella murió no solía jugar mucho, seguía practicando, pero al no estar ella sentada en las gradas, como siempre, no era lo mismo, a pesar de lo mucho que me querían papá o el abuelo, ella era mi madre, y podía sentir que el niño en el que me había convertido, al perder a su madre, algo se había roto dentro de él.

Mi padre me ayudó a acostarme, me arropó, me deseo buenas noches, y cuando iba caminando a la puerta de mi habitación se detuvo, puso la mano sobre el apagador y volvió un poco su cabeza para verme.

- ¿Sabes que te amo, verdad Logan?, sé que desde que mamá... no está, ha sido difícil para ti, hace tiempo que no juegas béisbol, y se lo mucho que te gustaba que mamá fuera a tus partidos, tienes derecho a sentirte así, solo no olvides que somos un equipo y que puedes hablar conmigo de lo que quieras - dijo papá.

- Lo sé papá, yo también te amo, te prometo no volver a caer de un barranco pronto - conteste con una pequeña sonrisa, papá sonrió, apagó la luz y cerró la puerta.

Me quedé viendo el techo de mi habitación, mientras pensaba en todos mis viejos recuerdos, me sentía un poco mal por la vida del muchacho en el que estaba, me sentía como si le hubiera robado su pasado y su futuro, pero algo es seguro, lo que me dijo el doctor era verdad, si yo no hubiera sabido cómo aplicarme primeros auxilios después de caer por ese barranco, era casi seguro que las heridas habrían sido fatales, por lo que Logan estaría muerto, creo que lo que destino hizo, fue ponerme en este cuerpo que estaba destinado a morir, se supone que tendría una nueva vida pero estoy comenzando 10 años tarde.

- Me preguntó, ¿por qué destino me puso aquí?, en esta familia, y ¿Que tanto cambiará el universo en el que estoy? - pensé en voz alta.

Aun no tengo ninguna pista de en qué universo estoy, lo que me preocupa, qué tal si estoy en un universo que no conozco o alguno en el que sea muy difícil vivir, trataré de estar alerta mientras tanto.

Los días pasaron más tranquilos, papá se iba a trabajar cada mañana y yo me quedaba con el abuelo, termino pasando mucho tiempo en casa, obviamente apoyando a papá para que yo no estuviera solo y el pudiera trabajar sin preocupaciones, no sé si es igual para todos los niños pero para mí los días pasaban muy lento, no había muchas cosas para hacer en casa y era obvio que pasaría todo el verano recuperándome.

Pase mucho tiempo leyendo, hace que todo lo que me estaba pasando fuera más llevadero, nunca me había interesado por ello, en realidad no tenía muchas alternativas, y por eso el abuelo solía ir al centro del pueblo y traerme cada semana unos cuantos libros que parecían interesantes para mantenerme ocupado así como cómics y revistas deportivas. Muy lentamente pasó un mes, y debo decirlo, hay algo raro que sigo pensando, no ha venido ningún niño a visitarme desde que estoy en casa, no lo recuerdo, pero creo que no soy muy popular.

Llego el primero de Julio, y con ello la celebración de la independencia, papá y el abuelo planearon el ir al centro del pueblo a la plaza principal, para poder ver la celebración de fuegos artificiales, me parecía una buena idea, papá tenía que ir por la mañana a la zona de tala a arreglar unos pagos con sus trabajadores y volvería pasado medio día, para ir los tres juntos.

Debido a mi buena recuperación, fue que papá se decidió a ir, le di la idea de manera indirecta varias veces hasta que logré que se le ocurriera a él.

- ¿Que te parecería ir a desayunar a Tito's?" dijo el abuelo.

- ¿Y qué hay de papá? - conteste con una leve sonrisa y una mirada de complicidad

- No te preocupes, volveremos a tiempo, y estaremos aquí cuando vuelva" contesto el abuelo.

- ¡Esta bien!, ¿puedo pedir lo que quiera? – pregunté.

- ¡Claro!, ya debes estar hartó de mi comida - dijo el abuelo.

- Claro que no abuelo eres muy bueno cocinando - le dije.

En realidad si lo era, cocinaba muy bien por una razón, al parecer el abuelo había sido el tercer hijo de una familiar grande, era el tercer hijo, y durante algunos años, mientras sus hermanos mayores trabajaban, él no tenía la edad suficiente para trabajar, y al tener varios hermanos mucho menores que el , tuvo que ver por sus ellos y el hogar, ya que al igual que yo, perdió a su madre, por eso el se encargaba de cocinar y mantener todo en orden, esa era la razón de que fuera diestro en la cocina.

Salimos de la casa y era un muy buen día, había un clima perfecto, bastantes nubes cruzaban el cielo, pero no hacía frío, y el sol calentaba lo suficiente para ser agradable sin que lastimara, un muy buen día..., el abuelo se apresuró para ayudarme a subir a la camioneta.

- Yo puedo hacerlo abuelo, no te preocupes - le dije.

- Lo se Logan pero minimícenos riesgos – dijo el abuelo, a lo que solo atiné a contestar con una pequeña sonrisa.

Conducimos al centro del pueblo, veía pasar los árboles del bosque al lado de la carretera, mientras pensaba en el verano, papá, mamá, y más atrás de eso, me refiero al vacío, lo que me hizo sentir un poco de frío solo de pensarlo.

Pensar en el vacío, me hizo notar algo..., algo que activo todas las alertas en mi cuerpo, peligro, peligro inminente, peligro de muerte, estaba ahí, dentro del bosque, algo me tenía en la mira, en lo más profundo y oscuro, todo paso tan rápidamente lento, había algo en el bosque que me hizo agudizar los sentidos y disparar mi adrenalina, se sentía como... maldad, no veía nada, pero podía sentirlo... cuando empecé a sentir que me explotaría el corazón por tantos latidos por segundo, atravesamos esa zona y volví en mi, me encontraba aferrado a la puerta con mi mano derecha mientras el abuelo me decía como iba a pedir el desayuno que tanto le gustaba, me di cuenta de que estaba sudando, mucho..., me dolía el brazo izquierdo cubierto de yeso que..., sin darme cuenta, apreté tan fuerte los músculos que me lastime un poco. El abuelo noto mi estado de reojo.

- Logan ¿estás bien, que pasa? - pregunto el abuelo.

Lo que me hizo reaccionar.

- Si abuelo creo que es porque no habia salido en un tiempo - conteste con una voz entrecortada que hasta a mí me sorprendió, no había estado tan fuera de mi desde lo que pasó en el barranco.

Al llegar al restaurante había perdido el apetito por completo, pero pedí algo básico y acompañé al abuelo a comer para que no se preocupara. Aunque no podía dejar de pensar en que había de dentro del bosque, y en qué tipo de universo estoy, serán demonios, monstruos, criaturas de la oscuridad o tal vez fantasmas, en qué mierda estoy metido.

- Estás muy callado Logan, ¿te pasa algo? dijo el abuelo.

Pero yo solo me quedé callado.

- Puedes hablar conmigo hijo, estoy viejo, he vivido mucho tiempo, y si necesitas un consejo, tengo mucho aprendizaje que podría ayudarte - me dijo

Lo pensé por un momento, y tenía razón, el abuelo lleva todo este tiempo viviendo en este mundo obviamente, es una fuente de información, ni siquiera plane la pregunta, solo salió de mí.

- Abuelo, ¿crees que... existe el mal... la maldad...? - pregunté de manera muy burda y tonta, pero un así de la manera más seria que pude lograr ya que la pregunta en si era muy abierta.

De alguna manera creo que el abuelo sabía a lo que me refería, se tocó la barba llena de canas, mientras miraba en mi dirección, pero de alguna manera sentía que no me veía a mi que me encontraba frente a el, mas bien sentia que veía algo más allá de mi, un recuerdo muy lejano, y de pronto eso cambio, y su mirada se clavó en la mía.

- La maldad existe Logan, en si la maldad existe en cada uno de nosotros, los humanos somos capaces de cosas muy malvadas, y así a sido desde el inicio de los tiempos, las personas roban, engañan, mienten o... matan..., o si Logan la maldad existe en el mundo pero siento que esa no es tu pregunta... - dijo mientras sostenía su mirada hacia mi.

- Esto que te voy a contar no lo hago para crearte una pesadilla por las noches o causarte miedo, tal vez eres un poco joven para escucharla pero... creo que es lo mejor, en estos días he notado que has madurado mucho y se que podrás manejarlo...- Me dijo el abuelo mientras sostenía su mirada con la mía, lo que me hizo inclinarme un poco hacia adelante para escucharlo mejor

- Seguramente te has dado cuenta de que existe algo haya afuera, nosotros que pasamos tanto tiempo en los bosques o las montañas lo sentimos más fácil..., si talvez tuviera que definirlo o explicarlo con palabras, usaría la palabra que me dijiste..., maldad – dijo el abuelo, mientras su mirada su mirada reflejaba un recuerdo doloroso.

- Cuando era más joven soñaba con cumplir la edad mínima para trabajar y que pudiera salir de la cocina y los deberes del hogar, quería ir con papá y mis hermanos más grandes, para así, convertirme en hombre, ellos se dedicaban al igual que tu papá y yo a la tala de arboles, y cuando cumplí la mayoría de edad así fue..., tu bisabuelo hablo conmigo, de que era tiempo de que apoyará de otra manera en el hogar, yo estaba feliz, ya era un hombre..., o almenos pensaba que así era convertirse en hombre. – me dijo

El abuelo saco de detrás de su chamarra un pequeño recipiente de lo que parecía alcohol y vertió un poco en su café para después dar un pequeño trago, se notaba que el recuerdo le costaría trabajo, y buscaba algo de fuerza en su bebida con alcohol.

- Mi primer día de trabajo nos paramos muy temprano, ese día tu bisabuelo tenia planeado empezar con una nueva parte del bosque que había sido comprada por la empresa en la que trabaja... al llegar al lugar, tome mi hacha y nos adentramos en el bosque, ahí, mientras caminábamos sentí algo, sentí que algo me observaba, y el sentimiento no disminuía por más que caminábamos, "Sigue caminando Edwin, no pares" me dijo mi hermano mayor.., Dave era como un guardian, su mirada estaba vigilante, mientras caminaba detrás de nosotros, "se te pasará en un rato" me dijo, no entendía lo que me decía, pero confíe en sus palabras, no tenía porque mentirme, no pareciera que se estuviera burlándose de mí – dijo el abuelo, dando otro sorbo de café y continuando con su historia.

- Al llegar a la zona de tala pasamos todo el día habilitando un espacio para montar un pequeño campamento y trabajar en el durante todo el día, pero un poco después de medio día uno de los trabajadores llegó a nuestro campamento, el capataz estaba llamado a todos a la base principal, después de un poco más, cuando llegamos al sitio, ahí estaban ya todos los trabajadores, así como el sheriff del pueblo y otros policías más. Nos dijeron que al parecer un niño se había extraveado en la zona y harían una búsqueda, por lo que pararian todas las actividades de tala en la zona, el enojo se hizo sentir, no te metas con el sustento de un hombre, muchos estaban enojados, pero el sheriff nos ofreció unos cuantos dólares para no afectarnos en nuestro día a día a todos aquellos hombres que se sumarán a la búsqueda, y dado que trabajo es trabajo, papá, yo y mis dos hermanos nos sumamos a la búsqueda – dijo el abuelo mientras daba unas pequeñas miradas de reojo, creo que para cerciorarse de que no lo estaban escuchando otras personas.

- Se nos encomendó empezar la búsqueda en la nueva zona de tala que se nos había asignado recientemente. Esto a cargo de uno de los ayudantes del sheriff, un muchacho no mucho más grande que Dave, y que se notaba, no era muy hábil en su trabajo, estaba en entrenamiento, pobre chico – dijo el abuelo con un tono melancólico.

El abuelo me conto que buscaron día tras día, tratando de cubrir la zona de la mejor forma posible, de vez en cuando gritaban el nombre del chico, se llamaba Jhon. Después de 5 días de búsqueda ya no buscaban al chico, buscábamos un cadáver. Ya para ese momento muchos se habían dado por vencidos, pero mi bisabuelo, mi abuelo y sus hermanos necesitaban la paga, así que continuaron.

- Todo cambio el sexto día, era miércoles como a las 4 de la tarde, estabamos caminando por una zona con mucha maleza. Yo iba al medio de la marcha, tu bisabuelo y el ayudante del sheriff iban al frente Carl, caminaba a mi derecha y Dave... si tuviera que explicarlo de alguna manera... cubría nuestra retaguardia, cuando lo olí, un fuerte olor a grasa y podredumbre, un olor que jamás olvidaré, voltee hacia arriba y ahí estaba el chico, aferrado a una rama..., muerto, parecía que se había agarrado tan fuerte a la rama del árbol que había dejado sus uñas encajas en la madera para no caer, tenia las ropas hechas jirones, como si se las hubiera desgarrado con las ramas de los árboles, parecía como si hubiera estado huyendo de algo, mientras corría en el bosque – dijo el abuelo, con una mirada algo apagada

Hubo una pausa en su historia, apretó un poco su taza con ambas manos y su mirada seguía fija en mí, pero sentía que de nuevo no me estaba viendo, estaba viendo esa escena de nuevo, la escena del chico arriba del árbol, cuando de repente tomo la taza y la bebió de un solo trago, para así empezar su narración de nuevo.

- En cada una de las manos le hacía falta al menos un dedo, pero no pude mirar tanto para averiguar cuántos en total, en la cabeza el cuero cabelludo estaba jalado hacia atrás y le hacía falta un poco de piel arriba de los ojos, los cuales no estaban, o al menos eso parecía, no tenía párpados o labios, le faltaba una oreja y la verdad eso fue todo lo que alcance a ver..., cuando me percate de la escena papá corrió hacia nosotros para evitar que viéramos eso, pero ya era tarde, todos empezamos a vomitar, justo después que el ayudante del sheriff se encorvo e hizo lo mismo – dijo el abuelo.

El abuelo dijo que cuando todos llegaron, bajaron al chico del árbol, al parecer fue muy difícil, ya que estaba en un punto del árbol del cual era complicado alcanzar, la razón de la muerte que dieron los oficiales fue que un depredador lo atacó y subió al árbol para refugiarse pero murió por sus heridas, y en efecto, parecía que algo había perseguido al muchacho por días, le había estado cortado partes específicas del cuerpo, las cuales eran blandas y faciles de agarrar o de tratar de cortar.

- Al llegar a casa, fui directo a mi habitación, mis hermanos pequeños estaban ahí, me insistían en querer jugar conmigo, pero papá les dijo que me dejarán solo, que necesitaba descansar, seguía en shock desde que encontramos al muchacho, y él lo sabía – dijo el abuelo, mientras la agradable mesera de Tito's rellenaba su taza de café.

Me conto que se recostó en su cama mirando al techo, mi bisabuelo entro a la habitación, y le dijo que sentía mucho que hubiera visto algo así, que no pensaba que encontrarían al muchacho, que casi nunca los encuentran, o almenos a alguno que pudiera escapar.

- Nunca olvidaré las palabras de tu bisabuelo, me miró con toda la seriedad del mundo en ese momento y me dijo, "Verás hijo hay cosas ahí afuera, cosas llenas de maldad, que tratarán de alejarte de la senda que caminas, usarán el miedo para atacarte y tratar de que pierdas el razonamiento, es un mundo malvado hijo, pero siempre puedes contar con que tú familia estará ahí para ayudarte a seguir en esa senda, así como Dave cuando te cuido en tu primer día, así debes hacer tu con tus hermanos y tus hijos, cuéntales que hay cosas ahí afuera, cosas muy malvadas, enséñales a seguir en la senda, y así no perderás a nadie", verás Logan mi padre tenía razón a lo largo de mi vida he visto y sabido de cosas muy malvadas que han pasado en el mundo, cosas terrorificas e increíbles que pareciera que no tienen una explicación, pero es nuestro deber mantener a nuestros seres queridos en la senda y que las cosas que hay ahí afuera nunca nos alcancen – dijo el abuelo terminando su relato.

El abuelo se relajo un poco, como si se hubiera quitado un peso de encima.

- Esto te lo cuento porque creo que es mejor que cuando te toque recorrer esa senda estes preparado, no te digo que no sientas miedo, solo te pido que seas lo suficientemente valiente para seguir adelante, ya que la valentía no es no sentir miedo, la valentía es sentir miedo, afrontarlo y seguir adelante, no permitas que el miedo te haga salirte de la senda...- dijo el abuelo, mientras unas pequeñas lágrimas corrieron por su mejilla.

El abuelo solo saco su pañuelo y se limpio los ojos y la nariz, justo a tiempo para empezar a desayunar cuando llegó la comida.

- Te prometo que seré valiente abuelo, protegeré a la gente que quiero...- dije mientras sostenía mi mirada con la suya.

 - Lo sé hijo, lo sé muy bien, sobre todo después de todo lo que has pasado, se que nada podrá contigo, y se que eres capaz de cosas increíbles- me contesto.

Empezamos a comer mientras seguía pensando en lo que me había dicho y no pude dejar de pensar en la imagen de aquel chico, y si en realidad murió por la perdida de sangre y sus heridas o si lo hizo antes, por el terror, el miedo a lo que sea que estaba en el bosque y que lo persiguió hasta la muerte.