Si estas leyendo esto, es porque la Diosa de la curiosidad te ha motivado, y por ende quiere decir que esta haciendo un muy buen trabajo.
Pero no hablaré más de ella por el momento.
Los ojos de la conquista.
Cuando ella nació, surgió una profecia: "La persona que obtenga sus ojos va a ser dueño del universo".
Y al principio intentaron obtener sus ojos de maneras crueles pero ella siempre estuvo bien protegida.
Sus protectores eran La asociación de Brujas del planeta 8, y con el paso del tiempo ella creció para volverse una de las mujeres más bellas del planeta, también una de las más fuertes.
Y una vez más las personas recordaron la profecía, esta vez se acercaron a ella con el fin de enamorarla y así obtener sus ojos, un enfoque igual de cruel pero así son algunas criaturas.
Un día mientras ella caminaba se cruzó con un joven príncipe, y le atrajo la mirada de él. Él se acercó a ella y empezaron a hablar, charlaron de muchas cosas y durante un año se vieron tantas veces que ella se terminó enamorando de él y él de ella.
Y aunque la mayoría de personas le dijeron que debía tener cuidado ella ignoro los comentarios. Así fue como en el día que cumplieron un año de haberse conocido ella accedió ir a un lugar más privado con él.
—Te amo —dijo el joven príncipe mirando sus ojos.
—Yo también te amo —respondió ella.
Y se besaron.
Ese mismo día un grito de dolor, resonó en todo el planeta.
Para cuando la joven bruja fue encontrada, sus ojos habían desaparecido, ella tenía el rostro cubierto de sangre, y el joven príncipe ya había desaparecido.
Resultó que aquel príncipe le arrancó los ojos y regresó a su planeta de origen. Allí en el momento de su regreso fue recibido como un héroe y se le coronó como rey del planeta 2808. En cuanto a los ojos de la joven bruja, se pusieron en la corona real del nuevo rey como las gemas más preciadas.
En cuanto a la joven bruja, por más que las brujas lo intentaron nunca pudieron devolverle sus ojos y cuando estaban a punto de romper el tabú, el universo habló.
—Estoy profundamente apenado por lo que te ha sucedido. —pronunció el padre de todos los dioses —Así que a partir de este momento te doy el título de Diosa, serás la Diosa de la Conquista.
Al terminar sus palabras un halo de color rojo envolvió a la joven bruja y le dio unos ojos nuevos, mucho más hermosos que los que poseía anteriormente.
Pero sus palabras del padre de todos los dioses no terminaron allí.
—En cuanto al responsable de tan cruel acto, la corona que tienes y a la cual llamas: «Los ojos de la conquista» esta maldita. A partir de este momento, esa corona es un objeto prohibido del universo. Tú y todos los habitantes de tu planeta, y los descendientes de ustedes cargarán con la misma maldición.
Fue entonces que todos los habitantes del planeta 2808 empezaron a transformarse en criaturas horribles, tan horribles que no existe forma de describirlos, tan horribles que a su lado los monstruos terminan siendo una preciosura.
—La única forma de quitar dicha maldición es que tú y todos los habitantes de su planeta entreguen sus ojos de la misma manera que le arrancaron la vista a La Diosa de la Conquista. Además si alguna persona que no tenga lazo alguno con el planeta 2808 logra devolver «los ojos» a su legítima dueña se le dará un título divino y cualquier raza que coopere con ellos serán malditos de la misma manera que ellos.
La joven bruja quedó sorprendida por las palabras del universo, y fue llevada al reino de los dioses en ese mismo momento.
Mientras tanto en el planeta 2808, todos se transformaron en horribles criaturas pero fue un precio que pagaron con gusto para poder ser dueños del universo. Y allí fue el momento en que surgió la raza conocida como «Los invasores».