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Chapter 85 - Namesh revela la verdad

— Tu no jugaras con migo en igualdad este juego pequeña estúpida, antes de que lo hagas prefiero acabar contigo — reclamó Namesh, quién mirando a Kira ordeno a esta que se lanzara en mi dirección.

Y fue allí que la pelea inició, pues Kirá no espero mucho para acortar la distancia mientras que aun convertida en humana empezó con fuerza su ataque. Con gran velocidad las garras de Kirá ivan y venían de un lado a otro con el objetivo claro de herirme, sus manos al chocar con el aire emitían un pequeño silbido haciendo de manera evidente de que todo aquello iba más que enserio.

Por un rato mi treta principal conto en buscar alejarla de mí, necesita tener una brecha y medir con detenimiento por donde podría yo llegar a atacarla, porque Kira era realmente una fuerte oponente haciendo sin dudas claro el hecho de que ella había sido bastante bien entrenada para esto anteriormente.

— Te gusto mi regalo — replicó aquella con burla mientras no dejaba de lanzar ataques en mi contra.

— Entonces has sido tú, tú eres la culpable de todo esto.

— Sí orgullosamente lo soy, y lo volvería a hacer si eso significa que podre acabar contigo.

Para aquel momento no había tomado lo suficientemente enserio aquella pelea, pero que ella me confirmará con tanta hipocresía que era la responsable de tal caos cosa que me otorgo la fuerza suficiente para luchar esta vez sin contenerme.

Por un momento espere y evadí, intente encontrar una brecha lo suficientemente justa como para lograr acertar un golpe contra ella y en el momento justo vi aquella oportunidad y lance contra aquella un golpe contra su mejilla.

Aquel puñetazo logre aceptarlo, golpearle fue más que conseguido y Kira producto de aquello se quedo perpleja por un momento, ante aquello me confié y fue lo peor que hice porque como mismo yo aproveche para emitir un golpe en su contra ella lo hice para responder haciendo de aquel momento igualitario para las dos.

Sus puños contra mí no tenían tregua alguna y en más de una ocasión sus garras lograron tocar mi piel abriéndola al instante luego de aquella oportunidad, con algunos simples movimientos de ella la sangre en mis venas empezó brotar por las heridas que aquella con gran facilidad me hacía, pero yo, aun a pesar de todo lo que ella había logrado hacerme seguía en pie.

En vista de que los alfas y Dominieck notaron que la pelea iba más que enserio intentarón intervenir y detener aquello de por medio, pero Namesh no iba a dejar pasar aquello de una manera tan sencilla así que ordenando a que sus hombres saliesen desde los arboles, la verdadera pelea inicio.

El cielo y el infierno se volvieran uno en aquel momento al ver como el derramamiento de sangre se había hecho en medio de nosotros, golpes iban y venían sin tregua ni calma.

Los cuerpos de los lobos caían a derecha y a izquierda no muy bien los alfas junto a Dominieck y a Lyall habían cambiado su piel, en su forma animal aquellos eran sin dudas seres de armas tomar; su inteligencia, fuerza y destreza a un entre los mejores de los betas no tenía igual, pero como no todo en el mundo es color de rosa, uno a uno débiles fueron cayendo.

Sí, los betas son más débiles que ellos, los lideres, pero lo que no pueden conseguir en comparación a la fuerza de los alfas, de Dominiecky Lyall sea lo que sea que aquel fuese, aquellos sin dudas lo pueden lograr de la mano de una multitud.

No sé cómo y para la cantidad de lobos que eran deduzco realmente, que aquello no era cuestión de solo unos días sino del trabajo de toda una vida, pues de algún modo Namesh se las había ingeniado para poner a su orden a cientos y cientos de betas a los que no les importaba perder la vida tan solo por seguirle, y eso también incluía a gran parte de los betas de los propios alfas que era sin dudas lo peor.

El primero en caer fue Gioda junto a Malbert, Tora e Izra le siguieron y Dominieck, Lyall y yo a pesar del dolor nos manteníamos en pie, ellos aun convertidos en lobos y yo quien aun conservaba mi piel humana.

Yo ante la situación realmente me negaba a convertirme, primero por que sabía que si le daba cabida a mi loba no sabía ante tales provocaciones como aquella reaccionarían y segundo era que yo era consciente de que con mi diminuto tamaño todo era un asunto medianamente disparejo, por lo que a fin de cuentas termine conteniéndome.

Los gritos ahogados que aquellos cuatro alfas emitían por el dolor era aterrador y provocaban que de mi brotará aquel sentimiento de empatía que contaba con la intención de querer hacerme la heroína y por ende terminar ayudándoles, aunque tenía mi reserva contra ellos realmente era difícil ver los cuerpos magullados por los múltiples ataques que los betas lograron acertar hiriéndoles de una manera grave y profunda lo que le hacía bastante difícil el resistir, aunque aun así tendidos en el suelo se empeñaban en pelear.

Dominieck y Lyall al yo ser la más débil de los tres se empecinaban en mantenerme en medio de ellos mientras que con sus cuerpos formaban un extraño triangulo pues a toda costa intentaban protegerme.

Namesh al ver aquella escena volvió a reír como lo hizo en un primer momento satisfecho totalmente con aquella proeza, mirando a Kira celebraba junto a esta la caída nuestra.

— ¡Ahs! ¡Ja, ja, ja! No imaginan cuanto deseaba hacer esto.

Izra gritó — es que no tienes piedad ¿Por qué haces esto Namesh?

— Porque esto es lo que menos me deben, todo lo que ustedes tienen y han tenido tenía que ser mío y solo mío, pero no, yo tuve que nacer desdichadamente como un simple beta como si yo fuera tan poca cosa, dictaminado claro por las leyes de los lobos.

Namesh estaba extaciado contemplando por vez primera su tan gran logro, mientras seguía disciendo — durante años solo fui la sombra de ustedes y yo, yo quería más mejor dicho lo quería todo y solo para mí; el reconocimiento de los lobos, el poder sobre los mismos, el dominio de sus vidas y lo mejor de todo y que será lo primero que haga cuando tome mi lugar merecido por lo que haré, el deseo de carne es único eh insaciable y de lo cual ustedes nos privaron.

Tora increpó — estás loco.

— ¡Loco! Quieren realmente saber que es locura, locura es darle un lugar a los humanos en igualdad con nosotros cuando los lobos somos superiores, locura es regir al mundo de los lobos en igualdad como cual monarquía donde aquí debería reinar la división y teñir el mundo de rojo mera y únicamente para nosotros, los humanos deberían tenernos miedo no nosotros a ellos.

Namesh siguió hablando sumergido en sus propios pensamientos dejando volar su mente en respuesta a lo exclamado por Tora, nosotros tres sabíamos que estábamos en medio de la cuerda floja y que con cualquier subida de emociones en aquel todo acabaría para nosotros en un abrir y cerrar de ojos, por lo que los tres nos manteníamos completamente alerta.

Lyall entre dientes no dejaba de renegar, balbuceaba algunas cosas difíciles de comprender y otras estaban enfocadas a una sola cosa la frase —´´ esto esta mal, muy mal ´´ — solo salía de él.

Malbert reclamó — ¿Qué clase de demonio eres?

Namesh con cual sonrisa victoriosa recalco — uno contra el cual hubieras deseado no toparte jamás.

Aquel hombre llevo sus manos hacía atrás entrelazando las manos, elevo su pecho lleno de orgullo y empezó a caminar frente a nosotros con suma grandeza.

— Saben algo, como todos aquí sabemos que su tiempo esta más que contado les daré un regalo, les contare algunas de mis tan grandiosas proezas.

Colocando una vez la mano contra su cara mientras buscaba posicionar el pulgar desde la parte baja del mentón en tanto con el índice buscaba acariciar su barbilla aquel se dispuso a analizar por un momento sus dichos pensamientos.

— Me encuentro casualmente dividido en algunos temas así que díganme que prefieren, conocer la historia de como acabe con el regimen del rey alfa Bastrii en Belcier y luego como se produjo su eventual desterramiento en compañía de su vástago, eso incluye claro saber como acabe con una parte de las cuatro grandes familias, o prefieren saber como es que hoy por hoy han terminado tan divididos.

Dominieck reafirmo con un fuerte gruñido — ¿Qué tienes tu que ver con lo sucedido a mi familia?

Izra cuestionó confiado — cállate Dominieck el solo quiere provocarte — reclamó aquel mientras le dedicaba a aquel una mirada llena de orden y dirigiéndose a Namesh aquel replico — no nos interesan tus tontearías.

Aquel volvió a recalcar — créeme que tu deberías estar más que interesado Izra.

Namesh se acercó un poco más y esta vez fue a parar directamente frente a Izra y con el rostro completamente tomado por la algarabía con una vocecita chillona replicó — tu mejor que nadie estas más interesado en esto o te recuerdo que por años trabaje bajo tu mando, la dichosa manada Grobhiet fue también mi hogar y desde la cual partieron todas y cada una de mis artimañas.

Y así continuo exclamo aquel como si nada le importase — algunas de ellas fueron tan sencillas como acabar desde dentro con tu amada familia.

Izra replicó — de que hablas.

Aquel reafirmo — Sencillo — mientras que con cual arrogancia continuo — fue tan fácil hacerte pensar lo que yo quería, dominarte fue más que algo fácil pues simplemente al ser tu mano derecha creías todo lo que yo te decía — se rio ahogado como si ante aquel había llegado a ser contado el mejor chiste jamás narrado — matar a tu amada esposa Monit y hacerte creer que murió dando a luz a tu hija fue tan sencillo tanto que no te diste cuenta de ello.

Los ojos de Izra se abrieron absortos, en su rostro se podía leer perfectamente que aquel no podía creer lo que escuchaba y Namesh simplemente continuaba hablando sin medida disfrutando la expresión del rostro del hombre que tenía en frente.

— Ella solo fue el inició, inició tan dulce para mi y al ser humana fue pan comido deshacerme de ella; después de Monit le siguió tu pequeña hija, hay aquella pequeña, por cierto como le llamabas — por un momento aquel se quedo pensando haciendo burla de sus propios pensamientos.

— ¡Ah! Tú pequeña mitad cierto, pequeña a la que le negaste el amor de padre, la atención que merecía y hasta la más mínima muestra de afecto porque yo te lo decía haciéndote creer la tonta idea de que así ella crecería fuerte y con temple sola, pero no, la realidad era otra, tu nula presencia en su vida solo me dio oportunidad de hacer con ella todo lo que yo quería y a fin de cuentas cuando solo tenía ocho añitos satisfecho acabe con su vida mientras tu te empeñabas en creer en que solo se había escapado y por ende tarde o temprano aquella regresaría. Una vez ella no estaba fue más que algo más fácil hacerte creer que Kira era tu hija disfrazando su sangre tras la familiaridad de una vieja conocida tuya y valla que te comiste el anzuelo completo.